Reseña: The Raven Boys

19 jun 2014


The Raven Boys: La profecía del cuervo
Trilogía The Raven Cycle (1 de 3)
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«Matarás a tu amor verdadero» no es precisamente con lo que toda chica sueña, menos si se lo llevan repitiendo desde su nacimiento. Blue Sargent vive rodeada de magia y adivinación: en su casa todas son mujeres y absolutamente todas tiene un don místico... excepto ella. No puede ver ningún espíritu, pero posee la habilidad de intensificar los poderes de su familia. Es por eso que acompaña a su madre a un aislado cementerio durante el Día de San Marcos, día en el que se conocerán las almas que morirán en lo que va del año. Y ahí, de la forma más extraña posible, es capaz de ver el espíritu de un chico cuervo. Se llama Gansey y a partir de entonces, Blue intentará por todos los medios que la profecía que se cierne sobre ella no llegue a cumplirse nunca. 

Me aventuré con The Raven Boys sin saber muy bien qué iba a encontrar entre sus páginas, tan solo con la certeza de que Maggie Stiefvater había sabido deleitarme anteriormente con cuatro obras suyas y esperando que esta no fuera la excepción. No lo fue, por supuesto, pero no me ha llegado a gustar tanto como sus novelas anteriores. Mientras su trilogía Los lobos de Mercy Falls me cautivó con su invernal escenario y melódica pluma, mientras The Scorpio Races me mostró un romance tierno y adorable, The Raven Boys no ha terminado de hacerse un hueco en mi corazón, ha tardado mucho en engancharme y me ha dejado con una serie de sentimientos encontrados. Cuando empecé con el libro desconocía que se trataba de una trilogía. De hecho, lo seguí creyendo hasta más allá de la mitad y creo que eso me ha llevado a tener una opinión un poco sesgada de la historia: la autora nos cuenta desde el comienzo por donde tiene que discurrir la novela y conforme pasaban las páginas yo no veía la hora en que los hecho sucedieran. Por supuesto, no llegaron a suceder (supongo que quedará para próximas entregas) y por una parte está bien, dado que no sería el típico instalove que resulta cansino leer en muchas novelas juveniles, pero por otra... me ha dejado con las expectativas en el aire. Como ven, esto no necesariamente es malo, pero subjetivamente hablando tampoco me ha dejado satisfecha.

En cuanto a la trama en sí, les confieso que me ha costado más de doscientas páginas engancharme al libro. La historia empieza hablando de unas líneas ley, tema del que no conocía casi nada y el cual Maggie Stiefvater no explicaba muy bien. Los personajes hablaban de ellos, hipotetizaban, planteaban teorías para encontrarlas y yo... yo solo quería saber de qué rayos estaban hablando. Si hubiera tenido internet a la mano hubiese salido de dudas en un minuto, pero no lo tenía y no había forma de que esperase a llegar a casa mientras me aburría dos horas sin leer nada en el bus. Así que por ahí va mi otra crítica: se toca un tema místico, muy interesante, con influencias irlandesas que develan la buena documentación de la autora pero que precisamente no queda claro desde el principio, lo cual puede llevar al desencanto del lector.

En cuanto a los personajes no tengo mucho que agregar. Me encanta como la autora ha logrado reflejar muy bien la personalidad de cada uno: sus miedos, inseguridades, sus demonios internos. Todos tenemos un lado oscuro y ellos no será la excepción. Quizás faltó un poco más de trabajo con Blue - que por algo es la protagonista - pero confío en que Maggie lo sabrá corregir para entregas posteriores. Respecto a los giros argumentales, estos empiezan a ser más visibles a partir de la segunda mitad del libro, que es donde realmente el lector quedará atrapado: empiezan a suceder cosas inesperadas, todo ello entrelazado con magia, adivinación y profecías. La historia comenzó más bien con tintes realistas, pero poco a poco va tirando hacia el lado místico. Puede resultar un poco extraño, pero ese giro me ha gustado bastante, porque al fin y al cabo, entrelazar magia y realidad es lo mejor que Stiefvater sabe hacer.

Por último, la pluma de la autora me encandiló en anteriores obras por ser casi poética: metáforas, frases bonitas, casi con rima. Todo muy bonito y armonioso. En The Raven Boys no he encontrado tanto eso, mas bien me he dado con la sorpresa de una prosa bien cuidada, pero más directa que antes. He extrañado la anterior forma de escribir de Maggie: creo que esa era una de sus principales características y siento que este libro no termina de reflejar todo su potencial.

En conclusión, The Raven Boys es una novela entretenida a la que quizás cuesta arrancar pero que luego deja con la curiosidad. Por diversos motivos personales no ha terminado de ser exactamente lo que yo esperaba, pero ya saben que cada lector es distinto y la situación/estado de ánimo con el que se lee un libro influye mucho en la valoración de cada uno. Yo sí recomendaría el libro, aunque avisando que, aunque se trata de una novela de la genial Maggie Stiefvater, no necesariamente será su mejor novela.


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Reseña: Cinder

16 jun 2014

Cinder
Serie: Crónicas Lunares (1 de 4)
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En un mundo futurístico, las naciones de la Tierra se han agrupado para conformar seis grandes imperios que viven en paz desde la Cuarta Guerra Mundial. En Nueva Pekín gobierna el emperador, que víctima de letumosis - une enfermedad mortal sin causa aparente - no tardará en ser sucedido por el joven príncipe Kai. Es en ese escenario donde vive Cinder, una cyborg de dieciséis años que se ha ganado la reputación de la mejor mecánica de la ciudad y todo iba lo bien que podría ir viviendo con una madrastra y dos hermanastras en un departamento que tiene lo justo y necesario. Hasta que un día llega a su tienda el príncipe Kai y las cosas empiezan a torcerse ligeramente: sin querer, Cinder se verá envuelta en una serie de líos diplomáticos y conspiraciones que amenazan en destruir Nueva Pekín, la Tierra y cederle el mando a la bella pero manipuladora reina Levana, soberana de Luna.

Desde que salió publicado en español, veía el libro, la sinopsis y no terminaba de convencerme. Siempre supe que la ciencia ficción no era lo mío, pero a causa de buenas críticas he terminado por caer en la tentación y aventurarme con el libro. Y ¡oh, sorpresa! Me ha gustado muchísimo más de lo que esperaba, a tal punto que lamento no haberlo leído antes. En serio, ¿cómo se me pudo pasar una historia tan buena? Creo que Cinder ha sido el libro perfecto para comenzar este mes de Junio y hacerme entender que los retellings no son tan malos como creía. 

¿Recuerda en clásico La Cenicienta? Bueno, pues cambien a la pusilánime damisela en apuros por una cyborg con carácter y experta en mecánica; a los ratoncitos por la adorable androide Iko; al zapatito de cristal por extremidades metálicas; al príncipe guaperas por otro igual de guapo pero que es algo más que un título y a la malvada madrastra por una pérfida reina lunar. A eso agreguen una plaga mortal, una pizca de romance, una dosis más grande de misterios y aderecénlo con la pluma directa y ligera de Marissa Meyer. ¿El resultado? Cinder, un perfecto inicio para una saga juvenil de ciencia ficción.

¿Qué me esperaba que la historia discurriera como el clásico mencionado? Pues me he llevado una tremenda sorpresa al ver la vuelta de tuerca que ha hecho la autora. Marissa Meyer ha creado un mundo tan bien construido que no cuesta nada situarse en él. Además, no se ha limitado a un escenario terrestre, sino que nos lleva a Luna a conocer a la antagonista, la reina Levana, a su séquito y sus motivaciones de poder. Los personajes están bien definidos y cada uno con personalidad propia, convirtiéndose en puntos fuertes de la novela. Cinder solo se parece a Cenicienta en que vive con su madrastra y dos hermanastras, pero no nada más. Está cansada de ser menospreciada por ser diferente y no ve la hora en terminar su proyecto, coger sus cosas y escapar de la ciudad. Kai, por otra parte, es sólo un chico que de un día para otro se ve con una tremenda responsabilidad que cargar y un montón de problemas que solucionar. Necesita a alguien que pueda ver más allá del título de Su Alteza, alguien capaz de comprender que es un ser humano más que necesita alguien que le ayude a soportar la carga. ¿Acaso solo el príncipe puede rescatar a la princesa? 

Pese a todas las cosas buenas que he encontrado en esta novela, lo que más me ha gustado es que pese a tener un romance en ciernes, este no es el clásico instalove que se ve mucho en la literatura juvenil. Aunque lo parezca, el amor romántico no es ni será el centro de la historia, sino que viene en pequeñas cantidades que no hace sino acrecentar las ganas del lector de ver a este adorable par juntos. Pero la autora tiene otros planes: aquí la protagonista es Cinder y su historia y Kai, de momento, será solo un chico guapo que empieza a despertar en ella algunos sentimientos. 

La única pega que pudiera tener con la novela es que el final es un poco predecible. No me refiero al final exactamente, sino al último giro que da la historia antes de concluir y dejarnos con unas ganas irremediables de conseguir la siguiente entrega. O es que la autora no ha logrado camuflar el misterio o es que yo me he vuelto muy suspicaz, pero ello no quita - ni de lejos - lo bien construida que está toda la novela. Así que recomiendo muchísimo Cinder, no solo por tener una trama muy bien pensada, unos personajes a los que se quiere desde la primera página o a lo rápido que se lee la historia, sino también porque es divertida, saca sonrisas, un par de suspiros y sobre todo, te hace pensar que no todas las historias siguen el típico patrón del cuento de hadas.
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Reseña: El Perfume

12 jun 2014

El perfume
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Un día como cualquier otro, en un lugar de mal vivir de París, nace Jean Baptiste Grenouille, un niño aparentemente normal con un privilegiado sentido del olfato. Creció apiñado junto a otros tantos chiquillos huérfanos, pero sabía que estaba destinado a mucho más que ellos: tener una nariz como la suya solo sería útil para una profesión, la del mejor perfumista de todos los tiempos. Grenouille era capaz de identificar y separar todos y cada uno de los olores de su calle, de su barrio, de París. Y ansiaba conocer más, mucho más. Sin embargo, así como grandes eran sus sueños, la repulsión que generaba en los demás iba cada día en aumento. La carencia de un olor propio era lo que le llevaba al rechazo, hasta que un día dio con un aroma único, cautivador y tremendamente poderoso: el olor de las jóvenes vírgenes, aquel aroma capaz de someter a cualquiera. Una vez que lo probó, fue incapaz de olvidarlo y en su afán por conseguirlo, Grenouille se convertirá en aprendiz de un renombrado perfumista parisino, el cual le instruirá en las artes de la extracción y envasado de aromas. Luego llega el momento de independizarse y mientras empieza a recolectar uno a uno los ingredientes para su obra maestra, cada mañana aparece el cuerpo de una virgen asesinada. 

La historia de El perfume tiene unos indiscutibles protagonistas: los olores. Este mundo rico y vasto solo puede ser captado a la perfección por personas elegidas y Jean Baptiste Grenouille ha sido una de ellas. Víctima de este peculiar don, ha tenido que tomar decisiones en su vida que lo llevarán a aislarse de la sociedad, pero ni esa reclusión lo alejará de su único objetivo: capturar y envasar el perfume de la inocencia, aquello del que hacen gala las jóvenes doncellas. Patrick Süskind ha logrado cautivarme con esta novela: su pluma no escatima en detalles y describe escenarios con una facilidad envidiable. Es imposible no sentirte en aquel barrio pescadero de París, en una tienda donde el olor dulzón del almizcle invade las fosas nasales, o en aquella colina donde todo es paz y tranquilidad. Es cierto que esta esmerada prosa lleva a que la novela avance a un ritmo quizás un poco lento, pero en lo personal, eso no me ha supuesto ningún problema. Me encanta viajar a través de los libros y en El perfume el autor ofrece la posibilidad de jugar con la imaginación de cada uno.

Libro vs película: Bajo la misma estrella

8 jun 2014



Nunca fui inmune a la tremenda expectación que había por esta película. El libro me encantó de principio a fin pero cuando anunciaron su adaptación empezaron las dudas, no solo por si serían capaces de llevarla a la gran pantalla sin ser igual de comercial que otras adaptaciones, sino porque los actores que encarnarían a los personajes no terminaban de convencerme. Con Shailene nunca tuve dudas: ella era Hazel desde el principio. Pero Ansel Elgort fue otra historia, no las tenía todas conmigo para interpretar a mi querido Augustus Waters. Con todo, logré conseguir mis entradas para el pre-estreno (¡a las justas, un par de minutos más y me quedaba fuera!) y la ansiedad empezó a crecer a tal punto que contaba los días, luego las horas y finalmente los minutos para poder entrar a la sala. 

¿Qué puedo decir sobre la película? Comenzaré mencionando que me ha ENCANTADO (sí, con mayúsculas), que he adorado cada fotograma, cada escena, cada pista del sountrack. El director ha realizado un trabajo perfecto, ha sabido captar la esencia del libro y llevarla a la gran pantalla, llegando a transmitir todos esos sentimientos que se arremolinaron en mi corazón al leer la novela de John Green. Mis dudas no tardaron en disiparse: desde los primeros minutos supe que esta sería una película para el recuerdo, de esas que más que entretener, te dejan un mensaje que atesorar. Es cierto que han tenido que obviar escenas, es cierto que hay algunas cosillas que cambiaron o agregaron para un mejor entendimiento, pero también es cierto que esta adaptación ha sido tan fiel al libro como ha sido posible, incluso se han dado el trabajo de incluir aquellas frases memorables que han hecho encoger de emoción a muchas personas. 

Y Ansel, tú eres Gus. Desde que apareció en escena no tuve dudas sobre él, al igual que sé que cada uno de los actores ha interpretado muy bien a su personaje: se nota que hay química entre ellos, que han dado lo mejor para tener un buen resultado. Sin embargo, más allá de la historia, más allá de las actuaciones, lo que más me ha gustado de la película es la montaña rusa de sentimientos que produce al verla: en una escena puedes reír a carcajadas, pero en la siguiente estás con el corazón en un puño. ¿Cómo no adorar una película que puede hacerte sentir un montón de cosas? Esa es la razón por la que no dudaría en verla una y otra vez. Por otra parte, ¿mi escena favorita? La del discurso de Hazel. Ese fue el detonante de muchas lágrimas en la sala y en lo personal, uno de los mejores momentos de la película, al igual que aquella en la casa de Ana Frank. 

Entonces, ¿por qué no he llorado? Me he puesto a pensar en eso desde que salí de la sala de cine y he llegado a la conclusión de que han sido varias cosas: ¿será que me he vuelto una insensible? ¿será que haber perdido hace poco a un ser querido me ha llevado a ver la muerte de otra manera? ¿o será que haber leído el libro antes ha jugado en mi contra? Sea cuál fuese la razón, no voy a negar que hubo momentos que me partieron el corazón y amenazaron con anegarme los ojos de lágrimas. No, no he llorado. Pero ha faltado muy poco, porque Bajo la misma estrella es una de esas adaptaciones que no deja a nadie - aboslutamente a nadie - indiferente luego de verla. 



PD: Puedes leer AQUÍ la reseña del libro
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Reseña: trilogía La Selección

2 jun 2014


La Selección 
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Cada vez que un príncipe de Illéa llega a la mayoría de edad y tiene que escoger esposa se organiza La Selección, una competencia televisada en la que treinta y cinco chicas tienen la oportunidad de luchar por convertirse en princesas. En una sociedad dividida en ocho castas, América Singer - una cinco, perteneciente a una familia de artistas - es una joven que solo quiere ser feliz y poder casarse con su novio, Aspen, de quién lleva enamorada toda su vida. Pero por cosas del destino logra clasificar a La Selección, conocer al guapísimo príncipe Maxon y replantearse que aquel muchacho orgulloso que se ve en televisión es en realidad una persona muy distinta y agradable. Pero su corazón aún ama a Aspen.. ¿o no? En medio de la competencia, de ataques rebeldes y de añoranza por su familia, América deberá decidir a quién elegir: ¿a Maxon, convertirse en princesa y darle a su familia una buena calidad de vida; o a Aspen, disminuir una casta pero ser realmente feliz?

No entiendo por qué Kiera Cass se ha empeñado en escribir tres libros cuando la historia cabía tranquilamente en un solo tomo: se hubiera ahorrado capítulos que estaban puramente de relleno y no aportaban nada a la trama. A raíz de la sinopsis yo me esperaba competiciones, momentos de tensión, desafíos que pusieran a prueba las capacidades de las participantes... ¿y qué encuentro? Pues que estas treinta y cinco señoritas se pasan el día remoloneando, comiendo y vistiendo bien, teniendo descafeinadas citas con el príncipe y saliendo en televisión para que el público pueda elegir a su favorita (que tampoco servía de mucho, puesto que Maxon era quién tenía la última palabra). No voy a negar que el mundo que la autora ha creado parte de una buena idea base, pero no ha sabido darle solidez en su desarrollo porque ni los personajes, ni la trama, ni siquiera los giros argumentales se salvan. El universo de La Selección se tambalea peligrosamente porque tiene muchos agujeros por rellenar, detalles que de haberse expuesto mejor hubieran dado más solidez a la historia. ¿A qué me refiero? Por ejemplo, tenemos el sistema de castas, en el cual se menciona pero no se profundiza. La historia de la nación es otro punto y si bien se explica mejor en La Elegida ¿cómo puede el lector tener que esperar dos libros para empezar a ordenar sus ideas respecto a Illéa si Kiera Cass no da más detalles? Y la Monarquía y sus reglas tampoco parecen muy propias de un mundo distópico ¡se supone que es una historia de futuro, no un retroceso al pasado! Los hechos no pueden sucederse porque sí, sin un fundamento lógico que les respalde. En lo personal, me ha dado la impresión de que la autora ha ido escribiendo sobre la marcha, según le han llegado las ideas y sin pararse a pensarlo dos veces.

Los personajes, que son lo fundamental de toda novela, no hacen sino desmejorar la visión que tengo de esta trilogía. Tanto América como Maxon y Aspen son tan planos como una hoja de papel: puede que este último cambie un poco a lo largo de los libros, pero la protagonista y el príncipe no muestran evolución alguna. La primera sigue siendo insufrible (sobretodo en La Élite) y el segundo corre el riesgo de convertirse en pusilánime. Maxon puede parecer tierno y adorable, pero también completamente irreal. Aspen, por otra parte, tiene tendencias machistas y es tremendamente posesivo. América, querida, ¿de verdad quieres casarte con alguno de estos? Respecto a ella, parecía una protagonista con carácter, pero todo eso se esfumó nada más entrar al palacio y rodearse de lujo. No obstante, lo que más odié de la protagonista es lo voluble que era: decía querer a uno, pero en cuanto se peleaban o discutían corría a los brazos del otros y viceversa. Ya sé que la historia va precisamente de eso, de la elección que tiene que hacer pero tampoco es para que vaya por la vida jugando con los sentimientos de uno y de otro como si nada. Por otra parte, los secundarios no se quedan atrás y podría decirse que en los dos últimos libros empiezan a cobrar mayor importancia, pese a que muchos de ellos no son sino estereotipados ¡Y los nombres! Algunos son tan rebuscados que dan risa (véase Kriss, Kota o Tallullah). 

¿Donde quedaron los rebeldes? Eso es lo que yo me preguntaba al terminar La Selección, a mitad de La Élite y es casi al final de esta última cuando empiezan a hacer su aparición con unas ideas que se me antojaron de lo más inverosímiles. Otro elemento que pudo dar juego y quedó completamente desaprovechado. El ritmo de la trilogía no es equilibrado: avanza lentamente, acelera una dos veces y sigue con esa lentitud hasta la escena final de La Elegida, donde la autora narra en un único capítulo el desenlace de toda la parafernalia. Los diálogos no brotan chispas ni siquiera llegan a emocionar. Algunos se leen forzados, otros carentes de sentimientos y en general, muchos están de relleno. El final es otro punto que me encantaría discutir: la autora se limitó a borrar de su camino a todo aquel que le fastidiaba su final feliz. Y respecto a con quién se queda América... repito lo que dije anteriormente: ¿en serio? ¿y se puede ser amiga del otro como si nada hubiera pasado, como si los hechos no hubiesen hecho mella en lo más mínimo en su forma de ser? Bueno, eso explicaría la escasa - por no decir nula - evolución de los personajes.

En conjunto, le podría un 2 de 5 a toda la trilogía y eso solo porque no se puede negar que las portadas son muy bonitas y también por el simple hecho de que escribir una novela - muy aparte de su calidad literaria - supone esfuerzo para quién el autor/a. No he probado ninguna de las historias cortas que componen la serie (son tres, si mal no recuerdo) pero dudo mucho que lo haga, con el mal sabor que me han dejado los libros principales. Si tuviera que rescatar algo - porque siempre, pese a todo, trato de ver algo bueno en los libros - es lo rápido que se lee y lo medianamente que puede llegar a entretener. Por eso, si lo que buscas es una historia que valga la pena leer, coherente y bien construida, mejor mira otras opciones. Por el contrario, si lo que quieres es una novela ligera para pasar el rato, te recomiendo que lo pienses dos veces. Y hagas lo que hagas, no olvides nunca que una portada bonita no siempre es sinónimo de un buen contenido.


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