Theodora vive por el ballet...

Desde que aprendió que la danza es y siempre será parte de su vida, ha dedicado su tiempo en convertirse en la mejor bailarina de la ciudad, aquella que podrá aspirar a ligas mayores y quizás, algún día no muy lejano, personificar a una de las protagonistas más exigentes de las piezas clásicas. 

Pero Theodora también tiene una vida fuera de la danza...

A sus diecisiete años, es una chica normal que asiste a un instituto normal. Tiene a dos amigos que le apoyan en todo, va a fiestas, se emborracha, fuma y bebe y por supuesto, sale con chicos. O bueno, al menos coquetea con ellos. Desde que terminó con Trent, las cosas no ha sido iguales. Fue su primer novio y el que la marcó más de lo que ella quisiera creer. 

Y además, Theo guarda algunos secretos inconfesables...

Su mejor amigo, su vecino, Donovan desapareció hace cuatro años dejando tras de sí una serie de incógnitas. ¿Donde está? ¿Con quién está? Pero sobre todo, ¿por qué dejarlo todo cuando tenía una vida maravillosa? ¿Y donde queda ella, Theo, con quién compartían todo y había hecho una serie de promesas juntas? Cuatro años han pasado. Cuatro años en los que la vida de Theo ha ido cambiando - para bien o para mal - y ahora está a punto de enfrentarse a una noticia que puede dar un giro de ciento ochenta grados a la historia: Donovan ha aparecido, pero no es el mismo de antes. Con el tiempo, Theo se dará cuenta de una cosa: hay algo en su pasado que puede salvar a su amigo. Pero revelarlo implicaría arruinar su carrera de bailarina para siempre. ¿Existe acaso lo correcto o es que a veces es mejor callar y olvidar cierto hechos demasiado... dolorosos?

La muerte acaba de llevarse a su madre y ahora debe cruzar todo un océano para mudarse un país que apenas conoce e intentar rehacer su vida de la mejor manera posible. Superar un pérdida es difícil, pero tratar de adaptarse a un mundo en el que ni siquiera se habla la misma lengua también va a suponer todo un reto para Katie Greene. Aunque se defiende lo suficiente con el idioma, Japón no deja de ser un gran misterio, con sus escenarios rebosantes de cultura, sus costumbres más tradicionales y la historia que esconde entre sus monumentos. 

Katie destaca en ese escenario. Lo sabe, pero no puede evitarlo. Su cabello rubio y su piel demasiado blanca son un claro indicador de que es una extranjera y eso, en la nueva escuela, puede ocasionarle más que unas miradas de extrañeza. Ha logrado entablar amistad con un par de chicos - Yuki y Tanaka - pero otros, como Tomohiro, parecen haber nacido para hacerle la vida imposible... y solo porque ella estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado. 

Yuu Tomohiro es un chico guapo, eso nadie lo niega. Practica kendo - deporte marcial - con la gracia de un maestro y dibujaba dibuja de maravilla. También es popular y esconde un secreto, y eso a Katie Greene le intriga mucho. Muchísimo. Sobretodo porque de alguna forma parece involucrarle a ella, porque o Tomohiro no deja de acecharla o es que el destino está empeñado en juntarlos para que resuelvan ese inusitado rechazo que ha surgido entre ambos desde el primer día.

Vamos, con esa pequeña sinopsis ya estarán pensando que Tinta nace con una de las premisas más comunes de la literatura juvenil y que lo que viene en sus páginas es el desarrollo de un instalove cargado con pinceladas de fantasía. Pero, antes de que cierren esta pestaña y vayan en busca de otras cosas, déjenme decirles que esto no es exactamente lo que parece. Tinta  puede comenzar con un cliché, pero la idea que Amanda Sun nos plantea va mucho más allá de eso. Por si eso fuera poco, Oz Editorial se encarga de regalarnos una pequeña joyita de edición: conserva los detalles de la edición en inglés y es todo un deleite al momento de la lectura. 

Japón es un país que pocas, muy pocas veces he tenido el placer de visitar a través de los libros. La cultura asiática en general despierta mucho mi atención y la japonesa en particular me lleva a plantearme seriamente en ahorrar para cruzar - al igual que nuestra protagonista - el inmenso océano que nos separa. Claro, yo lo haría con muchas más ganas que Katie, pero al fin y al cabo, no olvidemos que nuestra protagonista se ve obligada a vivir con una tía que apenas conoce en un lugar que difiere demasiado al que solía estar acostumbrada.

Mientras pasan los días y Katie empieza a adaptarse a su nueva escuela, cosas extrañas comienzan a ocurrirle a ella en los momentos más inesperados. No es normal que un bolígrafo explote en plena clase ni que los dibujos - sus dibujos - parezcan empezar a querer salirse de las páginas. No, debe ser parte de síndrome de estrés post-traumático, debe ser que está tan cansada de los cambios que su cerebro ha decidido empezar a enviarle señales de alerta... ¿o no? ¿Y por qué eso ocurre justo cuando Tomohiro está cerca? Con el fin de averiguar más de todo este asunto, Katie empieza a seguir a Tomohiro y lo que descubre sin duda cambiará su vida por completo, a tal punto de replantearse si no es mejor abandonarlo todo y huir del país o quedarse y hacer frente a las consecuencias.

Lo sé, nuevamente he dicho muy poco sobre la novela. Es más, creo que he escrito más de lo que debería. Tinta  es de esos libros que se disfrutan sin conocer de antemano lo que nos espera entre sus páginas y hoy me atrevo a decir que hasta el título es semi-spoileador. Pero si tienen dudas, les adelanto que la novela tiene un poco de todo y su principal protagonista es, sin lugar a dudas, la magia de la tinta unida a varios retazos de mitología y folclor japonés, la cual te deja entreveer pequeños detalles de la historia del país, de lo rica que es su cultura, sus creencias y sus costumbres. 

Ah, Japón es tan diferente a los países de occidente y eso es, precisamente, lo que lo hace tan especial. Katie tarde en poder apreciar eso pero cuando lo hace empieza a ver las cosas de otra manera. Y también a Tomohiro. Poco a poco entre ellos se establece una especie de tregua que luego da paso a una amistad que traerá más de un apuro. Romance hay, pero tengamos en cuenta lo diferente que es la sociedad japones y lo mucho que implica dar un simple abrazo. O incluso, llamar a alguien por el nombre de pila. 

Se nota que Amanda Sun se ha tomado su trabajo de documentación muy en serio. Por ahí leí que la autora vivió un par de años en Japón y eso se ve reflejado en lo bien que ha sabido construir los escenarios y la forma en la que juega con las palabras japonesas. Todos los detalles de este libro, desde la portada/contraportada, los dibujos, los detalles a pie de página y la propia traducción hacen que Tinta te lleve al Japón de hoy, futurista y bullicioso, pero con una historia milenaria detrás que se dejará entreveer en las páginas de este libro. 

Para ser Tinta el primer libro de una trilogía, tengo que reconocer que ha empezado bastante bien. Quizás la parte romántica es la que flojea un poco y algunos aspectos de la protagonista no termina de convencer, pero evaluando en conjunto tengo que decir que es un buen libro, de esos a los que no les cuenta sumergir al lector en su historia desde las primeras páginas. Y en este caso, hay un añadido: si tenías planeado aprender un idioma, te aseguro que después de leer Tinta conocerás lo básico para poder pasar un día en Japón sin llegar a perderte. 

Ah, la edición. ¿Ya les comenté lo bonita que es? Creo que es un plus a considerar, porque no solo hay ilustraciones, sino pequeñas imágenes que, al pasar las páginas, pareciera que se movieran. Muy de acuerdo con la historia, eso sí, la cual - antes de que me olvide - tiene uno de esos finales que te dejan pensando cuando la editorial sacará la segunda parte. Porque a mí me ha picado muchísímo la curiosidad: no solo deseo seguir atravesando el país a través de la tinta de este libro, sino que también quiero conocer que es lo que realmente se esconde detrás de ella. ¿Será magia antigua? ¿O serán todo fruto del azar? Solo queda averiguarlo leyendo Tinta . 

Hay tres cosas que deben saber para conocer el universo que Sally Green ha creado:

         Primero, existen tres tipos de personas: los Brujos Negros, (que encarnan lo más oscuro del hombre, capaces de asesinar sin remordimientos), los Brujos Blancos (cuya meta es luchar por la justicia y combatir la oscuridad) y los fains, personas comunes y corrientes que carecen de poderes mágicos. 

           Segundo, todo brujo, al cumplir los diecisiete años, debe tener una ceremonia de Entrega, en la que recibirá tres obsequios y un Don que lo acompañará a lo largo de su vida. 

           Tercero, los Brujos Negros y los Blancos han estado en una constante lucha desde tiempos inmemoriables: son opuestos el uno del otro, enemigos acérrimos que no dudarán en eliminar al otro si se les presenta la oportunidad.

Nathan, nuestro protagonista, tiene un poco de ambos: es hijo de una bruja blanca, pero también de Marcus, el más temido brujo negro del mundo. Falta muy poco para que cumpla los diecisiete... y acaba de ser secuestrado, alejándole de la posibilidad de convertirse en brujo y llevándole cada vez más cerca a la muerte. 

Esa es - a grandes rasgos - la premisa de la cual parte El lado Oscuro, la primera parte de una trilogía diferente a lo que el mercado juvenil nos ofrece. No miento cuando les digo que es muy difícil hacer una reseña de la segunda o tercera parte de una serie sin dejar caer algún spoiler, por más pequeño que sea. Sin embargo, esta vez he puesto todo de mí para no fastidiarles la lectura: qudénse tranquilos, no develaré nada que pueda interferir en vuestra lectura.

Aún recuerdo el momento en que escribí mi reseña de El lado Oscuro y lo poco satisfecha que había quedado con la historia. Luego me di cuenta de que el hecho de que no hubiera congeniado con la novela tenía una explicación: no era el momento. La historia que Sally Green nos presenta es profunda, oscura, psicológicamente compleja y no apta para todos. Pero, si llegas a engancharte, creéme cuando te digo que se convertirá en una de tus favoritas.

Siempre pensé que el Don de una persona reflejaba algo sobre ella, y todo lo que puedo pensar es que mi Don refleja mis deseos, y mis deseos son ser totalmente salvaje, totalmente libre. Sin ningún control.

Como ya habrán podido intuir, El lado salvaje es la segunda entrega de Una vida oculta, un libro donde la autora mejora muchísimo con respecto a la anterior entrega y madura su pluma a la par que sus personajes. Si en el primer libro teníamos una lucha interna entre el bien y el mal, en El lado salvaje nos encontramos con un Nathan que ha sabido aceptar esas dos mitades con las que ha nacido y poco a poco empieza a sacarl lo mejor de ambas. En definitiva, pasa de ser un niño indefenso y voluble, a un muchacho que acepta que tiene que matar cuando sea necesario.

¿Les comenté ya lo peculiar que es la pluma de esta autora inglesa? Así es, Sally Green empieza a sacarnos de nuestra zona de confort desde la primera páginas, haciendo uso de recursos varios y saltando de segunda a primera persona para darle mayor profundidad a su historia. Por supuesto, el indiscutible protagonista de ese libro es el Don de Nathan: oscuro, intenso y... salvaje. Cuando descubran que es entenderán por qué el títutlo del libro y la manera en que puede darle un giro completo a la novela.

Quiero empezar comentándoles que éste libro no es precisamente una novela. Más bien, se trata de una recopilación de hechos curiosos, detalles, mitos, creencias que se encuentran detrás de obras famosas (como mi adorado Orgullo y prejuicio) y de sus autores, cuya vida conocemos a muy grandes rasgos (a veces, ni eso) pero que forman parte esencial de aquellas novelas que han pasado a la historia por sus múltiples cualidades. 

Compuesto por veinticuatro capítulos distintos, Santiago Posteguillo nos va relatando con esa prosa tan suya que tiene pequeñas peripecias de los grandes de la literatura universal (y algunos no tanto, pero cuyas obras merecen la pena ser recordadas). Lo cierto es que mantiene cierta línea de tiempo, dado que comienza con la creación de la primera biblioteca del mundo, pasa por las aventuras de Dumas y sus mosqueteros, visita la Rusia de Dostoyevski, da un vistazo a la magia de Rowling e incluso se atreve a aportar su granito de arena al gran debate del libro físico versus el electrónico. Y todo ello con la gracia de una pluma maravillosa, novelizada, atrapante, incapaz de dejarlo de lado una vez que se ha caído en sus redes. ¿Cómo no disfrutar de un libro con tan buen contenido, si encima el medio por el cuál nos transmite es una delicia?

Lo cierto es que, aun conociendo previamente algunos de los datos que Posteguillo nos trae en su libro, he aprendido bastante de La noche en que Frankenstein leyó el Quijote. ¿Y saben qué? ¡Hay una especie de segunda parte! Así es, La sangre de los libros es una especie de continuación: más relatos, más curiosidades, más de la magia que desprenden las palabras de este autor español, al que por cierto empiezo a seguirle la pista y curiosear otros de sus libros. Me gusta cómo Posteguillo es capaz de jugar con el misterio del autor o novela de turno en tan pocas páginas, cómo trata (con bastante facilidad, por cierto) de retener al lector, de suscitarle esa curiosidad y luego dejarle con una sonrisa de satisfacción al terminar el capítulo. 

Me temo que poco más es lo que puedo contar de este libro. Al ser tan corto y tan particular, prefiero que se adentren en él sin saber más que lo necesario. En la parte de arriba tienen un link llamado Lee los primeros capítulos, a través del cuál podrán acceder a la primera historia que compone este libro. Denle una oportunidad, les aseguro que no se arrepentirán, porque La noche en que Frankenstein leyó el Quijote es justamente lo que promete: contarte la vida secreta de los libros... y de sus autores. 

Siete paseos por la niebla

Hay ocasiones en las que toca salir de nuestra zona de confort y probar cosas nuevas. A veces da un poco de temor o desconfianza, pero si no se intenta, ¿cómo saber si realmente vale la pena? 

Desde el mes de Agosto tengo una nueva responsabilidad: soy moderadora del club de lectura Cuando leo me enamoro, uno de los grupos de literatura juvenil más grandes que hay en Lima. Y la noticia no podía tenerme más contenta. Como parte de las actividades, cada mes leemos dos títulos y nos reunimos el último sábado para debatir los detalles más importantes de cada novela. Esta vez fue el turno de Siete paseos por la niebla, una recopilación de siete cuentos distintos escrito por Yeniva Fernandez, una autora peruana que ha sido capaz de crear una atmósfera entre espeluznante y melancólica en cada uno de sus relatos,  a los cuales el lector llega sin saber muy bien que esperar y sale con la convicción de que vale la pena invertir el tiempo en su lectura.

Me encantaría desmenuzar un poco cada una de las historias, pero eso sería un spoiler imperdonable para todos los que me lean. El libro es cortito (si no me equivoco, tiene alrededor de 150 páginas), pero los relatos absorben de una manera tan sorprendente que se disfruta cada detalle. Lo que más destaca en cada uno de ellos es la capacidad que tiene la autora para construir un cuento que juega con la delgada línea que existe entre la realidad y la fantasía: mezcla con soltura los distintos escenarios latinoamericanos (Lima, México, Buenos Aires, etc) con un sutil componente sobrenatural en la dosis justa.

Si bien es cierto que suelo leer un poco de todo, los cuentos han tenido poca presencia en mi lista de lecturas. Entre uno de mis objetivos para este y el próximo año es que esa presencia se incremente, porque hay relatos que valen mucho la pena y como muestra, tenemos al libro que hoy les presento. Siete paseos por la niebla ha sido toda una sorpresa: la empecé sin saber muy bien qué encontrar en él y terminé pegada a sus páginas, inmersa en cada uno de los cuentos que Yeniva Fernández nos presentaba, casi viviéndolos en carne propia. La autora se encarga de tocar una variedad de temas entre sus páginas: un poco de mitología y folclor popular, pasando por la concepción sobre la belleza femenina, los celos, el romance, hasta temas tan actuales como el racismo y los distintos tipos de discriminación. Vamos, un poco de todo, contado con una pluma sencilla pero directa que parte de premisas sencillas, aderezándolas con un toque de suspenso y un par de elementos de carácter paranormal. 

En síntesis, si sigo hablando del libro terminaré contando más de lo que debería. Basta decir con que me ha costado elegir uno o dos favoritos, pero me quedaría con En memoria de Evelina y por supuesto, La pequeña compañía.  Quizás sea porque han sido las dos historias más largas - y por tanto, las más desarrolladas - pero lo cierto es que no solo juega un papel importante los elementos presentes, sino también la imaginación del lector y su experiencia previa. Termino señalando que, personalmente, creo que es de esos títulos que se disfrutan más si se comienza sabiendo poco o casi nada de ellos. La sorpresa es un factor muy importante y agradezco a la editorial que en la sinopsis haya puesto solo lo indispensable. Les animo a que le den una oportunidad, Siete paseos por la niebla lo merece.