Reseña: Mi primer beso

12 feb 2014

Mi primer beso
Autora: Beth Reekles
Editorial Destino · 400 páginas 
Lee los primeros capítulos 
Te presentamos a Rochelle Evans: bonita, popular… y nunca la han besado.
Te presentamos a Noah Flynn: chulo, inconstante… y un ligón total. Además, es el hermano mayor del mejor amigo de Rochelle.
Todo empieza con una caseta de feria durante una fiesta en el instituto: se anuncian besos a $2… Y lo que debiera ser un beso inocente se convierte en una tórrida chispa que prende en Rochelle y Noah.
Pero ¿será esta una romántica historia de amor o acabaran los dos con el corazón roto?

No recuerdo bien qué es lo que me llevó a leer este libro, pero cualquiera que fuese el motivo, esta vez no he acertado. Buscaba algo ligero, fresco y divertido, pero encontré una historia con demasiados tópicos, una protagonista poco simpática, secundarios que tampoco destacan mucho y escenas que por ratos se hacían aburridas, previsibles e incluso poco creíbles. Mi primer beso es (hasta donde he averiguado) el primer libro de Beth Reekles, una joven escritora de dieciséis años. A mi parecer, la edad de la autora influye mucho en el enfoque adolescente que se le ha dado la novela puesto que se centra demasiado en la posible relación entre Rochelle y Noah, ademas de la vida social de la protagonista, dejando de lado otros aspectos que me hubiera gustado conocer de ella ¿qué se siente crecer solo con un padre? ¿cómo es la relación con él y su hermano pequeño? A lo largo de las páginas solo tenemos algunos atisbos de su vida familiar - poquísimos en realidad - debido a que la mayor parte del día (y la noche) ella ni siquiera está en casa. 

Hacia el segundo capítulo me di cuenta de que Rochelle, su historia, y yo no íbamos a congeniar mucho que digamos, pero tenía la esperanza de que el libro en general me gustase. Fui un poco ilusa, lo reconozco y debería haber dejado el libro en cuanto pude. No suelo odiar a las protagonistas femeninas pero ella ha sido la excepción por ser tan inmadura y plana como una hoja de papel. Ninguna evolución a lo largo de la historia. Dice ser responsable, pero se emborracha sin más en una fiesta, está a punto de desnudarse en medio de ella y encima se queda a dormir en la casa de dos chicos cuyos padres están fuera de la ciudad. Y no estamos hablando de una noche, sino de varias... ¿Buena chica? Sí, claro. Por otra parte, su relación con Noah no ha terminado de convencerme: ¿realmente se puede ser feliz con un chico sobreprotector y que se mete en cada pelea sin medir las consecuencias? ¿Ser guapo es acaso suficiente? Spoiler: ¿Una chica que nunca ha besado a un chico es capaz de acostarse con él a las dos semanas? ¿Los padres les permiten beber sin regañarles? ¿Y reservar una habitación de hotel después de la fiesta de prom sin poner algún impedimento? Vaya... demasiado liberal, ¿no creen? Definitivamente a Mi primer beso le hace falta más profundidad y coherencia. 

Mi primer beso fue inicialmente publicado en Wattpad por la autora y debido a la gran acogida que tuvo (la que realmente no entiendo) ha sido publicada por Random House. Quizás para ser una historia en Wattpad escrita por una adolescente esté bien (y aun así, he leído algunas de mejor calidad que esta) pero de ahí a publicarla en formato físico hay un gran trecho. Lo poco que hay para rescatar es que la novela se lee rápido y el final no es tan a lo "vivieron felices y comieron perdices" como uno podría esperar. Aparte de eso, no hay más cosas por las que valga la pena leerla - al menos en mi opinión - por lo que si deciden pasar de ella, les aviso que no se están perdiendo nada extraordinario. 

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Reseña: En casa de los Templeton

10 feb 2014

En casa de los Templeton
Autora: Monica McInerney
Libro único · Editorial Vergara
608 páginas · ISBN: 9788415420286
Cuando la familia Templeton, oriunda de Inglaterra, se muda a una mansión colonial en Australia, despierta la curiosidad y las habladurías de los lugareños..., y con razón. A simple vista, los siete Templeton parecen algo excéntricos, y nadie siente más curiosidad por ellos que su vecina, Nina Donovan, una madre soltera, y su hijo, Tom. A lo largo de los siguientes años, la relación entre los Templeton y los Donovan tomarán rumbos imprevisibles, hasta que un hecho trágico hará que sus caminos se separen, quizá para siempre.

Qué bonita portada, es lo primero que pensé cuando vi la cubierta de En casa de los Templeton. Yo soy una chica de ciudad que ama el campo y ver un libro capaz de evocar en la cubierta todo lo que siento cada vez que viajo inevitablemente tenía que ir a parar a mi estantería. Lo cierto es que la sinopsis tampoco se quedó atrás y entre los dos confabularon para que este pequeño tesoro artístico llegara a mi casa. Eso en lo referente al diseño. En cuanto a la historia que se esconde entre sus páginas... bueno, hay mucho que decir, pero ya les adelanto que la novela me gustó mucho más de lo que esperaba.

Los Templeton no son una familia muy común que digamos. Esta el padre fanático de las antigüedades, la madre que hace de profesora en casa, una hija con una lengua afilada, otra hija que sueña con ser una reconocida actriz, una más que es un poco perfeccionista, un travieso niño pequeño y una tía que se pasa el día a día borracha como una cuba. Siete personas que acaban de llegar de Inglaterra para asentarse en una enorme mansión que tiene defectos por los cuatro costados. Pero los Templeton están decididos a echar raíces en Australia y lo invierten todo para tener la mansión en condiciones. Al poco tiempo de instalarse, Templeton Hall es abierta al público curioso y a los turistas que llegan a aquella zona campestre en busca de un salto en el tiempo en el que se puede apreciar la vida de una familia del S XIX: sus atuendos, sus utensilios, sus modales y su historia. Los niños Templeton crecen haciendo de guías turísticos durante los fines de semana y Nina Donova, la vecina más cercana, se pasa años observando aquella idílica vida campestre. Pero... ¿es todo tan perfecto como parece en Templeton Hall? Para nada, y la pluma de Monica McInerney - sin prisas y hasta cierto punto misteriosa -  nos irá revelando de a pocos los entresijos de la vida familiar, las dudas y dificultades del matrimonio, los sueños de grandeza de los más pequeños y por supuesto,  cómo la vida de los queridos Templeton (porque al final llegarás a quererlos, mucho o poco, pero llegarás a quererlos) se entrelaza a lo largo de los años con aquella vecina melancólica que lo perdió casi todo y sueña con llevar una vida que no es tan perfecta como parece. 

En casa de los Templeton ha sido una bonita sorpresa con giros argumentales muy bien llevados. La primera parte de la historia me tuvo completamente pegada a sus páginas porque se centra en cada uno de nuestros personajes, permitiéndonos conocer mucho de ellos, de sus sueños, de sus temores, de sus anhelos. Pero sobre todo, nos permite vislumbrar qué es lo que piensan de Templeton Hall y qué es lo quieren para su futuro. La vida familiar es ricamente descrita desde los puntos de vista de cada una gracias a un narrador omnisciente, lo que ofrece al lector una amplia perspectiva de la novela. Llegarás a querer a algunos personajes, odiarás a otros e incluso puede que te enamores de alguno. Pero siempre habrá uno con el cual te sentirás identificado, porque todos una complejidad psicológica que los hace únicos y especiales. 

En cuanto a la segunda parte la historia toma un cariz que resulta un poco extraño: pasó de convertirse en una novela campestre y familiar a una romántica y trágica, cercana a Romeo y Julieta. No me lo esperaba, aunque secretamente lo anhelaba. Y digo que fue extraño porque, comenzando como empieza la novela, es raro que termine de esa manera. El contraste con la primera parte se nota bastante y pese a ello me ha gustado, sobretodo porque recalca una vez más, ahora de diferente manera, que algo que por fuera se ve maravilloso, por dentro no siempre lo es. 

No quiero decir mucho más del libro  porque me parece que es una novela que el mismo lector debe descubrir por cuenta propia. Es un poco largo, es cierto, pero les aseguro que las páginas pasan rápido una vez que se ha  adentrado en la historia. Así que, ¿se animaría a conocer a los Templeton? 

Reseña: Un beso en París

6 feb 2014

Un beso en París
Autora: Stephanie Perkins
Editorial Plataforma Neo · 434 páginas
ISBN: 9788415577539

La Torre Eiffel, Amélie y un montón de reyes que se llaman Luis. Esto es todo lo que Anna conoce de Francia. Por eso, cuando sus padres le anuncian que pasará un año en un internado de París, la idea no acaba de convencerla.
Pero, en la Ciudad del Amor, conoce al chico ideal: Étienne St. Clair. Es listo, encantador y muy guapo. El único problema es que también tiene novia. ¿Conseguirá Anna el ansiado beso de su príncipe azul?


París, la ciudad del amor, sería el perfecto destino para Anna Oliphant si no estuviera obligada a pasar su último año de instituto en un país donde no pinta nada. No habla francés, apenas conoce su historia y tiene mucho que dejar en casa como para disfrutar de su estadía en la Ciudad Luz. Pero no hay vuelta atrás, así que tendrá que adaptarse a las circunstancias: hacer nuevos amigos, codearse con el idioma e intentar descubrir cada romántico y bohemio rincón que le ofrece París y si en ello se incluye un chico con una personalidad arrolladora ¡bienvenido sea! ¿o no?

Un beso en París no es una novela juvenil del montón. Es cierto que tiene un argumento sencillo que se va desarrollando sin prisas, pero la autora también ha sabido crear a unos personajes estupendos, complejos y con personalidad propia. A través de su pluma ágil, y bien cuidada, Stephanie Perkins nos va relatando las peripecias de Anna en la ciudad del amor, de su pasión por el cine clásico, de su añoranza por su hogar, de los nuevos amigos que hace.... y del chico por el cual su corazón empieza a latir con fuerza. 

Pedimos paninis, unos bocadillos que se ponen en una plancha caliente. Él lo llama «comida rápida», pero lo que me han dado no tiene nada que ver con los bocadillos raquíticos de Subway.
Pagamos y damos un paseo, disfrutando de la noche. Saboreando la corteza crujiente. Dejando que el cálido queso fundido se deslice por la barbilla. Gimo de placer.
-¿Acabas de tener un orgasmo gastronómico? -me pregunta.
-¿Dónde has estado toda mi vida? -le pregunto al delicioso panini.
St. Clair da un mordisco al suyo y, sonriendo y con la boca llena, me contesta:
-Mmmf grmfa mrrfa.
Lo cual deduzco que se traduce por «porque la comida americana es una porquería».
-Mmmf mrga grmfa mmrg -contesto. Eso significa: «ya, pero nuestras hamburguesas no están nada mal».

Lo que hace perfecta a esta novela es lo perfectamente imperfectos que son sus personajes y las situaciones cotidianas que viven a lo largo de las páginas. Casi desde el comienzo me he sentido identificada con Anna: miedo en un país desconocido, la necesidad de hacerse un pequeño lugar en el mundo. Pero también las ganas de defender lo que te gusta y no cambiar tu personalidad por el simple hecho de agradar a alguien. Y Etienne St.Clair, nuestro protagonista masculino, está muy a su altura. No se parece en nada al típico guaperas de instituto. No es alto, no es rubio y está lleno de manías que lo hacen muy real. St. Clair es una mezcla encantadora: chico americano, nombre francés y un exquisito acento británico ¿cómo no adorarlo? Con tan buenos protagonistas, el giro romántico de la historia solo podría desembocar en una historia de amor bonita, pícara, muy realista, con un precioso telón de fondo como es París, escenario que la autora ha sabido retratar muy bien, transportándote a los mismos lugares a la par que nuestros protagonistas. 

Pero Un beso en París  no es solo una bonita historia de amor juvenil. Por encima de todo, me parece que el libro es la historia de como Anna se fue conociendo un poco más a sí misma, venciendo aquellos temores que pueden parecer nimios pero que en realidad, una vez superados, nos hacen mejores personas. Va también de la familia, de perdonar, de añorar. Y de los amigos, de cómo pueden ser tan cercanos que los llegas a sentir como parte de tu familia, que aun conociéndolos poco, siempre estarán ahí para cuando lo necesites. Es así que Un beso en París es una mezcla casi perfecta: tiene todo lo que busco en una novela juvenil y lo tiene en dosis justas.

Si hay alguna pega para Un beso en París es que durante las primeras páginas me molestó lo mucho que se resistía Anna a estudiar durante un año en Francia. Veamos, ¿quién no quisiera una oportunidad como la suya? Yo desde luego sí, y aunque esta es una apreciación personal, no pondría demasiadas pegas por irme a vivir un año a Europa. Lo otro sería que peca de previsible hacia la segunda mitad del libro. No sé si es cosa mía, que habiendo leído tantos libros juveniles ya empiezo a imaginar cómo terminará la historia, pero lo cierto es que ya preveía como terminaría el asunto y no me sorprendió nada el desenlace. Sin embargo, eso no resta puntos a la maravillosa pluma de la autora, los preciosos escenarios descritos con detalles suficientes y la historia en sí, que vale muchísimo la pena leer. 


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Libro vs película: La ladrona de libros

3 feb 2014

La ladrona de libros, de Markus Zusak, es uno de aquellos libros que lees y se quedan para siempre en tu corazón. No solo por la inusual narradora - la Muerte -que nos conduce a lo largo de la historia, sino también por la inocencia de nuestra protagonista, a la que le toca vivir en unos de los momentos históricos de mayor crueldad en la historia de la Tierra. 

La ladrona de libros es la historia de Liesel Meminger y lo cierto es que tenía algunas dudas cuando me enteré de que iban a llevarla a la pantalla grande. ¿Serían capaces de reflejar todo lo que el libro me hizo sentir en cada una de sus páginas? ¿Conservaría esa esencia tan especial provista por la pluma del autor? Con miedo fui a verla y aunque estoy satisfecha con el resultado, sé que pudo ser mejor en muchos aspectos.

El reparto es uno de los grandes aciertos de la película pues balancea la presencia de actores reconocidos como Geoffrey Rush y Emily Watson, con algunos que recién están dando sus primeros pasos en el cine norteamericano. Quizás Sophie Nélisse se ve un poco más grande que la Liesel de mi imaginación, pero el trabajo que hace encarnando a la ladrona de libros compensa con creces esa pequeña desilusión, sabiendo reflejar a la perfección la esperanza e ilusión que conviven en la mente de una niña de nueve años. En general, no me quejo de ninguna de las representaciones: me parece que todos han sabido meterse muy bien en sus papeles, dando como resultado escenas cautivadoras que logran que el espectador se estremezca por momentos.


No obstante, si hay algo que le hace falta a La ladrona de libros es ahondar en la trama. Me parece que la historia ha sido llevada a la pantalla grande de una manera un poco superficial y el tono pausado con la que se maneja evitaron que llegase a sentir la emoción que esperaba en algunas escenas. Realmente pensé que cuando la película acabara yo estaría con la sensibilidad a flor de piel, pero eso no ocurrió, lo cual me hace pensar que no quisieron que el filme fuese como muchos otros que tienen como escenario la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto: a ser posible, la menor cantidad de dramatismo y poco lacrimógeno. Es por ello que estoy un poco indecisa en cuanto a mis sentimientos: ¿me gustó ese nuevo enfoque o quería que aflorasen lágrimas al final de la película?. Ahora que lo pienso - casi tres días después de haberla visto - estoy contenta con la decisión de darle un nuevo punto de vista, pero reitero que una mayor profundidad en la historia no le hubiera quedado nada mal. En cuanto a la parte técnica, no tengo ninguna queja. La fotografía y los escenarios escogidos son perfectos y la banda sonora ha hecho un buen trabajo. 

¿Y la Muerte donde quedó? Eso es lo que yo me pregunto. Uno de los motivos que me llevó a ver la película fue descubrir cómo habían introducido a la Muerte como narradora de la historia porque para mí, es ella la principal conexión entre el lector y la novela; aquella que con su narración va logrando aflorar los sentimientos (al menos, eso es en el libro). Muy a mi pesar tengo que decir que en la película sólo la oí al comienzo y al final como una voz en off  (¡masculina! ¿acaso no es LA muerte?) y en definitiva, me quedé con las ganas de tener una mayor presencia suya.


En conclusión, La ladrona de libros es una película que me ha gustado, pero no ha terminado de ser tan memorable como yo esperaba. Sé que adaptar un libro conlleva ciertos riesgos, pero en este caso, me parece que se ha respetado la esencia del mismo, aunque no se ha logrado trasmitir varios detalles y toda la emoción que desprendía la historia de Zusak. No obstante, esta más que recomendada, aunque yo preferiría que antes dieras un repaso a la novela. 

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