• DOCUMENTAR LOS LIBROS QUE ESTÁS LEYENDO / QUIERES LEER: creo yo que esa es una de las principales razones por las que muchos lectores nos creamos una cuenta en esta red social. En GoodReads tienes las opciones Currently reading (lectura actual), Read (leído) y Want to read (quiero leer) a las que se les denomina estanterías. Adicionalmente puedes crear más estanterías - tantas como quieras - y clasificar mejor tus lecturas (sí, incluso puede haber una de libros abandonados). Como biblioteca virtual funciona de maravilla, porque ademas de ir anotando tu progreso en determinado libro puedes añadir comentarios, frases o lo que se te ocurra. 

• LAS ESTRELLAS: no son pocos los que se quejan de las susodichas estrellitas, que no son otra cosa que la forma de puntuar que tiene Goodreads. Cada vez que termines un libro puedes puntuarlo porque estas van del uno al cinco y lamentablemente aún no existen las medias estrellas. ¿Alguien se une a una campaña para que la plataforma nos haga caso? ¡Es que hay mucha diferencia entre darle a un libro cuatro estrellas que poner un cinco!

• PARTICIPAR EN GRUPOS O FOROS DE DISCUSIÓN: al igual que Facebook, Goodreads permite crear pequeñas comunidades sobre un tópico o tema X y debatir sobre ello. Lo interesante es que en esta forma de interacción no sólo puedes expresar tu opinión sobre el tema, sino que llegas a conocer a personas de distintas partes del mundo. Antes que me olvide, también puedes interactuar con los propios autores. 

• VER QUÉ ESTÁN LEYENDO TUS AMIGOS: para los curiosos (que de esto tenemos todos un poco) la plataforma también permite ver las estanterías de los amigos a los que has agregado. Sí, ahora puedes cotillear en sus lecturas actuales, los libros que ya ha leído o aquellos que tienen en su wishlist. Vamos, que si tienes un amigo lector ya sabes donde puedes encontrar su próximo regalo.

• RECOMENDACIONES PERSONALIZADAS: una vez que marcas un libro en tu estantería, Goodreads inmediatamente genera una serie de recomendaciones personalizadas de acuerdo a tus gustos, ya sea por temática, autor, etc. De esta manera, cada vez que vayas a cotillear sobre un nuevo título te ofrecerá una serie de libros que también podrían interesarte.

• RESEÑAS Y CRÍTICAS: antes de aventurarse con un nuevo libro lo mejor es revisar su perfil en GoodReads: el número de reviews que tiene, la puntuación promedio (en mi caso pocas veces leo un libro desconocido que tenga menos de 4 estrellas en promedio) y los datos técnicos. Asimismo, puedes ver si alguno de tus conocidos ya lo ha leído y qué opinan sobre él.

• LA APLICACIÓN MÓVIL: si tienes un smartphone debes saber que puedes tener acceso a esta red social también desde el celular. Los beneficios son los mismos, pero además existe la posibilidad de utilizar un escáner de código. Sí, solo tienes que escanear con el móvil el código de ese libro que estás leyendo e inmediatamente te llevará a su correspondiente página dentro de la plataforma. 

• El GOODREADS CHOICE AWARDS: sí, al igual que los Premios de la Academia, Goodreads premia a los mejores libros del año en distintas categorías. ¿Y lo mejor? ¡Cualquiera puede votar!

Poppy es la chica popular. Rubia, extrovertida, guapísima y con un séquito que hará lo que sea al momento que ella lo pida.

Wink es la rara del pueblo. Vive en un mundo de fantasía donde hay héroes, villanos, brujas y donde su cabello rojo fuego le hace resaltar aún más que el hecho de vivir en una granja. 

Midnight es el melancólico, el chico que una vez quiso a Poppy con todo su corazón, pero que ahora solo busca alejarse de sus excentricidades mudándose a un nuevo hogar... que está muy cerca de Wink. 

Wink, Poppy y Midnight son nuestros tres protagonistas. Tres personajes muy distintos unos de otros que se verán envueltos en una historia oscura llena de mentiras y secretos donde nadie es lo que parece y todos esconden algo. La gran pregunta es, ¿quién es quién en esta historia? 

El día que Midnight se muda de casa pudo ser el día en que comenzó todo. Pero no. Esta historia empieza mucho antes y Wink lo sabe. Sabe que Midnight es el héroe que ella tanto ha esperado y sabe que Poppy es la bruja que se lo puede quitar. Poppy sabe que Midnight ya no es solo suyo y que su corazón empieza a latir por la excéntrica pelirroja. Y Midnight más que certezas tiene muchas preguntas, dudas que solo esas dos chicas tan distintas como el agua y el aceita pueden resolver. Todos tiene en su poder un trocito de la verdad pero no están dispuestos a descubrirla al completo. Pero en medio de una casa abandonada en el bosque, al ritmo de una leyenda sobre magia y muerte cada uno tomará decisiones que revelarán una parte de la historia... pero también una parte sobre sí mismos.

El hundimiento del RMS Titanic marcó la vida de muchas personas y los Crawley no fueron la excepción: Downton Abbey, la señorial country house ubicada en el Yorkshire acaba de perder a su único heredero de sangre aristocrática y tanto la fortuna como las tierras del conde de Gratham pasaran a manos de un total desconocido para la familia: Matthew Crawley - primo lejano de Lord Robert y abogado de profesión - que llega a la zona para conocer su patrimonio. Este hecho suscita una serie de reacciones tanto en la familia como la servidumbre: Mary, la primogénita, no puede dejar de sentir una tremenda aversión al recién llegado, fruto de prejuicios y de la presión que siente por parte de su familia por desposarse con él y mantener las tierras. Edith, la hermana "segundona" empieza a verlo como un instrumento de venganza contra su hermana mayor, siempre desprestigiándola por su falta de belleza y facilidad social. Y Sybil, la dulce hermana pequeña, empezará a ser consciente de los cambios que se avecinan en Inglaterra, y cómo la nobleza se verá obligada a adaptarse a los nuevos tiempos y no viceversa.

La llegada de Mathew a la familia es solo una de las muchas sub-tramas que nos tiene preparado Julian Fellowes, creador y guionista de la serie. A lo largo de cincuenta y dos capítulos asistimos al crecimiento, evolución y decadencia de la aristocracia inglesa a través de los ojos de los Crawley, convirtiéndose en una crónica de la vida en Inglaterra de principios de siglo (además de una de las series preferidas de todo aquel que gusta del drama histórico). El gran elenco de actores hace muy bien su trabajo, encarnado a personajes que se alejan de los estereotipos y se mueven en una escala de grises de acuerdo a su conveniencia. ¿Quieres secretos, revelaciones, amores prohibidos? ¿Conspiraciones, alianzas, bodas y engaños? En Downton Abbey basta una mirada discreta, una decisión apresurada, un susurro en la oscuridad. Un simple detalle puede desencadenar un nuevo argumento y llevar a la trama a límites insospechados. De todo un poco y para todos los gustos, pero - no digan que no les advertí - con la misma facilidad con que llegas a amar a un personaje, puedes terminar con el corazón destrozado. Dura y cruel, como la vida misma.

Confieso que no recuerdo cómo llegué a Downton Abbey, pero la forma en que la serie me enganchó si que ha quedado en mi memoria. Para mí fue una especie de antes y después: con ella supe - irremediablemente - que mi corazón siempre saltaría de alegría ante un libro, una serie o una película histórica ambientada en Inglaterra y que esta será mi época preferida para todo lo relacionado con el arte. Si hasta ahora no la han visto (no saben lo que se están perdiendo), aquí les doy cinco razones más para correr a sintonizarla:

• LA MAGIA DE CADA UNO DE SUS CAPÍTULOS: si hay algo que tengo que destacar por encima de todas las cosas, es la capacidad que tiene esta serie por llevarte al límite de las emociones en cada uno de sus capítulos. Ocho episodios por temporada y no más de cincuenta minutos por cada uno de ellos, pero cada capítulo es especial, tan capaz de hacerte reír en los primeros minutos como dejarte con el corazón partido y lágrimas en los ojos al finalizarlo (sí, todavía no supero la dolorosísima 3T). Los especiales de navidad han sido sin duda mis preferidos, pero llegaba a cada uno de ellos con el corazón en un puño y la incertidumbre que solo un buen guionista es capaz de crear en el espectador.

• MAGGIE SMITH y aquí ya no tengo nada más que decir. Si antes la admiraba como actriz, con su papel de Condesa Viuda terminó por convertirse en mi ídolo. No podría imaginar nadie más perfecto para ese papel, nadie tan capaz como ella de encarnar el ideal más puro de aristocracia combinando el tradicionalismo y el orgullo por las costumbres post-victorianas, sin dejar de ser la abuela que quiere lo mejor para su familia. ¡Qué maravillosa manera de ser mordaz, lapidaria y franca hasta la médula sin perder un ápice de elegancia! Quizás podría haber prescindido de otros personajes (¡mentira!), pero si los guionistas me quitasen a Maggie Smith mi resentimiento sería de por vida.

¿Qué hacer luego de Downton Abbey?

 

Nerve, un juego sin reglas tiene uno de esos trailers que de alguna u otra manera te llevan a tomar una decisión: querer saber de qué va la película casi inmediatamente o simplemente a pasar de ella por no ser muy de tu estilo. Mi caso fue el primero y fiel a mi costumbre, supe que no podía enfrentarme a la adaptación sin antes haber conocido la historia en el papel. Y la verdad es que ha sido un gran acierto, porque aunque la película no ha estado nada mal se pierden ciertos detalles que solo la novela puede aportar, dando respuestas a las preguntas que van surgiendo a la par que plantea interrogantes que quedan para reflexión del lector. Pero vayamos por partes, que a casi una semana de haberla visto todavía me quedo pensando en los ¿qué hubiera pasado si...?.

Cometí el error de ver el trailer de la película antes de saber nada de la novela, razón por la que mi cerebro no tuvo que trabajar mucho para construir a los personajes en mi imaginación. Emma Roberts siempre sería la tímida Vee e Ian llevaría la cara de Dave Franco. Curiosamente, si me preguntaran cual de los dos prefiero, me quedaría con los de la película. Es cierto que físicamente no comparten muchas características de la novela, pero en personalidad les dan una y muchas vueltas. Ahí donde la Vee de papel resultaba cansina por estar siempre victimizandose, la Vee de carne y hueso trataba de hacer algo por solucionarlo. Es cierto que gran parte del mérito se lo llevan los guionistas y eso es algo que me gustó muchísimo de la adaptación: conserva la esencia, pero ha pulido la trama, añadiendo y omitiendo detalles, logrando un ritmo mucho más frenético que sabe mantener mejor la tensión, mucho más acorde a lo que es el juego y la historia. Además, la buena química entre Emma Roberts y Dave Franco aportaba lo suyo, dando un toque especial a las escenas de acción.

Sí, seamos sinceros. En esta película los protagonistas no son el carisma de Emma Roberts ni la sonrisa de galán de Dave Franco, sino Nerve en estado puro. Un Nerve mejorado, mucho más manipulador y extremista, capaz incluso de jugar con la vida de sus participantes. No obstante y pese a los recortes, el problema de condensar un argumento como este en poco menos de dos horas es que quedan algunos cabos abiertos, hilos entretejidos que permanecerán sin respuesta y detalles que no cuadran del todo. ¿La solución a eso? A leer el libro. 

Al igual que con el libro, al llegar a la última página (al último minuto en este caso) tanto el lector como el espectador se queda con una gran duda: ¿y si esto realmente ocurriera en nuestra sociedad? Porque lo cierto es que no estamos muy lejos de la realidad que nos plantea la película y una situación como esta sacaría a flote todo el morbo que esconde el ser humano. Además, si se diera el caso, ¿serías jugador o espectador?

La respuesta queda en cada uno. 

Vee siempre ha sido una chica del montón. Normalita, mejor amiga de la estrella de teatro y con unos padres que le han dejado las reglas muy claras. Aunque se muere por el chico guapo de turno, ella jamás haría algo que se saliera de lo común, mucho menos arriesgar su imagen en el proceso. Pero conoce Nerve y en un arranque de frustración decide demostrarle al mundo que ella es capaz de cumplir al menos uno de los alocados retos que plantea este juego. Lo que no sabe es que su maniobra ha tenido más repercusión de la que esperaba y ahora la quieren como una jugadora oficial, con la posibilidad de llevarse una beca en lo que siempre fue su pasión: la moda. Con un premio así, ¿cómo podría Vee resistirse?

Vee se lanza de cabeza a Nerve y empieza a aceptar uno, otro y otro más de los retos que le proponen. En el camino el juego decido emparejarla con Ian, un chico que también tiene sus razones para jugar (aunque se muestre evasivo cuando se le pregunta) y aunque los retos parecen ser sencillos al comienzo, el nivel a aumentando hasta el punto en que la vida de cada uno de ellos está en riesgo. Pero, ¿cómo salir del juego y perder todo por lo que se ha luchado hasta ese momento? No, ni hablar. En Nerve se llega hasta el final y Vee está dispuesta a eso, aunque en el camino no sólo pierda la confianza de sus padres y algo de su propia dignidad, sino también la amistad de sus mejores amigos.

Admito que llegué y me animé a leer esta novela más por curiosidad que otra cosa. El trailer se cruzó en mi camino sin querer y al ver la extensión junto a los comentarios dispares el bichito curioso se impuso a cualquier cosa. Confieso además que no me ha decepcionado: mis expectativas eran relativamente bajas y llegué con el fin de entretenerme por un par de horas. Puede que Nerve tenga dos protagonistas clichés hasta la médula, puede que haya hilos sueltos por varios lados, pero hay algo en la prosa de Jeanne Ryan que engancha. O quizás es el argumento, que si uno se pone a pensar no está tan alejado de lo que podría pasar en la realidad.

Suspenso, drama, romance (más de lo que esperaba, la verdad) y giros inesperados. Todo ello es una buena mezcla para una novela juvenil y siento que pudo dar mucho más de sí. No es que el libro haya sido malo, es que a mí me genera un poco de conflicto: por un lado, me gustó las pinceladas de originalidad, esa idea central de cómo la adicción a la redes sociales puede generar dependencia en un individuo y cómo el morbo junto a la ambición pueden llevarnos a realizar acciones que en otras circunstancias no lo haríamos, porque en Nerve no solo están Vee e Ian, están los Seguidores, personas detrás de una pantalla que pagan por ver los retos de los jugadores y que pagan mucho más por estar presentes donde los vayan a realizar. Si lo piensan bien... ¿no es acaso un poco... retorcido? Pero la idea es buena, es solo que el desarrollo pudo ser mejor. 

Quizás mi problema haya sido la protagonista, Vee, que comienza a jugar con el fin de destacar y termina metida en un buen lío. Pero por mucho que lo he intentado, no dejó de parecerme caprichosa, un personaje que no aprende de sus errores y que lleva su propia cordura hacia el límite sabiendo las consecuencias... y luego se queja. Vamos, personas así hay en este mundo, pero no dejan de ser las menos agradables. Tal vez si el libro hubiera estado contado desde la perspectiva de Ian la novela se hubiera llevado un par de puntos más, estoy segura de que este chico tenía mucho más por contar y nos hemos quedado con varios cabos sueltos en cuanto a su historia.

En resumen, si buscan un libro de lectura fácil, entretenida e ideal para un momento de descanso, esta es una buena opción. El ritmo es frenético, la pluma tiene algo que mantiene enganchado pero no por ello deja de tener algunos agujeros en su planteamiento. Ah, y tiene un final horrorosamente abierto. Creo que también es un punto a favor, de alguna forma calza con el juego (aunque a nosotros nos deje con la duda casi existencial). Si Jeanne Ryan se anima a sacar una segunda parte - hasta ahora solo se sabe que es autoconclusivo - estoy segura de que lo leeré. Ya saben, al bichito de la curiosidad yo no puedo oponerme.