La Noche de Brujas ha llegado y si alguno de ustedes (al igual que esta servidora) no tiene planes para salir a asustar niños, recorrer calles con una tétrica canasta-calabaza pidiendo dulces con el infaltable trick or treat o sumergirse en una película capaz de poner los pelos de punta, les aseguro que elegir un buen y terrorífico libro puede lograr que disfrutemos de esta ocasión de una manera diferente y haciendo lo que más nos gusta: ¡leer!. Por ello, hoy vengo con unas cuantas recomendaciones halloweenianas que están al alcance de todos y que les hará vivir una noche espeluznante. 

Comencemos con las novelas juveniles, más ligeras pero igual de aptas para sentir cómo la piel se escarapela por ratos. Aunque no he leído al completo El libro del cementerio, de Neil Gaiman, he escuchado buenísimas críticas que lo presentan como el ideal para estas fechas. Los primeros capítulos que he probado han estado bastante bien y si el libro al completo es igual de bueno, entonces es un título más que recomendado. Otra estupenda elección podría ser Retrum (y su continuación, por supuesto), una historia más o menos romántica con un trasfondo tenebroso. Unos jóvenes que parecen pertenecer a una extraña secta invaden un cementerio a medianoche y el protagonista no puede ocultar su curiosidad. Londres, Barcelona y el lúgubre Highgate cobran protagonismo entre las páginas de esta gótica novela de Francesc Mirailles ¡y la edición va a juego! ¿La han visto? Sin la sobrecubierta, el libro es completamente negro: la cubierta y el borde de color entero le dan un aspecto un poco... espeluznante. 

La trilogía La puerta Oscura es y seguirá siendo mi recomendación ideal de Halloween. El mundo de los muertos y el tiempo presente se unen en la figura de un muchacho que sin querer ni pretender terminó convirtiéndose en El Viajero, la única persona capaz de viajar entre dos mundos por propia voluntad. Si eso fuera todo, quizás no habría problema. pero cuando se han llevado a una persona a la que quieres ¿vale la pena visitar a los muertos y someterse a las leyes que gobiernan el Más Allá? 

Si quieres una historia de fantasmas asesinos, brujas y almas que no descansan en paz, prueba con Anna vestida de sangre, que no será tan terrorífico como otras historias, pero que es capaz de generar escalofríos en algunas escenas.  Por último, una historia que si bien no es tenebrosa, sí muy oscura, como su propio nombre lo dice. El lado Oscuro no ha sido un libro que me haya encantado, pero reconozco que tiene tintes sombríos, brujos y el eterno enfrentamiento entre el bien y el mal con una delgadísima línea que los separa. 

Yo siempre he pensado que una buena historia que juegue con el miedo psicológico es la mejor forma de asustar a una persona. O al menos, dejarla pensando buen rato mientras la piel se escarapela. Esa sensación de no saber qué pensar ni qué hacer la he encontrado en los thrillers (por eso es que me gustan tanto). Buenos ejemplares de ello son Hyde, de David Lozano y Como desees, de Anabel Botella,  en cuanto a juvenil y mi adorada Gone Girl si hablamos de novela negra para un público más adulto. 

Dejando lo bueno para el final, no podría dejar de recomendar al maestro del terror. Hablo, por supuesto, de Stephen King. Solo he leído Carrie - que tampoco es su novela máxima - pero me ha gustado y pienso probar más del mismo autor. Sobra decir que las críticas lo respaldan como uno de los máximos exponentes de este género y creo que IT podría ser la novela con la cual pasar estas fechas. 

Aquí termina mi pequeña contribución para animar esta noche de espanto. Si tienen recomendaciones estaré encantada de leerlas en los comentarios ¡nada mejor que seguir engordando la wishlist! Y ya saben, espero que pasen una noche llena de sustos.

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Un mundo bajo control es un mundo perfecto.

Jonás vive en la Comunidad, un lugar donde la igualdad prima sobre todas las cosas: a cada quién se le asigna una tarea y son supervisados por un Concejo que decide qué hacer en cada situación. Las Unidades Familiares se conforman por decisión de ellos, así como los hijos que tendrán y las ocupaciones de cada uno según sus habilidades. No hay espacio para colores ni para el odio o las mentiras. Tampoco para el amor o los sueños. En la Comunidad no hay lugar a elecciones: o acatas las normas o eres Liberado. Cuando cada niño cumple los doce años, se le asigna la tarea que dirigirá su vida a partir de ese momento. Jonás está impaciente, teme que aquello que elijan para él no sea de su agrado. Pero cuando el Concejo escoge que él será el próximo Receptor de Memoria, tanto él como los demás ciudadanos sólo pueden expresar su sorpresa... y también algo de recelo.

La tarea de Jonás es la más extraña dentro de su mundo, pero también una de las que inspiran mayor respeto. Nadie más que el Receptor anterior sabe lo que se hace y según le han dicho, ello implica mucha valentía y ser capaz de soportar un dolor como ningún otro. Jonás está dispuesto a aceptarlo, a cumplir con su deber. Pero hará falta más que valentía para realmente ser capaz de cargar con los recuerdos  que se han acumulado a lo largo de los años sin desear abandonarlo todo en el camino.

Se suele catalogar a El dador de recuerdos como una historia infantil, no sé si por su extensión, por los personajes o por el tema que trata. Personalmente, yo creo que es un libro que cualquier persona disfrutaría - sea de la edad que sea - porque más allá del mundo que la autora dibuja con pinceladas acertadas de una prosa sencilla hay una historia que encierra varios mensajes entre sus páginas. Todo aquello que el Consejo ha considerado necesario ocultar son los recuerdos de guerra, de dolor. Pero también aquellos de sentimientos tan hermosos como el amor. Pero, ¿esconder aquellas cosas que realmente sirve para mantener la igualdad? ¿Está bien privar a las personas de ciertos recuerdos solo para tener una sociedad perfecta y armoniosa? Esta es la premisa que nos presenta Lois Lowry en su libro y el dilema al que Jonás deberá enfrentarse. 

Quizás el argumento de la novela les haya sonado a alguna distopía (o varias) conocidas, pero lejos de echarse para atrás, creo que esta sería una de las razones para leer este libro. El dador de recuerdos fue publicada en 1993, por lo que no podría decirse que se une al boom distópico que ha habido en los últimos años, pero no deja de ser una novela que se disfruta de principio a fin. Si bien la novela es corta, creo que la autora da el tiempo necesario para que cada aspecto logre desarrollarse lo suficiente, aunque sí que he extrañado un poco más de profundidad en ciertos detalles. 

Les aseguro que quisiera comentar más cosas de la historia, pero dada la extensión de la novela creo que no sería posible sin contar algunos spoilers. Si te gustan las distopías, te aseguro que esta novela presenta ciertos elementos originales que seguramente podrán convertirla entre tus preferidos. Sino, tampoco hay pierde: el mensaje que deja es de aquellas que llegan directo al corazón. En conclusión, El dador de recuerdos es una historial que te lleva a ver la perfección dentro de una sociedad imperfecta, reafirmando que son esas diferencias lo que nos hace especial a cada uno de nosotros. Va también de los sentimientos, de la manera en que enriquecen nuestra existencia. Pero sobre todas las cosas, creo que va sobre la libertad que cada uno tiene de elegir de tomar sus propias decisiones, de equivocarse, pero de aprender de los errores y ser feliz de superar esos obstáculos.

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Una vacante imprevista

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Pueblo pequeño, infierno grande...

Octubre es uno de mis meses favoritos. Termina el invierno y comienza la primavera. Me encanta la época de transiciones, donde el clima no es ni muy frío ni caluroso. Y encima se acercan exámenes parciales. Ya sé que esto no tiene nada de bonito, pero por alguna razón, cada vez que entro en semana de exámenes hay alguna chispa de creatividad que brota de mí interior y me da ganas de sentarme a crear cualquier cosa, especialmente si se trata de trastear con el diseño del blog. Esta vez las ideas venían rondando mi cabeza ya varias semanas y lo cierto es que pensaba hacer todos estos cambios en unos meses, concretamente para celebrar el tercer aniversario de este pequeño rincón. Pero como verán, no he podido aguantar el paso de los días y ¡aquí tienen la nueva plantilla!

¿Les gusta? A mí me encanta. Sé que no será una maravilla del diseño, pero veo a Aerine (sí, yo también le coloco nombres a las plantillas), comparo a mis primeros diseños y me siento muy feliz de haber aprendido nuevas cosas y poco a poco ir logrando que esos bocetos del papel se puedan traducir en la pantalla. Es sencilla, pero ordenada. He jugado con una gama de colores otoñales porque va con la estación y porque otoño es, precisamente, mi estación preferida. 

La razón por la que escribo esta entrada no es solo para presentarles a esta nueva plantilla, sino para compartir otra pequeña noticia que me ha tenido con una sonrisa en la cara desde el día de ayer ¡Palabras que vuelan tiene un dominio propio! De ahora en adelante la dirección será esta: www.palabrasquevuelan.com y la verdad es que no podría estar más contenta. Siento que este blog va hacia adelante, que el nuevo dominio le da el toque de que esto va muy en serio y además, me da la sensación de que este rincón literario tiene para muchos años más. 

Me olvidaba comentarles que con estos cambios han venido otros pequeños, detalles mínimos pero que me ayudarán a tenerlo todo más en orden. Por ejemplo, la suscripción al newsletter. Descubrí MailChimp casi sin querer y me han encantado las opciones que tiene para poder estar todos al día de las entradas que aquí se cuecen ¡deja tu correo en la sidebar y no te pierdas ninguna entrada!

Visto las noticias de hoy, solo me queda darles las gracias a todos ustedes. Como siempre lo digo, Palabras que vuelan existe gracias a cada uno de los lectores que me regalan algunos minutos de su tiempo en pasarse, leer y comentar. No saben lo feliz que me hace tenerles al otro lado de la pantalla y saber que hay alguien con quién compartir mis opiniones sobre una de las cosas que más me apasionan: la literatura.  

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