Camelia es un hada madrina y como todas, su objetivo es ayudar a sus ahijados y cumplir cada uno de sus sueños. Aunque su magia posee muy pocos limites, Camelia no se limita a agitar la varita y darle a las personas lo que quieren, sino que le gusta guiar a sus protegidos por un buen camino hacia la felicidad. Pero luego de trescientos años de ayudar a jóvenes doncellas y aspirantes a héroes a encontrar su vivieron felices para siempre, Camelia empieza a ver las cosas desde otro punto de vista. Y entonces le encomienda a Simón, un mozo de cuadra que vive perdidamente enamorado de la princesa del reino y está dispuesto a todo por llegar a su corazón. Por supuesto, a Camelia esto no debería suponerle un reto muy difícil, porque la combinación de ingenio y magia nunca falla. Pero quizás no sea la situación lo que dificulta llegar a su objetivo, sino la persona a la que pretende ayudar. ¿Realmente ve a Simón solo como un ahijado?

Les confieso una cosa: comencé este libro sin saber absolutamente nada de él. Por la portada y el título algo sospechaba, pero más allá de eso desconocía los detalles de la novela. A estas alturas, he leído varios de los libros de Laura y si bien no soy fan acérrima suya, sí me encanta su trabajo y leo y leeré cualquier cosa que publique. Además, cuentos clásicos + Laura Gallego. ¿Cómo resistirme a esa combinación? Los primeros capítulos de Todas las hadas del reino son ágiles y reconozco que quedé enganchada por el ingenio de la protagonista, porque ese primer capítulo daba muchas pistas de lo que vendría a continuación... y las expectativas comenzaron a crecer a ritmo alarmante. Creo que debí bajar de las nubes a mis expectativas en cuanto pude...

¿Sientes que no puedes leer un libro porque has quedado encandilado/a con el maravilloso mundo e increíbles personajes del anterior? Sí, esa historia que ha jugado con tus sentimientos, ha roto tu corazón en mil pedazos y te ha dejado un vacío único es la culpable de que ahora estés con resaca literaria (también conocida como book hangover). Eres incapaz de comenzar una nueva novela porque tu mente vuelve una y otra vez a la anterior, a recordar esas escenas, esos diálogos y a pensar si el autor o autora se dignará a continuar su historia o si serán tan cruel en dejarnos con ése final. Si por el contrario, lo que te pasa es que llevas tiempo con un mismo libro y no consigues pasar página (mucho menos engancharte con la historia), lo tuyo es un bloqueo lector. Normalmente lees un libro en uno o dos días (¡a veces te duran solo un par de horas!), pero ahora los minutos pasan y aunque revisas una y otra vez el mismo párrafo solo consigues entender la mitad de lo que dicen ¡ni pensar cómo lograrás llegar al final! Ambos fenómenos son parecidos y me gusta agruparlos dentro de una misma categoría: Crisis Lectora. Todo lector tiene (o la tendrá) al menos una en su vida y sufrimos como si fuera una sequía. Las causas suelen ser variadas, así como no hay fecha determinada para la posible cura. Pueden pasar días, semanas, meses e incluso años, pero creo yo que si la literatura es realmente parte de nosotros, inevitablemente las ganas terminarán regresando. Pero, ¿hay algo que se pueda hacer, además de esperar pacientemente? En lo personal creo que sí y aquí unos tips que podrían ayudarte:

1. RESPIRA PROFUNDO Y NO TE FUERCES

De acuerdo, acabas de darte cuenta de que tienes resaca literaria o un bloqueo lector y lo peor que puedes hacer en este momento es forzarte a leer un libro por no quedar mal o por obligación. Así que déjalo a un lado por un momento y aprovecha el tiempo en hacer otras cosas que te gusten. Puedes ver esas series o películas que llevan eternamente en tu lista de pendientes. Salir a tomar aire, caminar, comer o preparar algo delicioso o simplemente tumbarte en la cama y escuchar música hasta que las ganas regresen.

¿Recuerdas ese libro que te robó el corazón, que te hizo reír o llorar y terminarlo con una sonrisa en los labios? ¡Es hora de buscar su ayuda! Repasa aquellas escenas que tanto te gustaron, revive los momentos que te llevaron a colocarlo entre tus preferidos. Esos libros tan especiales nos llevan a recordar lo mucho que nos gusta sumergirnos entre las páginas de una buena historia y dejarnos llevar por la pluma del autor. Si eso te anima y te sientes con ganas, no te conformes con leer unas pocas hojas ¡anímate a una relectura del libro completo!

3. UNA LECTURA LIGERA PARA DESCONECTAR DEL MUNDO

Los libros sencillos y sin muchas pretensiones son ideales para pasar un momento entretenido sin pensar demasiado en la historia. Los que suelen tener toques de comedia son los perfectos salvadores para estos casos, porque despejan la mente de muchas preocupaciones. En lo personal, mi primera opción es el chic-lit (¡y Sophie Kinsella es una apuesta segura!), pero la literatura juvenil (Rebel Belle o los libros de Blue Jeans) y la romántica histórica (los Hathaways o los libros de Sarah MacLean) también tiene títulos muy entretenidos.

4. PRUEBA CON OTROS GÉNEROS LITERARIOS
Es posible que tu bloqueo lector sea porque ya estás saturado del tema. Los últimos libros que has leído siguen casi el mismo patrón y necesitas tomarte un respiro antes de que termines odiándolos a todos. Pues bien, este es el momento de probar otras temáticas, aventurarte con ese libro que lleva tiempo en tu lista de próximas lecturas, pero que hasta ahora no te has atrevido a tocar por X motivos. Goodreads y Lectorati son páginas muy útiles si lo que buscas son recomendaciones, del mismo modo, la blogósfera también está llena de personitas muy entusiastas que te recomendarán sin pedir nada a cambio. No pierdes nada intentando y quién sabe, a lo mejor encuentras tu próximo favorito en el camino. 

Si por alguna razón sientes que en realidad no es tiempo de aventurarse, entonces busca un nuevo libro enmarcado en algún género con el que te sientas cómodo. Aquí te recomiendo especialmente Goodreads, pues es una plataforma que suele recomendarte varios títulos teniendo en cuenta tus preferencias como lector. 

El ambiente en el que se lee suele ser un factor importante para poder disfrutar una lectura. Yo suelo invertir mis horas de viaje de casa a la universidad (y viceversa) leyendo un libro y muchos días, también hojeo algunos capítulos antes de dormir. Pero en estos días el calor de Lima está insoportable y ese ha sido uno de los determinantes en la crisis lectora en la que estoy metida. Por eso lo mejor es buscar un lugar tranquilo y con el clima en el que más nos sintamos cómodos. Parece mentira, pero el entorno ayuda mucho a la lectura.

Cuando estoy deprimida o triste por alguna razón, ir de paseo a librerías siempre logra subirme el ánimo. Si tengo la suerte de poder llevarme uno (o más) libros a casa, mi estado de ánimo cambia completamente. Para mí, el book shopping es una de las mejores terapias y estoy segura de que a varios también les funciona. No necesariamente tienes que llevarte un nuevo título a casa, pero estar en contacto con estanterías que no son necesariamente las nuestras puede ayudar bastante.

Muchos nos apuntamos a diversos retos de lectura a comienzo de año, pero estos pueden resultar un arma de doble filo. Algunos se ven motivados sabiendo que tienen una meta que cumplir y un plazo para lograrlo, pero a otros puede resultarles estresante. Si estás con resaca o bloqueo lector, ir llevando la cuenta de los libros que lees no es la mejor opción. Así que olvídate un momento de ellos y recuerda que leer es un placer, no una competencia.

¿Cómo llegaste a querer la literatura? ¿Cuál fue el libro que te abrió las puertas a este mágico mundo? Y una de las más importantes: ¿Por qué lees? ¿Acaso por presión o por un desafío? ¿Porque es un libro de editorial? ¿O porque realmente te apetece? Estas preguntas pueden tomarte uno o varios minutos para responder, pero son esas respuestas las que te ponen las cosas en perspectiva y te llevan a recordar qué es eso que tanto de gusta de la literatura. Si hay algo que modificar, hazlo. Si hay que tomar algunas decisiones, no tengas miedo. Muchas veces el cambio trae cosas positivas.

10. ¿NO FUNCIONAN LOS TIPS ANTERIORES? ¡HORA DE TOMAR MEDIDAS DRÁSTICAS!

Si has llegado a este último tip y ninguno de los anteriores ha funcionado, es hora de poner las cartas sobre la mesa y tomar una decisión para las próximas semanas: desconexión total. Por los siguientes días olvídate que existe la literatura. Olvídate de los blogs, de booktube, de los eternos pendientes, del desafío de Goodreads, de las frases bonitas, de las librerías, de la biblioteca, de todo. Tómate unos días para ti mism@, mímate un poco, planea un viaje, un reencuentro con amigos, una escapada al cine o al teatro. Disfruta de las otras cosas que te gustan hacer y que no has podido por falta de tiempo. Poco a poco tú mismo@ te darás cuenta de que la lectura siempre ha sido parte de ti y regresarás con energías renovadas y muchas ganas de conocer nuevas historias.  

Y hasta aquí el post de hoy. Reconozco que me ha quedado un poco largo, pero espero que los tips puedan resultarles útiles. Muchos de ellos los he escrito en base a experiencia personal ¡y les aseguro que funciona! ¿Ustedes tienen más sugerencias? ¿Han sufrido resaca o bloqueo lector? ¿Cómo lo han superado? ¡Espero que me cuenten en los comentarios! 

¿Hace falta contar de qué va la película? A estas alturas, espero no equivocarme al decir que todos alguna vez hemos visto oído sobre el clásico de Disney. Para quién no sabe, La Cenicienta es originalmente un cuento de hadas folclórico que ha tenido múltiples versiones, entre orales y escritas. Dos de las más conocidas son las de los Hermanos Grimm (1812) y la de Charles Perrault (1697), siendo esta última la versión que utilizó la factoría Disney para elaborar la película estrenada en 1959. Así que, si has visto aquella cinta de dibujos animados, tienes que saber que con esta nueva versión de La Cenicienta no te llevarás ninguna sorpresa: es fiel a la adaptación que todos conocemos y pocos son los detalles que el director ha cambiado en la historia. No obstante, eso no la hace aburrida - ni mucho menos - sino que la convierte en una película amena capaz de evocar los bonitos recuerdos de nuestra infancia, aquellos en que los clásicos tenían protagonismo.

Creo que esta es la primera vez que veo una película en la que conozco a casi todo el reparto (y no tengo absolutamente ninguna objeción con ellos, todos me parecieron perfectos en sus papeles). A Lily James la vi en Downton Abbey y a Richard Madden en mi adorada Game of Thrones y creo que acertaron al ponerlos como Cenicienta y el Príncipe. Si bien es cierto que ambos tiene química en la pantalla, el romance no ha terminado de convencerme. Sabemos que la versión de Disney nos presenta un edulcorado instalove y el infaltable felices para siempre y en esta nueva versión me temo que tenemos casi lo mismo. ¿Culpa de Branagh (el director), de Disney o de Perrault? No estoy segura, pero para que no sea tan obvio, en esta película han decidido añadir algunas escenas que no salen en la versión de dibujos, escenas en las que podemos ver más interacción entre el Príncipe (¡que por fin tiene un nombre!) y la adorable Ella, que van dando un poco más de forma a su historia de amor.


Pese a que la misma historia no permite mucho desarrollo en los personajes, creo que mis preferidos han sido el de Lady Trementine (la cruel madrastra interpretada por Cate Blanchett) y el Hada Madrina (representada por la siempre genial Helena Bonham-Carter). De la primera tenemos más que un atisbo de su vida. No es desalmada porque así lo dice el guión y punto, si no que vemos que ese carácter es en realidad producto de los celos y el sufrimiento que ella misma ha tenido en su vida. En cuanto al Hada Madrina, se aleja de la tierna anciana que todos conocemos y tenemos a un personaje algo despistado que le aporta ese toque de comicidad y picardía a La Cenicienta.

¿Qué es lo que más me gustó de La Cenicienta? Aparte de los ojazos de Richard Madden y el precioso vestido azul de Ella, tres cosas: el vestuario, la fotografía y la dirección artística. Me ha parecido que todo está tan bien cuidado y es tan precioso que brilla por sí solo. Aún si la historia no llega a llamarte la atención, estoy segura de que estos componentes sí que lo harán. Al ser La Cenicienta una historia atemporal, no tiene un código de vestuario específico, por lo que el director ha situado el escenario a medio camino entre la Regencia inglesa y la época medieval, teniendo como resultado una ambientación maravillosa en la que - según he leído por ahí - han recurrido lo menos posible a los efectos especiales.

En conclusión, La Cenicienta es una entretenida adaptación del clásico de Disney (y del cuento de Perrault). No tiene muchos giros inesperados, pero podría decirse que lo compensa con el increíble despliegue en cuanto a dirección artística. Ideal para verlo con los amigos o la familia, para suspirar con una bonita historia de amor y para creer - aunque sea por unas horas - que los sueños pueden hacerse realidad.

Un concurso de periodismo y dos chicos dispuestos a todo para obtener el premio...

Léane es francesa y ha llegado a Inglaterra para su primer año de universidad. Adaptarse no le ha resultado tan difícil como pensaba, pero siempre está el hecho de extrañar a la familia que dejó en el continente. Cuando se presenta al concurso, sabe que esa es la primera puerta que tendrá que cruzar para cumplir sus sueños. Lo que no sabe es que encontrará en Blake a un contrincante a su altura, no solo porque parece dominar el escenario que pisa, sino también porque hará hasta lo imposible por vengarse de un pequeño desliz que tuvo Léane en la primera etapa del certamen y que casi le cuesta a él su puesto en el mismo. Los roces entre ellos comienzan en el primer capítulo: Blake no se corta al momento de hacerle jugarretas a Léane y ella está más que dispuesta a pagarle con la misma moneda. Pero entre constantes tira-afloja empieza a surgir algo que ninguno de ellos puede negar y que puede convertirse en una ayuda (o un obstáculo) en su camino hacia el premio final.

Cuando leí la sinopsis de Llévame a cualquier lugar supe que sería un libro entretenido, pero sin muchas pretensiones. Y así fue. La autora ha tenido el acierto de comenzar su novela situando al lector de lleno en la acción y luego ir contextualizando de a pocos, soltando los datos necesarios para conocer a nuestros dos protagonistas y dando un vistazo de lo que es su día a día. Nos cuenta las razones que cada uno tiene para optar por el premio y también las causas del odio que nace entre ellos. Si bien es cierto que al comienzo cada una de las trastadas que hacía Blake me daban algo de risa, luego de un par de páginas empezó a resultar cansino y no pude dejar de sentir que ambos protagonistas se comportaban como niños ¡están en la universidad, por favor! Eso no quiere decir que se comporten como santos, pero hacen cada cosa que es más propio de adolescentes y eso fastidia un poco, teniendo en cuenta de que se trata de un libro new adult. Afortunadamente eso termina pronto y da paso a la parte más romántica de la historia y he de reconocer que con ello la novela mejora mucho. Es bonito ver lo real que la autora ha plasmado la historia de Léane y Blake, con diálogos llenos de ternura, pero también con alguno que otro malentendido. También es genial ver cómo ambos empiezan a ayudarse mutuamente: él le da a Léane la seguridad que necesita y ella le hace ver la vida de otra forma, más alegre y llena de color.

La reina del cementerio.

Ese es el apodo que Amelia Gray ha sabido ganarse a pulso al ser una de las restauradoras de cementerios más conocidas del país. Desde que tenía nueve años, los camposantos han ejercido una extraña fascinación en ella, no solo porque su padre era guarda de uno y prácticamente creció entre lápidas, sino también porque Amelia puede ver fantasmas. Eso no es ningún impedimento para amar su trabajo, más ahora que ha conseguido ser la restauradora oficial del cementerio de Oak Grove, una necrópolis ubicada en el elitista Charleston, un pueblito ubicado al sur de Estados Unidos, donde la superstición y las tradiciones se entremezclan en la vida diaria de los habitantes. La calma dura poco y un cadáver desangrado hasta la muerte aparece mientras Amelia realizaba sus investigaciones. La policía requiere de sus conocimientos sobre tumbas porque las circunstancias de la muerte no son claras: la víctima es mujer y al parecer, no es la primera en morir en Oak Grove. La simbología que la rodea es aún más sospechosa y habla de puertas hacia el Más Allá y presencias oscuras que puedan haber cruzado el umbral entre vivos y muertos. Casi sin querer, Amelia se ve envuelta en una investigación que pondrá a prueba no solo sus habilidades como restauradora, sino también esa capacidad de huir de los fantasmas que no puede dejar de ver y además, poner en juego su corazón cuando conoce al atractivo (y misterioso) jefe de policía. Todo eso sin contar que el asesino ha seguido su rastro y posiblemente, Amelia sea la siguiente víctima.

¿Quién puede resistirse a un thriller con cementerios como escenario principal? Yo, desde luego, no he podido. Si bien es cierto que la novela no me ha cautivado tanto como esperaba, creo que la autora ha sabido jugar muy bien sus cartas, balanceado todos los elementos hasta dar un resultado satisfactorio. Desde las primeras páginas nos situamos de lleno en la acción y a la par que transcurre la historia vamos conociendo más detalles de la protagonista, la peculiar Amelia Grey, que es de esas chicas que tienen mucho por contar, pero que van develando los detalles con el paso del tiempo. El hecho que pueda ver fantasmas es el toque paranormal idóneo para una historia como esta, que no se centra exclusivamente en el suspense, sino que da un poco de tiempo para tener un atisbo del pasado de Amelia, de su familia, de sus secretos y de las razones que le han llevado a optar por un trabajo tan curioso como el suyo. Aunque muchos puedan pensar que ver fantasmas ya es bastante malo (no digamos trabajar rodeada de ellos), Amelia vive más o menos tranquila esquivando a los espectros que aparecen en su vida y también a los humanos que son acechados por ellos. Esas son las normas que han regido sus veintisiete años de existencia... pero parece que tendrán que romperse cuando conoce a John Devlin. Cautivador, inteligente y con un halo de misterio que le rodea de forma continua. Y para más inri, con dos fantasmas que se niegan a despegarse de sus espaldas. Justo el tipo de hombre del que debería alejarse, pero del que no puede negar esa chispa de atracción que existe entre ellos. Sin embargo, el romance no es lo central en La Restauradora, sino un elemento más que adereza una historia capaz de estremecerte en varias escenas. Casi he extrañado un poco más de protagonismo de este componente, pero me alegro que la autora haya sabido dejarlo para los siguientes libros porque sospecho que Devlin y Amelia aún tiene mucho camino por recorrer.

Si le he puesto solo tres estrellas de cinco en Goodreads es porque he echado de menos un poco más de énfasis en la parte policíaca de la novela. No niego que la historia me ha tenido en vilo durante varios capítulos y me ha encantado que en cada uno se vaya descubriendo cosas que dan un giro a la historia y cambian la perspectiva del crimen, pero también voy a confesar que ya sospechaba quién podría ser el asesino/a... ¡y he acertado! ¿Será que me estoy volviendo más perspicaz? ¿O será que la autora no ha sabido distraerme lo suficiente? Como sea, tampoco ha estado tan mal, porque es en los últimos capítulos cuando se vive una explosión de información (y de sensaciones) que hacen que la novela adquiera un ritmo vertiginoso único que lleva a un desenlace - un tanto apresurado, eso sí - que no deja indiferente. He quedado prendada de Charleston y sus enigmas y por supuesto ¡quiero saber más de Amelia! Saber que estoy frente a una serie podría haberme echado para atrás, pero el libro me ha gustado lo suficiente para continuar con las dos entregas siguientes que - dicen por ahí - parecen estar mejores que el primero.

En conclusión, si eres asiduo al thriller, quizás La restauradora no sea LA novela, pero entretiene y se lee rápido, por lo que es un título más que recomendado. Si aún no has probado nada del género, ¿a qué esperas? Particularmente, me encanta la sensación de no saber qué se viene en la siguiente página y tener la cabeza llena de conjeturas. Además, creo que esta primera parte de La reina del cementerio sería la perfecta opción para iniciarse en el thriller. 

¿Quién no ha visto u oído el clásico cuento de La Bella y la Bestia? Desde los dibujos de Disney, hasta la próxima película que tendrá como estrella a Emma Watson, la historia de Bella y Bestia es una de las que siempre se han hecho adaptaciones, en distintos años, países y formas. La belle et la bête, la versión de la que hoy voy a hablar, es una versión francesa - grabada en el 2014 - cuyo trailer prometía mucho y aunque no haya sabido cumplir del todo mis expectativas, tampoco ha estado nada mal. 

Si hay algo que me ha gustado de esta película por encima de todas las cosas, ha sido el suave acento francés de los actores. Confieso que este fue uno de los incentivos para ver el filme. Adoro el acento francés y aunque son pocas las películas que he visto en ese idioma, no puedo decirle no a una que se ponga delante mío. En este caso, me ha dado la sensación de que es un elemento más en la adaptación, un detalle que le da ese toque romántico que le faltó a las escenas. Sabemos que la maldición de Bestia solo se romperá cuando alguien llegue a amarlo. Pero, ¿es posible amar a alguien sin conocerlo lo suficiente? Cada vez que nuestros protagonistas se veían cara a cara, no hacían sino discutir. Él trataba de asustarla y ella aguantaba tanto como podía. Pocas eran las interacciones, demasiado pocas para que surja algo entre ellos. ¿Cuál, entonces, ha sido la explicación que dio el director para que surja el amor entre estos dos? Los sueños. 

Febrero ha sido el mes de juvenil y diez libros han caído. Todas buenas lecturas (a excepción de un par) y todas más que recomendadas (nuevamente, a excepción de ese par) ¿Vemos cuales son?

• El mañana empieza hoy (★★★): Desde que terminé (y adoré) Donde termina el arcoiris, estaba ansiosa por leer algo más de la autora, hasta que esta novela cayó en mis manos. Con ella he llegado a la concluir dos cosas: primero, Cecelia Ahern tiene una pluma maravillosa para ambientar historias. Segundo, lo suyo son las novelas realistas. Si quieres saber más, AQUÍ la reseña. 

• Y por eso rompimos (★★): No sé ni por qué comencé con este libro, porque sabía de antemano que me gustaría poco (¿masoquista? tal vez...). La idea general estaba bien, al igual que la prosa, pero lo demás deja mucho que desear. AQUÍ la reseña. 

• Eve & Adam (★★): La segunda decepción del mes es esta. Lo cierto es que lo leí a petición de un amigo booktuber, porque ya había escuchado las malas críticas y sabía que por otra razón no lo tocaría. Nuevamente, la premisa no está nada mal, pero ahí queda todo. Hay tantas incoherencias con los personajes, los giros, etc que no pienso continuarlo. 

• Delirios (★★★★): A.G.Howard supo sorprenderme con Susurros y el giro dark que le dio al clásico Alicia en el país de las Maravillas. Delirios es la continuación de esta trilogía y está incluso mejor que el primer libro. Hay más misterios, tira-afloja y más Morfeo (es mi debilidad ♥). Confieso que no estuve segura de continuar o no lo serie, pero luego de esta segunda entrega me he convencido de que tengo que saber en qué termina la odisea de Alyssa.





Hasta aquí mis lecturas del mes. ¿Cómo les fue a ustedes? Yo sospecho que Marzo ¡Si llego tan solo a diez libros hago sorteo! (Ok, no. Aunque... ¿quién sabe?).