Reseña: Reino de sombras

26 ago 2016

Reino de sombras
Serie Reign of shadows (1 de 3)
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Diecisiete años atrás, las sombras descendieron sobre el reino de Relhok, cubriéndolo todo de una densa oscuridad y dando inicio al Eclipse Negro. 
Diecisiete años atrás, nació una joven princesa que fue privada del don de la vista, sumiéndola en una perptua oscuridad.
Diecisiete años atrás, el canciller asesinó a los reyes, usurpando el trono y obligando a la verdadera heredera a esconderse en una torre.
Y diecisiete años después, comienza esta historia.

Luna nunca ha podido ver, pero eso no le impide valerse por sí misma, pese a que sus dos tutores - una adorable anciana y un protector ex-guardia - le hayan prohibido por todos los medios salir fuera de la torre. No por la limitaciones físicas que pueda tener, si no porque Afuera existe una amenaza peor que los propios humanos: los moradores, seres que devoran cuerpos y succionan almas, que viven en las profundidades de la tierra y solo le temen a la medialuz, ese escaso pero anhelado momento del día en que unos efímeros rayos de sol alcanzan al reino. 
Un conejo masacrado era la víctima de la guerra que se estaba librando. Yo no estaba dispuesta a ser como él. Lo sabía porque conocía la oscuridad. Conocía su sabor en mi boca. Su sensación en mi piel. Se adhería. Sofocaba. Traía consigo la muerte.
Testaruda como es, Luna escapa en busca de un extraño sonido y termina encontrándose con un grupo bastante peculiar: dos hermanos y un arquero a punto de ser devorados, a quienes salva la vida y termina alojando en su torre. Pero no por mucho tiempo, porque ocurre algo que la obligará a huir, dejando a las únicas personas en quienes ha confiado toda su vida y embarcándose en una aventura- a regañadientes, eso sí - con Fowler, ese arquero misterioso, cínico, frío y que la considera poco más que una carga. ¿Su objetivo? Llegar a Allu para empezar una nueva vida, aunque eso implique meses de caminata, de discusiones con su compañero, de emboscadas y persecuciones e incluso, de luchar contra extraños sentimientos.

Reseña: Al final de la calle 118

22 ago 2016

Al final de la calle 118
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Vivir al final de la calle 118 nunca resultó sencillo. Tras el abandono de su madre cuando aún eran pequeñas, Rachel y Valeria se han visto obligadas a hacer lo que sea necesario para sobrevivir. Valeria trabaja como modelo, aceptando cada oferta que se le presente aún cuando no le interese ni la moda ni el maquillaje en lo más mínimo. Y Rachel dejó de ser ella para convertirse en Raven, una joven fría que sale todas los días a ofrecer sus servicios a los hombres que estén dispuestos a pagarlos, escabulléndose de las garras de la policía y ahogando las penas con un cigarrillo en la mano.

El motel en el que viven nunca podrá considerarse su hogar, pero es lo único que tienen y están dispuestas a conservarlo, viviendo el día a día en un estado de monotonía, de resentimiento, de ganas de dejar que la vida pase y no se detenga. Hasta que Simon se cruza en el camino de Valeria y al ritmo de una dulce melodía empiezan una serie de afortunadas (y quizás también alguna desafortunada) coincidencias que llevarán a que la vida de ambas hermanas tenga algunas gotas de color, de esas que te hacen pensar que a pesar de lo cruda que puede ser la realidad, hay cosas mucho más importantes que lo material y que una herida siempre puede llegar a cicatrizar. 
La vida es eso que pasa entre parpadeo y parpadeo, y no podemos hacer nada para evitarlo. El tiempo corre y nos arrastra con él. El tiempo nos mata, pero nunca es una muerte dulce, porque a la vida le gusta que suframos y por eso nos maltrata, nos tortura y nos desgasta.

Plataforma Neo es y siempre será una de mis editoriales favoritas. Al día de hoy ninguna de sus novelas me ha decepcionado y en cada una de ellas se siente el mimo y cuidado que le ponen a sus ediciones. Al final de la calle 118 no sólo pertenece a la editorial, sino que también es ganadora del Premio La Caixa (en mi opinión, un galardón más que merecido) pero lo verdaderamente interesante llegó cuando supe de qué iba la historia. ¿Prostitución, abandono y una pizca de romance en un libro de literatura juvenil? No fue necesario nada más para entrar en mi lista. ¿La razón? Porque son temas que no suelen abordarse en LIJ y si lo hacen, son de manera superficial, casi tabú y yo necesitaba saber de qué manera Clara Cortés abordaba esta historia y jugaba con la complejidad de sus personajes (y sí, desde que estudio psicología me he vuelto más pesada en ese tema).

Veamos, ¿qué les puedo contar sin develar más de lo necesario? Que Al final de la calle 118 me ha sorprendido, aunque no llegó a ser LA novela que esperaba (mucho hype puede ser contraproducente). Es cruda, realista y por momentos desgarradora. Tiene escenas que llegan y destrozan un poquito el corazón y momentos en lo que uno quisiera entrar en la historia y simplemente darles un abrazo a los personajes. Pero es realista y eso es lo que quiero destacar por encima de todas las cosas. Clara Cortés, con esa pluma acompasada y ese estilo tan suyo logra llegar al lector, conmoverle, hacerle parte de la novela y llevarle a recorrer los pasos de Valeria y sus intentos de alejarse de las cámaras para encontrar algo que realmente le haga feliz y en el trayecto, sacar a su hermana del pozo en el que se encuentra e intentar construirse una nueva vida, una en que la incertidumbre no sea el pan de cada día. 
Es curioso ver cómo funciona el mundo, y también lo es ver cómo funcionan las personas. Me resulta extremadamente fascinante su comportamiento porque, aunque puede dar la sensación de que sí, en realidad no hay reglas, ni pautas a seguir, ni nada puede ser determinado. Cada uno somos un universo completamente distinto y podemos intentar generalizar todo lo que queramos, pero siempre habrá excepciones para todo porque nadie es igual. Nadie se salva de nada, aunque sea más guapo, más alto o más brillante... Y precisamente, no serlo no te deja fuera de la rueda de acontecimientos que es la vida.
¿Que si hay romance? Claro, pero son apenas pequeñas pinceladas que buscan aderezar la novela. El argumento de por sí es delicado pero la autora no pretende dejarnos una moraleja ni condenar el tema de la prostitución, aunque eso no implica que no sepa abordarlo de la mejor manera posible. Con crudeza, con realismo, sin cortarse nada, retratando de forma bastante lograda el complejo mundo de Raven, que contrasta en sobremanera con el de su hermana, aunque ello no quiere decir que no existan elementos que las unan (más allá de la sangre). 

Creo yo que Al final de la calle 118 es de esas historias que deben conocerse a través de los ojos de los personajes y no en una reseña, razón por la que me niego a darles más detalles sobre el argumento. La premisa es sencilla, la narración encantadora y cada uno de los personajes tiene una voz que busca ser escuchada y yo les animo a descubrir esta historia, porque es algo diferente a lo que suele verse, con un encanto con sabor a melancolía. 

Let's talk: mis cinco villanos favoritos

17 ago 2016


Toda historia debe tener un villano... ¿o no?
Desde que tengo uso de razón y leo de manera asidua la gran mayoría de novelas que llega a mis manos tiene un villano, antagonista o en el "peor" de lo casos, un antihéroe. Sí, ese personaje que ha sido creado para ser la némesis de nuestros protagonistas, para hacer que su vida sea un poco más dramática de lo que ya es y colocarle uno y mil obstáculos que le impiden conseguir un "final feliz" o una vida medianamente "normal". Y lo coloco entre comillas porque, como todo en esta vida, considerar a alguien un villano es muy relativo. 

En lo personal hay un hecho muy curioso que me ocurre con este tipo de personajes: muchas veces - la mayoría sin querer - terminan gustándome mucho más que los protagonistas. Creo yo que crear un antagonista es mucho más complicado que crear al personaje principal, porque hay que darle un trasfondo, cierta complejidad psicológica y las razones suficientes (y justificadas) para que actúen como lo hacen. Muchos se quedan en el intento. Otros son los típicos chicos malos que esconden un buen corazón. Pero al hacer un repaso de todos los libros/trilogías/series que he leído he descubierto a cinco que sobresalen por encima de los demás. Y aquí mi lista con mis cinco preferidos. 


Tom Marvolo Riddle  - o más conocido como Lord Voldemort - encabeza esta lista porque fue uno de los primeros que conocí y porque Harry Potter es y siempre será una serie que me acompañó durante gran parte de mi infancia y adolescencia. Les confieso que en realidad quería colocar a Draco Malfoy en esta entrada, pero las mismas razones que le llevan a que sea uno de mis personajes preferidos no me permiten incluirlo. E independientemente que Rowling insista es que no es un chico que esconda un buen corazón detrás de esa fachada de antagonista, soy fiel creyente de lo contrario, aunque sea una pizca, cosa que no tiene Voldemort (porque, veamos, ¿cómo alguien que tiene  un alma tan fragmentada - literal y metafórica - puede tener si quiera un ápice de bondad?).


Canción de hielo y fuego es sin duda de las mejores series de fantasía épica de los últimos tiempos. Y no solo por el argumento - sabemos que George R.R.Martin se toma su trabajo muy en serio y le encanta hacer sufrir a sus lectores - sino por sus personajes. LOS personajes, señores. Es aquí donde me tengo que detener y decir que, aunque la entrada prometa mostrar villanos, a Cersei Lannister no puedo encasillarla con un simple adjetivo. En realidad, a ninguno de los personajes. Claro que tiene su lado oscuro, maquiavélico y retorcido, pero creo también que todo el elenco lo tiene, en mayor y menor medida. Conocer parte de la historia desde su perspectiva no hace sino confirmarme esta idea: que en el mundo de Martin no hay ni bueno ni malos. No hay blanco y negro. Hay una inmensa escala de grises, donde cada personaje se va moviendo según su conveniencia, realizando acciones según cuales sean sus objetivos. Y aunque muchas de las decisiones que Cersei toma pueden enervar hasta el alma más apacible, no resulta difícil comprender las razones que la empujan a realizarlas.


En literatura juvenil pocos son los villanos que realmente pueden robarle el show a los protagonistas. Levana ha sido un gran descubrimiento y tras leer Fairest se ha convertido en una de mis preferidas. ¿Odiaste a la reina en Cinder, Scarlet o Cress? Genial, pero espera a conocer sus otras facetas en esta historia corta. No les miento cuando digo que puede resultar un poco... perturbador. Ver la evolución de un personaje, la degradación al punto de corromper su alma y esa transformación de joven ingenua a mujer capaz de todo por el poder resulta por momentos espeluznante. Pero vale la pena, eso sí. Y no creo que hubiera visto a Winter - cuarto y último libro de la serie - de la misma manera sin antes conocer la otra cara de una auténtica reina malvada. 


Jonathan "Jack Black" Randall es el perfecto ejemplo de que no se puede odiar por completo a un villano. Para los que han leído Forastera (y si no las hecho, te estás perdiendo una historia maravillosa) sabrán que este es uno de esos personajes que puedes llegar a detestar por la crueldad con la que es capaz de enfrentarse a los protagonistas, tanto que desearías borrarlo para siempre de las páginas, pero que sabes que sin él la historia no sería lo que es ni tendría la complejidad que tiene. Mi corazón aún está en proceso de recuperación (esos últimos capítulos del primer libro pudieron conmigo) ... y sin embargo no deja de maravillarme cómo Diana Gabaldon puede recrear un personaje así, que llegas a conocerlo tanto, a vislumbrar cada una de sus facetas y a quitarte el sombrero ante la complejidad psicológica que tiene. Odio a Jack Randall, sí, pero no voy a negar que como villano lo hace de maravilla. 


.... y la gran estrella de este post es sin duda mi querida - y odiada - Amy Elliott Dunne. ¿Leyeron Gone Girl o vieron la película? Hasta ahora no he conocido un personaje más retorcido, maquiavélico pero tremendamente genial como Amy. Con ella tengo una relación de amor/odio. Es imposible no quererla por lo taimada que puede llegar a ser, por le genialidad al momento de trazar sus planes. Pero eso mismo es lo que te lleva a detestarla: un personaje así es tan humano, tan real que daría miedo encontrarse a una Amy de carne y hueso en la vida real. Sin duda Gillian Flynn se ha lucido creándola y yo le estaré eternamente agradecida por dejarnos entrever la compleja psique de una psicópata en medio de una historia frenética con muchos giros inesperados, donde nada es lo que parece. Si no han leído Gone Girl no sé que están esperando. Ésa y todas las novelas de Flynn son una apuesta segura. 


Hasta aquí mi lista de cinco villanos preferidos. Quizás me haya dejado alguno en el tintero, quizás hay otros que todavía no he conocido y puedan desplazar los hasta ahora mencionados, pero si conocen a alguno que podría entrar en esta lista, yo encantada de curiosear un poco. Por cierto, ¿cuales serían sus cinco villanos favoritos? 


Reseña: La maldición del ganador

12 ago 2016

La maldición del ganador
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El imperio de Valoria se fundó sobre la base de la guerra y la esclavitud, arrancando la libertad de todo aquel que opusiera resistencia o se atreviera a enfrentarse al General. Como su hija, a Krestel se le ofrece dos opciones: unirse al ejército y ser digna heredera de su padre o casarse y formar una familia de élite. Ninguna de las dos opciones es mala, pero tampoco considera que alguna de ellas le haría feliz. Y mientras la fecha para tomar una decisión está cada vez más cerca, Krestel se ve inmersa en un asunto que puede cambiarlo todo: acaba de comprar un esclavo por puro capricho, uno que tiene la mirada más desafiante del mundo y que lejos está de ser un sumiso personaje que se rinde ante la belleza y el esplendor de los valorianos. No, Arin llega a la casa de Krestel dispuesto a demostrar que no es uno más del montón, llevándola al límite de su cordura, y logrando que se replantee sus propios ideales, sus costumbres y quizás, también sus sueños y su corazón.
Ya había anochecido por completo. Arin se preguntó si ella levantaría la vista, pero no le preocupaba que pudiera llegar a verlo entre las sombras del jardín. Sabía cómo funcionaban esas cosas: la gente que vive en lugares brillantes no puede ver lo que se oculta en la oscuridad.

Reseña: Night Owls

4 ago 2016

Night Owls
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Me gustan los corazones con músculos y arterias, no los corazones románticos.

Beatrix es una chica peculiar. la anatomía humana es su pasión y dibujar cadáveres se ha convertido en algo más que un simple pasatiempo. Pero como su familia no tiene los recursos económicos suficientes, su meta a corto plazo es conseguir una beca que le permita acceder a una buena escuela de arte. Y en eso estaba, hasta que la doctora Sheridan se le olvidó tuvo un contratiempo y no pudo asistir a la reunión, dejando a Bex sin la oportunidad de acceder al programa de Cuerpos Donados y prácticamente obligada a regresar a casa en la última línea de tren. 

Corrección, no en la última. En realidad tendrá que tomar el lento y sucio Owl de San Francisco, ese bus que nadie quiere por la baja calidad de su servicio y donde es fácil encontrarse con borrachines, fiesteros y hasta miembros de alguna pandilla. Lo que nunca pensó es coincidir ahí con Jack Vincent, cuyo principal atractivo no es lo guapo que pueda ser, sino que está tan lleno de excentricidades como ella misma: de clase alta, amante de lo vintage, practicante de budismo y un poco (pero no tanto) vegano. Y quizás también el responsable de los grafittis dorados que están apareciendo por toda la ciudad, lo cual le convertiría en uno de los artistas callejeros más buscados y a ella una chica con información privilegiada en sus manos.  
Era demasiado excéntrica para los chicos clásicos y no lo suficiente para los modernos. No era ni freak ni geek, y eso me dejaba sola en tierra de nadie
Que quede una cosa muy clara: ni la portada ni la sinopsis le hacen justicia a este libro. No digo que sean horribles, es solo que en una primera revisión uno podría pensar que está ante la típica novela de chica conoce a chico, se enamoran y son felices para siempre. Y nada más lejos de la realidad.  Night owls brilla porque se aleja de los estereotipos, de esos clichés que abundan demasiado en literatura juvenil. No tenemos a una chica inocente que no sabe lo que vale ni al encantador príncipe azul que llega a rescatarla. Tampoco una protagonista llena de defectos ni el clásico chico malo pero con corazón tierno que cambiará cuando conoce el amor. En realidad conoceremos a dos personajes tan distintos entre sí, pero tan reales que no hay forma de no conectar con ellos. Peculiares, sí, pero de carne y hueso, de esos que podrían ser tus vecinos o tus propios amigos.
- ¿Qué quiero?- sus dedos rozaron algunos mechones sueltos que tenía cerca de la sien - Te quiero llamar cada cinco minutos. Te quiero enviar un mensaje de texto deseándote buenas noches todas las noches. Te quiero hacer reír. Y quiero que me mires como lo hiciste aquella primera noche en el autobús.
No voy a negar que Night owls es también una novela romántica, pero de las bonitas. De esas que te sacan risas con las interacciones entre los personajes, con la chispa que desbordan nuestros dos protagonistas. Eso que va naciendo entre Jack y Bex es tan tierno que he estado con una sonrisa tonta en los labios durante muchas páginas. Lo suyo no es instalove (aunque a primera vista pueda parecerlo) y el romance tampoco lo es todo en esta novela. Ambos comparte su amor al arte - en diferentes facetas - y eso se ve plasmado entre las páginas (y la edición) de este libro. Jenn Bennet, la autora, se ha tomado su tiempo para desarrollar tramas que van complejizando la historia, explorando en cada uno de los personajes y sus vidas. Hay padres, hermanos y amigos que tienen un papel en ellas y no son simples marionetas, simple relleno que apenas aparece en una página para darle "normalidad" a la historia. Hay momentos de drama, de tensiones, de situaciones que podrían ser el fin o el inicio de nuevos conflictos. Pero sin caer en excesos, con las dosis precisas en los momentos exactos.

En resumen, Night owls es sencilla, ligera y sin muchas pretensiones. Ha sido la mejor compañera que pude tener para días de mucho trabajo y estrés y es por eso que he disfrutado cada página leída. Mis felicitaciones a la autora por saber darle vuelta a una historia que pudo ser una más del montón, pero que destaca por sus pinceladas de originalidad, tanto en sus giros argumentales como en sus personajes. Por supuesto me ha picado la curiosidad y creo que buscaré otras novelas suyas, sospecho que me llevará más de una grata sorpresa. 


Muchísimas gracias a Distribuidora Inca por el ejemplar 
¡ha sido la mejor lectura de Feria que pudo haber!

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