El final de la trilogía Los Incomprendidos por fin ha llegado a Lima. Hace un par de días que terminé el libro y estaba muy indecisa sobre la nota que le pondría en GoodReads. ¿Un tres, un cuatro? Lástima que no se puedan poner medias estrellitas en esa red, porque he tenido sentimientos encontrados con esta novela y por eso la reseña que redacto a continuación tiene un poco de ambos: las cosas que me gustaron y las que no.

¿Puedo soñar contigo? comienza pisando fuerte. Blue Jeans nos hace un brevísimo repaso a la par que nos sitúa en el contexto de nuestros personajes: María sigue con Paloma, Valeria se ha reencontrado con César, Bruno empezó a salir con Alba y Ester... bueno, la pobre anda un poco sola, pero parece haber conocido a alguien. Todos los personajes a los que les he tomado cariño en las dos anteriores entregas vuelven a hacerse presente en este libro, esta vez más maduros, con nuevas situaciones y desafíos que enfrentar. Algunas veces juntos, otras por separado, lo que me gusta de este grupo es que pese a las dificultades siempre tratan de mantenerse unidos. 

Ya sabemos que la pluma de Blue Jeans es sencilla, refrescante y ligera, lo que contribuye a que la historia se lea en un suspiro, sin poder parar entre capítulos porque es difícil dejarlo una vez que te has enganchado. Nuevamente, el autor repite la fórmula de las anteriores entregas: capítulos relativamente cortos, cargados de diálogo y con un pequeño cliffhanger al final de cada uno para mantener en tensión al lector. Algo que quiero destacar es que ha superado el fallo que encontré en anteriores entregas: la constante mención a marcas y tecnologías ya no es tan evidente en este libro y eso se agradece mucho porque permite al lector usar más el poder de la imaginación.

Si bien las historias de Blue Jeans no son complicados tejemanejes por resolver, tiene algo que engancha y creo que es la espontaneidad con la que se desarrolla la historia, así como las situaciones cotidianas que viven los personajes. Sin embargo, en esta ocasión he sentido que ha habido menos fuerza en este punto: tanto ¡Buenos días, princesa! como No sonrías, que me enamoro me llamaron la atención por las escenas curiosas y cargadas de emoción que presentaban, pero en ¿Puedo soñar contigo? he sentido el ritmo un poco decaído y un argumento hasta cierto punto predecible. Claro, sigue conservando sus toques de originalidad, pero no en la medida que sus predecesoras, pues me da la sensación de que le da más vueltas de las necesarias a un hecho que quizás no debió ser tan relevante. Ah, y la anexión de nuevos personajes (especialmente Félix N.) creo que fue algo de lo que se pudo prescindir sin alterar el transcurso de la historia.

El final, por otra parte, ha sido entre inesperado y sospechado. He visto cierta controversia en las redes (algunos sostienen que no se entiende, otros que fue el mejor final posible). En mi caso, viendo como terminó la trilogía Canciones para Paula tenía la corazonada de que Blue Jeans repetiría la fórmula. No lo hizo (bueno, no cómo yo pensaba), lo cuál me ha sorprendido, porque permite varias interpretaciones de esa escena final, cada cuál más realista... o imaginativa. Quizás un poco abierto, sí, pero ideal porque permite al lector jugar con un final ideal a partir de una escena determinada. En conclusión, me gusta cómo ha quedado la trilogía, me gusta cómo ha terminado la historia de Los Incomprendidos. Pero sobre todo, me gusta que me haya hecho pasar un buen rato sumergida entre sus páginas, ha sido una buena historia y estoy dispuesta a leer otras que el autor saque a la luz.

Creo que el principal problema con el que Academia de Vampiros tuvo que lidiar es que el público ya no quiere ver películas sobre vampiros adolescentes, al menos no de momento. Y nuevamente, esto me apena porque pese a todo, la película no está mal si no vas con grandes expectativas, entretiene e incluso ese cliffhanger final (y con poco sentido, teniendo en cuenta por donde discurre la historia en los libros) logran dejarte con el bichito de la curiosidad por saber qué pasará. Tanto si hay continuación (a mí Frostbite me gustó aún más que la primera novela) como si no, te recomiendo que leas Vampire Academy (y Bloodlines también, es un spin-off realmente bueno) porque te aseguro que el mundo que Richelle Mead ha creado te encantará.
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Siempre

Descubrir Temblor y la maravillosa pluma de Maggie Stiefvater ha sido una de las mejores cosas que me ha dado la blogósfera literaria. La trilogía de Mercy Falls es una de mis preferidas en lo que literatura juvenil romántica respecta, no solo por la historia en sí, sino también porque presenta un nuevo concepto de hombre lobo que se aleja de los tópicos juveniles que han salido últimamente al mercado. Los lobos de Maggie Stiefvater no cambian con la luna llena, sino con el frío. El invierno es su estación y también el trasfondo gélido pero romántico de esta historia.

En Temblor, nuestros protagonistas fueron Sam y Grace. Él, tierno y romántico. Ella, valiente y con ganas de amar. Pero en Rastro Isabel y Cole empezaron a opacarles y temía que Siempre no fuese el final de trilogía que tanto ansiaba. Pero mis temores era infundados, porque Maggie Stiefvater sacó a relucir lo mejor de su pluma para plasmar al papel una de las historias juveniles más melancólicas, dulces y tiernas que he leído en mi vida. El as bajo la manga lo guardó para el final y vaya que acertó. Definitivamente, Siempre es la mejor entrega de la trilogía, el broche perfecto para cerrar las aventuras de Mercy Falls.

No puedo decir mucho de la novela sin spoilear las anteriores entregas, pero basta mencionar que aquellos pequeños puntos en contra que encontré en los dos primeros libros se han corregido en este último. Sam deja de ser aquel chico medio taciturno y Grace empieza a tomar decisiones drásticas, pero que son lo mejor para su futuro. Ambos pueden ser muy diferentes, pero se complementan como pareja.

En cuanto al desenlace, Stiefvater no nos da un final feliz de cuentos de hadas, sino uno agridulce con muertes y despedidas, pero que calza perfecto con el tono de la historia. Extrañaré a Sam y a Grace, pero aun más a Isabel y Cole. Son secundarios, es cierto, pero han logrado convertirse en mis favoritos.