Reseña: El niño en la cima de la montaña

26 oct 2017

EL NIÑO EN LA CIMA DE LA MONTAÑA
Mi puntuación: ★ ★ ★ ★
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La Gran Guerra se llevó la vida de miles de soldados, las ilusiones de cientos de personas y la infancia de muchos niños. De padre alemán y madre francesa, Pierrot Fischer llegó al mundo en un hogar lleno de cariño, pero en el que la Guerra logró infiltrarse a través de su padre, víctima de los traumas que ocasiona ver la muerte tan de cerca. Es por eso que creció solo con su madre y con Anshel, su vecino judío, un niño al que llegó a considerar su mejor amigo y casi como un  hermano. Mientras 1935 asomaba en París y los primeros vientos de la II Guerra Mundial se empezaban a sentir, la vida de Pierrot cambió por completo: al quedar huérfano debe abandonar su barrio, sus amigos y su país para viajar a Alemania, a trabajar junto a su tía Beatrix en una imponente mansión ubicada en lo alto de una montaña, una residencia conocida como Berghof, el refugio en el que Adolf Hitler tenía en los Alpes. 

A sus siete años, Pierrot deja de llamarse así para pasar a ser Pieter, un chiquillo que vivirá los próximos años en un entorno cargado de tensión, miedo, de rebeldía, de exacerbado nacionalismo. Crecer en una casa donde se elaboran planes de exterminio, donde se condena a cientos de personas por un "fin mayor" traerá sus propias consecuencias: poco a poco, Pierrot no solo cambia de nombre, sino que empieza a saborear lo que es el poder y la sensación de superioridad mientras, sin darse cuenta, empieza a dejar su propia inocencia  y su corazón gentil de lado. 

Sabes por qué lleva uniforme la gente, ¿verdad, Pierrot? Porque la persona que lo lleva cree que puede hacer lo que le apetezca. Puede tratar a los demás como nunca lo haría si llevara ropa normal. Insignias, guerreras o botas altas... Los uniformes nos permiten dar rienda suelta a nuestra crueldad sin sentirnos culpables.

¿Una novela de John Boyne ambientada en la II Guerra Mundial? Sí, era inevitable que esta historia cayera en mis manos. Tras el final desgarrador de El niño con el pijama de rayas (tanto libro como su bien lograda adaptación) no había forma de negarme a comprobar si Boyne seguía teniendo esa forma especial de contar historias, de ir trazando las pinceladas de una novela que, sin darse uno cuenta, ha llegado al corazón del lector... y esta vez se ha arriesgado demasiado. Con EL NIÑO SOBRE LA CIMA DE LA MONTAÑA no vamos a escondernos de la SS, no iremos a parar a las inhumanas condiciones de los campos de concentración ni nos embarcaremos en una larga jornada de huída a través de los espesos bosques europeos. Boyne va más allá y lleva a Pierrot al Berghof, a experimentar de primera mano lo que es crecer bajo la sombra del Führer. Sin embargo, creo yo que lo más interesante de esta novela no es la sensación latente de peligro que existe a lo largo de las páginas (recuerden que, aunque el niño fuera alemán, tenía raíces judías) sino la evolución del propio protagonista: pasa de ser un niño asustadizo y obediente a un muchacho que poco a poco empieza a contagiarse de la ideología nazi, que empezará a desvivirse por contentar al dueño de casa.

¿Saben por qué me gustan tanto las novelas históricas? Porque muchas veces conocemos los hechos principales, sabemos las consecuencias de ellos. Pero, ¿qué hay de los detalles, de los pequeños giros que pueden ser el inicio de grandes desenlaces? Muchas veces quedan relegados, apenas recordados por los testigos más cercanos o porque alguien decidió que era lo suficientemente importante para sí mismo como para conservarlo. Con EL NIÑO EN LA CIMA DE LA MONTAÑA, el autor nos trae la pregunta: ¿qué podría pasar si un niño huérfano viviera en una casa con el propio Hitler? ¿Cómo es ver el desarrollo de una Guerra desde el interior, ser testigos de la pérdida de la humanidad? Y para respondernos está Pierrot, pero también un elenco de personajes secundarios que tienen un papel, cada uno a su manera, en la forma de ver la vida de nuestro protagonista, que le tocó vivir ese cambio de niñez a adolescencia en una de las épocas más duras de la Historia.

Nunca finjas que no sabías lo que estaba pasando aquí. Tienes ojos y oídos. Y estuviste en esa habitación muchas veces, tomando notas. Lo oíste todo. Lo viste todo. Lo sabías todo. Y sabes también de qué cosas eres responsable...Te queda mucha vida por delante para llegar a aceptar tu complicidad en estas cuestiones. Pero nunca te convenzas de que no lo sabías. Ése sería el peor crimen de todos.

Si crees que en EL NIÑO EN LA CIMA DE LA MONTAÑA encontrarás otra novela al estilo de El niño con el pijama a rayas y terminarás llorando a lágrima viva estás muy equivocado. No en el sentido de que la novela resulta superficial, porque no lo es. Boyne tiene ese capacidad de llegar al corazón y lo logra en esta nueva historia, pero de una manera diferente. Pierrot y Bruno son dos personajes distintos, envueltos en dos situaciones distintas. Cada uno tiene que vivir con lo que el destino les ha preparado, pero no por ello dejan de ser cercanos. Particularmente sentí que EL NIÑO EN LA CIMA DE LA MONTAÑA quizás pudo dar aún más de sí, ahondar en la psicología del personaje, ir más allá del "qué hubiera pasado sí". No obstante, para ser una historia corta, enfocada tanto para jóvenes como adultos, creo que ha estado bien construida. Eso sí, Boyne se luce con ese último capítulo (más bien, con la última mitad del capítulo), dejando las puertas abiertas a un resquicio de esperanza. En resumen, una novela recomendada.

Reseña: La Partitura. Música para Adam

20 oct 2017

LA PARTITURA
Mi puntuación: ★ ★ ★ ★
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Charlotte ha llegado a Londres con una promesa a cuesta. Su hermana gemela falleció víctima de una enfermedad y se llevó con ella una gran parte de su vida. Charlotte, que ama y respira música, ha cruzado el charco para encerrarse en una universidad donde las clases teóricas le alejan de cualquier instrumento, borrando todo rastro de su anterior vida. Va y viene por las calles de Londres en una bicicleta amarilla con el único propósito de cumplir esa promesa, sin ganas de establecer ningún vínculo con la ciudad inglesa ni con las personas que la rodean. Pero el día que entra a The Scale, una peculiar librería, pone en marcha uno de los astutos giros del destino al encontrar una preciosa partitura inacabada, cuya composición podría atribuirse al mismísimo Frédéric Chopin.

Para Adam Lewis, perder la vista ha sido un gran quiebre en su vida, ha sido aquello que le ha llevado a decidir que nunca más volverá a componer. No se arrepiente de las circunstancias que le llevaron a ello, pero sabe que su vida no volverá a ser la misma sin la música. Dejar de lado la investigación sobre una misteriosa partitura de Chopin es una de las drásticas decisiones que ha tomado, al menos hasta que la escucha en el piano de The Scale, de las manos de una desconocida que viene huyendo de su pasado. Adam, resignado a no volver a ver los colores de la vida, cae en cuenta que no sentir es mucho peor que no volver a ver. ¿Qué planea el destino a juntar a estos dos personajes, cada uno con un gran peso en el alma? ¿Puede ser que la música tenga la magia suficiente para sanar esos dos corazones? 

Una partitura no es un trozo de papel, es el sentimiento que contiene. No somos las notas que nos manchan, sino las emociones que impregnan el aire cuando alguien nos lee, toca, canta o simplemente tararea. Una partitura es pasión, amor y música

Había oído bastante de Anna Casanovas y las recomendaciones se acumulaban en mi mesa de noche. Llevaba mucho tiempo sin leer romántica adulta contemporánea, sin una pizca de fantasía, solo sentimientos y giros del destino en historias que revelaran la humanidad de cada personaje. LA PARTITURA llegó a mis manos y más que la posible historia de amor que hubiera entre sus páginas, reconozco que lo que capturó mi atención fue esa pincelada histórica que añade la autora. Esta novela tiene tres grandes protagonistas, cuyos puntos de vista vamos conociendo a lo largo de las páginas: Charlotte, Adam y  Folie (la partitura). Desde París hasta Polonia, la partitura nos cuenta su trágica historia: ha sido testigo del amor más dulce y de la pérdida más desgarradora, ha acompañado a su creador en los momentos de regocijo y en aquellos en que la muerte se asomaba para arrebatar vidas. Es por eso que es tan reservada, tan misteriosa, tan preciosa. Apareció hace uno meses en una casa de Mallorca y viajó a Inglaterra en busca de que alguien lograra descifrar su autoría y la historia que contaban sus compases. ¿Serán Charlotte y Adam quienes lo logren? ¿O la perderán (y se perderán) en el intento?

No tiene demasiado sentido, pero la música es así. Te sorprende, te atrapa. Te emociona. Como ciertas personas. Como tú.

Personajes muy bien construidos, una prosa preciosa y un argumento que va entre pasado y presente, reconstruyendo la historia de dos personajes que logran robarse el corazón. ¿Qué más se puede pedir? He quedado encantada con Anna Casanovas y con LA PARTITURA, porque sabe dar al lector las dosis necesarias de drama, romance y misterio. Muchas veces yo huía de las novelas románticas porque algunas pecaban de exceso de drama (del que parece casi telenovela), pero en este caso mis temores resultaron infundados: Casanovas nos presenta a dos personajes quebrados, pero con todo un trasfondo detrás, que van superando sus miedos al lado del otro, pero muy especialmente, por sí mismos. Le he cogido cariño especialmente a Adam, porque una frase suya me marcó especialmente: uno debe recuperar las ganas de vivir para volver a amar, pero debe querer vivir por uno mismo, no por el amor alguien más. Adam y Charlotte hace una dupla interesante, compleja, que se complementan el uno al otro. Pero creo yo quién se roba el show es Folie. Tendrá que leer la novela para entender de qué les hablo.

En conclusión, siempre digo que en novela romántica no es tanto el final lo que puede emocionar, sino cómo se cuenta una historia. En el caso de LA PARTITURA la he disfrutado enormemente. Quizás haya alguno que otro pequeño punto en contra (por ahí un personaje que pudo dar más de sí, quizás alguna escena que no terminó de cuadrarme o alguna decisión que no trajo alguna consecuencia esperada), pero en general concluyo recomendando a este par (más Folie, claro) para una lectura más que placentera. Yo iré a seguirle la pista a Anna Casanovas, porque Herbarium - otra de sus novelas - está esperando en mi estantería para ser leída.


Muchas gracias a EDICIONES URANO PERÚ por el ejemplar. 
¡Ha sido un placer conocer (por fin) a Anna Casanovas.

Reseña: ¿Donde quedó el encanto?

18 oct 2017

¿DONDE QUEDÓ EL ENCANTO? 
Mi puntuación: ★ ★ ★
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Paciencia. Planeación. Perseverancia.
Las tres P siempre han regido la vida de Hope y junto a ellas ha ido consiguiendo casi todos sus objetivos. Casi. El problema es que hay una P que lleva tiempo siendo un obstáculo, que le ha impedido que Brady, su mejor amigo y el chico del que lleva años enamorada, la vea como algo más que una hermana: Parker, la perfecta estudiante, hija, novia y amiga, la chica con la que Brady sale desde hace varios meses y la única que se interpone en su objetivo de confesar lo que siente. Pero lo cierto es que Parker está lejos de ser tan perfecta como muchos piensan. Tiene un secreto que ha cambiado por completo su vida y le la llevado a levantar un muro entre ella y los demás, una coraza que solo unos pocos pueden traspasar... y sin embargo, la vida les da una oportunidad, a Parker y también a Hope, de conocer el otro lado de la historia y darse cuenta que el dicho "las apariencias engañan" es tan cierto como la vida misma.

Conocí a Elizabeth Eulberg hace muchos años con EL CLUB DE LOS CORAZONES SOLITARIOS y me volví a reencontrar con ella en ¿Y SI QUEDAMOS COMO AMIGOS? y DEL MATERIAL DEL QUE ESTÁN HECHOS LOS SUEÑOS. También tuve la suerte de conocerla personalmente y ella es tan adorable como las historias que logra reflejar en el papel. Su estilo es muy fácil de distinguir: novelas sencillas y bonitas, personajes cercanos y una pluma fresca, alegre, muy juvenil y precisa al momento de describir los sentimientos. Con esa idea me aventuré con esta nueva historia suya, cuya sinopsis de entrada planteaba un dilema interesante: siempre conocemos el punto de vista de nuestra heroína, la chica que lucha por el amor del chico del que lleva años secretamente enamorada. Pero, ¿qué hay de la otra parte, de esa otra chica - aparentemente su némesis - que está ahí para evitar que la protagonista y su crush sean felices para siempre? Todo indicaba que E. Eulberg intentaría mostrarnos ese lado de la historia, algo poco común en las novelas young adult, y que en el proceso nos iba a dejar un mensaje importante. Y no es que no lo haya logrado, sino que la novela deja un sabor ligeramente dulce en los labios, pero que no termina de convencer ni llenar las expectativas que se podrían tener al respecto.

- No te rindas - dice Brady
Es difícil no interpretarlo como una especie de señal. Es fácil encontrarlas, pero leerlas... esa es la parte que siempre me sale mal. Es frustrante lo fácil que puedes malinterpretar algo cuando solo quieres una cosa.

¿DONDE QUEDÓ EL ENCANTO? es una historia a la que hay que llegar con paciencia, dispuestos a quitar cada una de las capas y descubrir la esencia de los personajes. Hope y Parker son nuestras narradoras, cuyos puntos de vista van alternando para descubrir cada ángulo de una misma situación. Es el lector quién saca sus propias conclusiones y el único que puede ir encajando las piezas de esta novela. El problema es que con ninguna de estas dos protagonistas se logra conectar del todo. Hope es una niña mimada acostumbrada a tener una familia que le da todo por ser hija única. No es caprichosa ni engreída en exceso pero la forma en la que ve el mundo y se cierra en sí misma resulta cansino, más aún si solo se dedica a hablar de Brady en dos de cada tres páginas (sí, ya nos ha quedado claro que lo quieres mucho). Reconozco que como personaje evoluciona y me alegra ver ese cambio que hay entre la Hope de los primeros capítulo y aquella que cierra la novela, pero no compensa el haber tenido que esperar tanto tiempo para eso. Parker, por su parte, es quién más sustancia tiene, un personaje que me hubiera llegado a gustar mucho más si no estuviera rodeada de demasiadas dosis de drama. No es sólo que tiene a la mejor amiga de su novio como amenaza, sino que la propia muchacha arrastra un secreto familiar que le ha llevado a una situación desesperada (pero de las que hasta parecen plot de telenovela). Yo entiendo el punto al que quería llegar la autora, pero para ser una novela young adult y tener doscientas y pocas páginas, tantos hilos dramáticos han sido demasiados, especialmente porque no se llega a profundizar del todo y el final se resuelve demasiado pronto, demasiado convenientemente.

Después de algunos días reposando esta reseña en mi cabeza he llegado a la conclusión de que es el desarrollo el gran punto flojo de esta historia. La premisa de la que parte resulta interesante y los personajes son cercanos, reales y pudieron sacarle mucho mas provecho si hubiesen tenido una mayor evolución de acorde a la situación. La pluma de E. Eulberg sigue siendo igual de precisa al momento de contar historias, pero todo empieza a flaquear cuando la novela no tiene un ritmo muy marcado y así como las primeras páginas pueden ser lentas por exceso de Brady (¡en serio, lo menciona demasiado!), las últimas dejan cierto regusto amargo por lo fácil que se resolvió todo aún tratándose de temas delicados: vemos casos de abandono, rompimiento, engaño, incluso alcoholismo y otras cosas más. Me da la sensación de que la autora quiso agregarle drama al asunto para aderezar su novela, pero la dosis se le escapó un poco de las manos.

Es vergonzoso lo patética que me he vuelto, como me aferro a la menor interacción. Cómo sigo inventándome excusas para no confesarme. Si hubiera sido franca hace años, quién sabe dónde estaríamos ahora. Tiene que ser ahora o nunca. 

Entonces, ¿logra ¿DONDE QUEDÓ EL ENCANTO? transmitir su mensaje? Sí que lo hace, y de paso entretiene en el camino. Quizás el problema sea que ha sido demasiado young adult para mi gusto. Hace unos cinco años quizás me hubiera encantado, tal vez hubiese estado entre mis favoritos del mes o del año. Pero hoy le he visto varios fallos y me he quedado con las ganas de más. Eso sí, rescato que la autora no se centre en el triángulo amoroso y le de cabida a temas como la familia, los amigos o incluso, el futuro que muchos adolescentes ven como incierto. Eso es algo que me encanta de esta autora, que busca darle humanidad a sus personajes retratándoles con todo su entorno, no quedándose en un sólo aspecto de ese. No obstante, me quedo con las ganas de que la próxima novela de Elizabeth venga con la fuerza necesaria y dispuesta a volver a ganarse el corazón de sus lectores.


Gracias a ME GUSTA LEER PERÚ por el ejemplar

Oscar Wilde: el amor que no se atreve a decir su nombre

16 oct 2017


Un día como hoy, en 1854, nace uno de mis escritores favoritos: Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde, quién sería mundialmente conocido en la literatura como Oscar Wilde. 

Mi primer encuentro con Wilde fue en la infancia, cuando recibí un regalo de parte de mi padre: dos libros llenos de cuentos de hadas, uno de ellos titulado “El príncipe feliz”, que hablaba de una estatua dorada de un príncipe que lloraba por la infelicidad de sus súbditos, y de una pequeña golondrina que lo ayudaría a hacer un último esfuerzo por ellos. Nunca supe el nombre del autor, pero esos dos personajes ya se habían ganado mi corazón.

Años más tarde, mientras buscaba algo para leer en la biblioteca de mi tío, encontré “El fantasma de Canterville”. En ese entonces era muy miedosa e incluso lo confundí con un libro de terror. A los catorce años lo volví a encontrar en una Feria y esta vez no lo dejé pasar. Resultó ser un compendio de cuentos, y no precisamente de contenido terrorífico. Al revisarlo me encontré con una narrativa ingeniosa de toques humorísticos, que lograron hacerme reír por horas. Desde ese momento, supe que había encontrado un estilo literario con el cual me identificaba, y no solo eso, sino que caí perdidamente enamorada del hombre detrás de la pluma, del ingenio detrás de sus juegos de palabras, y de esa aguda sensibilidad camuflada en comentarios satíricos. Este cariño que surgió hacia él me llevó a averiguar más sobre su vida, la cual imaginaba feliz, rodeado de una esposa e hijos, y por supuesto, llena de pasión por la literatura. Grande fue mi sorpresa cuando supe de su trágica historia. 

Oscar Wilde fue un dramaturgo, poeta y escritor de origen Irlandés. Amante de la buena vida y poseedor de un ingenio sin igual. Sus obras de teatro y literatura eran alabadas por la crítica. Publicó varios cuentos, como “El fantasma de Canterville”, en donde hace gala de un sentido del humor con la que se burla de la sociedad conservadora inglesa: en “El crimen de Lord Arthur Saville”, nos muestra que el destino es más inamovible de lo que pensamos y en “La esfinge sin secreto” pone en evidencia esa ridícula necesidad humana de sentirse especial. En cuanto a teatro tenemos obras muy bien logradas como “La importancia de llamarse Ernesto” y “Salomé”. No podemos olvidar su única novela: “El retrato de Dorian Gray”, que fue bastante controversial en su época, pues Wilde hizo una reinterpretación muy interesante de la historia de Fausto.

Lamentablemente su fama no lo haría inmune a los perjuicios de la época, y en 1985 estallaría el escándalo. Wilde recibió una nota de parte del marqués de Queenberry, padre de Lord Alfred Douglas, quien tuvo una relación sentimental con el escritor. En ella dice: Para Oscar Wilde, aquel que presume de sodomita. Lejos de dejar pasar esta afrenta, Wilde comienza un juicio por difamación en contra del marqués, firmando así la sentencia de su caída. En el juicio, Oscar Wilde fue acusado de sodomía y grave indecencia, fueron presentados en su contra testimonios de jóvenes que habían mantenido relaciones con él, así como un extracto del poema “two loves” de Alfred Douglas que decía The love that dare not speaks its name (El amor que no se atreve a decir su nombre). Al final, el marqués se vio libre de toda acusación, mientras que Wilde quedaba en bancarrota y condenado a dos años de trabajos forzados.

Desde la prisión, escribiría “De Profundis”, una obra epistolar dirigida a aquel amor responsable de su cruel encierro. Esta carta fue confiada a su mejor amigo, quién la publicaría de forma póstuma unos años después. Aquí podemos observar el arrepentimiento y rencor que acechan al escritor en la cárcel de Reading:

Nuestra trágica y lamentable amistad, ha finalizado para mí de un modo infame, y para ti con escándalo público. Pero, el recuerdo de nuestra antigua amistad me acompaña con frecuencia y siento una gran pena al pensar que mi corazón, antes repleto de amor, está ya para siempre lleno de aborrecimiento, desprecio y amargura.

A pesar de las peticiones del público para acortar la pena, Wilde cumple su condena completa. Al salir de prisión vuelve a encontrarse con Douglas, pero la presión de las familias de ambos termina por separarlos definitivamente. Sale de Londres completamente arruinado, y se muda a París en donde intenta rehacer su vida bajo el nombre falso de Sebastián Melmoth, sin mucho éxito. Tres años después, moriría de meningitis a los 46 años. El mundo había perdido a un diamante de la literatura, por el simple hecho de haberse enamorado de otro hombre.

La sociedad perdona a veces al criminal, 
pero no perdona nunca al soñador.

Como dijo Wilde, la sociedad nunca le perdonó haber estado envuelto en semejante escándalo, ni siquiera su propia familia pudo volver a recibirlo. Su esposa no se divorció de él, pero no volvió a verlo ni dejó que viera a sus hijos, Ciryl y Vyvyan, a quienes cambió el apellido a Holland para alejarlos del escándalo. Sin duda un golpe mortal para la ya magullada vida que le quedaba. 

La historia de Oscar nos muestra lo ilógica y fría que puede ser la sociedad al criticar el amor, un amor que no hacía daño a nadie ni a nada, un amor que se hubiera esfumado solo, sin la necesidad de menguar la vida y carrera de este valioso hombre. Felizmente aún tenemos a la mano las obras que nos dejó, llenas de su forma de ver la vida y críticas hilarantes hacia la hipocresía de la época. Pero sobre todo, tenemos la moraleja de su caída, la injusticia que tuvo que vivir a causa del “terrible” pecado que era amar a una persona de su mismo sexo. Injusticia que siguen viviendo miles de jóvenes homosexuales en distintos países, en donde estos son maltratados y humillados; y en casos más extremos, asesinados. 

Poco más de cien años han pasado la muerte de Wilde, un periodo de tiempo en los que se han logrado cambios, pero no han sido suficientes. Tal vez, en unos años más caerá por fin la venda de nuestros ojos y nos daremos cuenta que el verdadero pecado no es amar a alguien, sino, el no respetar los sentimientos de los demás

¿Aman a este autor tanto como yo? Entonces no dejen de comentar, quisiera conocer más Wilde’lovers. 

¡Un abrazo!

Sensibilidad y melancolía: el encanto de Kazuo Ishiguro

11 oct 2017


La mañana del jueves 05 de octubre se va a quedar grabada como una de las más memorables de mi vida lectora. La noticia apenas se había dado a conocer y mis amigos se dieron prisa para escribirme y contarme lo que sería el tema del día: la Academia Sueca había dado su veredicto y este año el Nobel de Literatura se lo otorgaban a Kazuo Ishiguro, debido a que “ha descubierto el abismo que hay debajo de nuestra ilusoria sensación de conexión con el mundo”. Inmediatamente me remonté a un par de días atrás, en el que conversaba con amigos cercanos sobre los nombres más voceados a semejante galardón y donde comenté que esperaba que este 2017 el ganador fuese un autor que ya hubiera conocido. Nunca pensé que Ishiguro fuera quién se alzara con el reconocimiento, y mi corazón lector (y de fangirl) se estremeció por la sorpresa.

Mi relación con Ishiguro no nació en el papel, sino en el cine. Hace ya varios años que vi Never let me go, protagonizada por Keira Knightley, cuya trama me pareció fabulosa y me llevó a investigar qué había detrás de la historia. Resultó, como muchas veces nos ocurre a los lectores, que estaba basada en una novela homónima escrita por un autor británico de origen japonés desconocido (hasta ese momento) llamado Kazuo Ishiguro. Fue difícil conseguir el ejemplar de la novela, pero al leerla me dejó conmocionada. Ishiguro cuenta entre sus páginas una historia distópica que parece casi cotidiana. Nos lleva a un internado inglés de convivencia pacífica, donde los jóvenes viven alejados del mundo exterior y van aprendiendo con el tiempo que al llegar a la adultez van a servir a la sociedad con determinadas acciones (que prefiero dejar en suspenso para que se animen a leerlo). Nunca me abandones desborda melancolía: Ishiguro nos lleva por momentos grises, situaciones poco exploradas, pero sobre todo, por la conciencia de las relaciones humanas. Resulta sencillo conectar con Kathy, Ruth y Tommy, personajes de esta historia, y con sus vivencias tanto en el internado como en la vida adulta. Es cierto que la adaptación tiene un toque más bien romántico, pero considero que no se pierde la esencia, esa exploración de cambios e incertidumbres, de crecer y confrontar la vida que fue en el internado con la que espera siendo adultos.  


Tiempo después, Los restos el día llegó a mi manos, otra novela de Ishiguro llevada al cine y protagonizada por Emma Thompson y Anthony Hopkins y cuyo trabajo les valió una nominación a mejor Actriz y Actor respectivamente. En esta historia el autor no lleva a la Inglaterra después de La Gran Guerra para conocer al señor Stevens, cuya vida ha estado dedicada al meticuloso oficio de mayordomo, el cual se ha visto afectada por los sucesos históricos, llevando a que la importancia en la sociedad inglesa no fuera la misma de antes. En este relato también conocemos a la Señora Benn, antigua ama de llaves que sirvió en la casa años anteriores y cuya relación laboral con el mayordomo marca una parte importante de la novela. Creo que la esencia de Ishiguro se manifiesta en cómo retrata a sus personajes y la forma en que lleva, de manera magistral, las cavilaciones, decisiones e indecisiones que estos deben tomar por el bien de su vida y familia

El año pasado Nocturnos se sumó a mi biblioteca. Se trata de una recopilación de cinco cuentos cuyos protagonistas son músicos o tienen relación alguna con ella. De todos ellos "El cantante melancólico" es uno de mis favoritos y si se animan a leerlo, sabrán por qué.


Son muchos los factores que pueden llevar a un lector a querer a Ishiguro. Es un autor que tiene una forma melódica y muchas veces melancólica de escribir. Retrata a cada personaje con una visión muy clara de su vida y sobre todo, que cada lugar lo hace único. Tengo pendiente leer El gigante enterrado y sumarla a mis próximas lecturas. Más allá de que haya ganado un Premio Nobel (que en mi opinión, ha sido más que merecido), Ishiguro siempre será un autor al que recomiende seguirle la pista. Prometo que no se van arrepentir. 



Fotoreseña: MAUS

9 oct 2017


MAUS, publicada completa en 1991, es una novela gráfica en la que Art Spiegelman, dibujante judío, decide narrar la experiencia trágica de su familia durante el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial. A través de tiras diferentes e ingeniosas, utilizando metáforas y ciertas dosis de humor negro, Spiegelman se aleja por completo de lo que uno podría imaginar de una historia de supervivencia, sin por ello dejar de conmover al lector, llevando sus emociones a flor de piel y retratando una historia que se repitió una y otra vez en cientos de víctimas judías. No por nada ha sido merecedor de un Premio Pulitzer. 

MAUS se divide en dos partes: Mi padre sangra historia, la primera, empieza en el presente, años después del fin de la Segunda Guerra Mundial y con Spiegelman como un protagonista que busca recabar toda información posible sobre la estancia de su padre, Vladek, en los campos de concentración de Auschwitz. Desde Sosnowiec hasta Varsovia (Polonia), Vladek va contando su historia de supervivencia: los años que pasó escondiéndose en los guetos de Polonia, el tiempo que sufrió realizando trabajos forzados como prisionero de guerra, cómo conoció a Anja - quién sería su esposa y madre de Art - las pérdidas durante y después de la guerra, los engaños, el miedo, la soledad y la impotencia. Todo ello se complementa con Y aquí comenzaron mis problemas, una segunda parte que profundiza en dicha historia, enfocándose en la liberación, el reencuentro con la familia y el establecimiento en Rego Park, donde aún vive.



En punto tengo que decir que MAUS fue la primera novela gráfica que he leído y admito que me llamó especialmente por el tema que trata: el Holocausto, una parte de la historia por la que siempre he sentido fascinación y cuyos detalles he ido descubriendo a lo largo de varias novelas. MAUS no es ajeno a las sensaciones que puede generar una historia ambientada en esa época: puedes reír con el ingenio de Art, pero también sentir un nudo en la garganta al conocer la crudeza de las condiciones en las que vivieron cientos de miles de judíos al ser discriminados y explotados por los nazis. Spiegelman logra que el lector se involucre con el dolor y la experiencia de la familia, profundiza en los altos y bajos de su relación con su padre y los entresijos de su propia historia. Eso, creo yo, es lo que hace que MAUS sea diferente, especial. 

No soy experta en cuanto a la construcción gráfica de la novela, por lo que admito que en un comienzo me costó amoldarme a este nuevo formato de gráficos y globos de texto. MAUS no es sólo para conocer la historia de un padre sobreviviente contada a un hijo, sino que incita al análisis de las metáforas que el autor va dejando a lo largo de las páginas: perros, gatos, cerdos y ratones son los protagonistas, que piensan, hablan y sienten como humanos. ¿Por qué, entonces, busca Art representarlos de esa forma? Creo que cada lector encontrará su propia respuesta.


En conclusión, MAUS fue para mí una aventura diferente a cualquier libro del tema que haya leído antes y lo recomiendo mucho en especial a personas que siguen de cerca este período histórico o que buscan algo diferente en un formato propicio. Spiegelman nos da su visión, contada a través de los ojos de su padre y sus propios trazos sobre el papel, de un capítulo de la Historia que no debe ser olvidado.

Reseña: El juego de las extrañas

3 oct 2017

EL JUEGO DE LAS EXTRAÑAS
Mi puntuación: ★ ★ ★
+ Datos sobre el libro | Lee los primeros capítulos

Sarah está muerta y Nico lo sabe. Lo sabe porque es su hermana, porque pese a ser tan distintas la una de la otra comparten la misma sangre y se conocen tanto en virtudes como defectos. El día que Sarah desaparece, el mundo de Nico cambia por completo…. para bien. Sarah siempre fue la chica casi perfecta: preciosa y extrovertida; salía con el guapo de la clase y era la más popular de la escuela. Menospreciaba a quién no estuviera a su altura y se ensañaba especialmente con Nico, por ser todo lo opuesto a lo que ella era. Hasta que un día desaparece sin dejar rastro y las investigaciones empiezan a sacar a la luz piezas de un puzzle que nadie había atisbado del todo: una mejor amiga que no lo era tanto, un novio que quizás no era tan perfecto, una hermana que sabe más de lo que dice. Aún cuando cuatro años son suficientes para que muchos la dieran por muerta, Sarah aparece nuevamente en el radar para volver a tambalear el mundo de Nico. Pero no es la misma Sarah que desapareció una tarde de verano. Esta chica es muy frágil emocional y físicamente. Es retraída, distante y tiene lagunas de memoria. Tiene heridas a lo largo del cuerpo, signos del maltrato que sufrió mientras estaba recluida. Pero sobre todo, hay algo que para Nico no cuadra. ¿Realmente Sarah no recuerda nada de ese día o es que no quiere revelarlo? ¿Fue un secuestro o una huída? ¿Será esta nueva Sarah la que se quedará de ahora en adelante o es solo una etapa antes de que regrese la antigua y orgullosa muchacha?

Cuanto más tiempo te cuentes una mentira a ti mismo, más la creerás, hasta que, finalmente, se convierte en tu verdad. 

Vale, es un hecho que me encantan los thrillers psicológicos, especialmente sin son capaces de reservarse LA sorpresa hasta el final. EL JUEGO DE LAS EXTRAÑAS comenzó con buen pie, sentando desde las primeras páginas las bases del juego: no estamos ante una novela compleja y enrevesada, sino ante una premisa sencilla con dos narradoras poco fiables, que tendrán al lector dudando entre una y otra respuesta, porque ambas pueden ser igual de posibles. Existen dos puntos de vista y una madeja que va desenvolviéndose con el pasar de las páginas. Nico es quién nos pone en escena, quién nos cuenta el antes y después de la desaparición y quién nos lleva a ver, a través de sus ojos, como ella y su familia afronta una situación inaudita como la suya. Sarah interviene cada pocos capítulos, remontándose al momento exacto en que empezó todo y cómo logró regresar a casa.

Quizás, a primera vista, puede que Sarah resulte el personaje más interesante, el más dañado psicológicamente. No obstante, aún cuando Nico tenía sus momentos de niña rica engreída (y fueron varios), ello no desmerece lo interesante que puede resultar al ser consciente de los conflictos con su hermana. Creo que todos los que tenemos un hermano hemos pasado por ese momento en que creemos odiarlo infinitamente por una travesura o comentario, pero en el caso de Nico eso va más allá: lo suyo no es sólo repulsión, sino también un  miedo casi visceral. Y quién sea que haya estado involucrado en la desaparición de Sarah podría sentir lo mismo, por lo que encontrar la respuesta puede no ser la mejor alternativa.

... era el Juego de las Extrañas. Éramos extrañas y podíamos ser quienes quisiéramos; quienes quisieran que fuéramos.

Si le he puesto solo tres estrellas a EL JUEGO DE LAS EXTRAÑAS no es porque no me haya gustado, sino porque esperaba un argumento más complejo, capaz de llevarme a dudar de todo. Además, al autora recurre al deux et machina en varias ocasiones y ciertos comportamientos resultan poco creíbles, aún cuando se intenta explicar el porqué de cada cosa. Quién sabe, quizás el hecho de estudiar psicología me ha llevado a ser más crítica y cínica en cuanto a esos pequeños detalles. Sin embargo, la historia que nos trae la autora no ha estado mal. Puede que la escena en que se descubre al responsable haya carecido de la sustancia e intriga necesaria, pero dentro de todo el final resulta un poco perturbador. En ese sentido, recomendaría esta novela a quienes recién se inician en el género o a quienes buscan una historia corta que no dé demasiado para pensar. Al menos les garantizo que pasara´un rato agradable intentando llegar a la respuesta.

Cuando leer ya no es suficiente

1 oct 2017


Llega un momento en el que los libros dejan de ser suficientes. De repente, ni siquiera tratar de que todo el mundo conozca ese libro que amamos y creemos que debería regir el destino de la humanidad basta para luchar con la sensación de querer más. Creo que, de alguna u otra manera, a todos nos pasa, y que lidiamos con eso de muchas maneras distintas. Algunos, por ejemplo, se vuelven más selectivos con lo que leen; otros, deciden que van a escribir por sí mismos el libro que les gustaría leer. Yo me incluyo en ese segundo grupo. Cuando tenía unos ocho años, les dije a mis padres que ya no quería ser un hada al crecer, sino la mejor escritora del siglo XXI. Por supuesto, sigo intentándolo. 

Hoy le quiero dedicar un espacio a esas personas que necesitan más y que han pensado seriamente (o quizás no tanto) en escribir su propio relato. O en escribir cualquier cosa, en realidad. Lo cierto es que no hay mucho contenido para nosotros los que andamos escribiendo, y si lo hay, no es algo que se encuentre tan fácilmente. Quiero decir, Wattpad tuvo su momento de fama, pero ¿hay algo más allá de esa plataforma virtual? Yo puedo asegurarles que sí, y que es maravilloso. Quienes escribimos generalmente leemos mucho, así que tenemos una idea más o menos clara de lo que estamos haciendo. Para escribir solo hay que tener algo que contar, lo que sea, y creo que todos tenemos algo que decir, importante o no. El problema está en cómo lo decimos. La escritura, como todo en la vida, hay que aprenderla. Y aunque no lo crean, existen muchas maneras de hacerlo: desde libros de escritura, conferencias de grandes autores, hasta - mis favoritos - talleres. 

¿Mi taller de escritura preferido? Pues el primero que conocí: MACHUCABOTONES, escuela de escritura expresiva. Si tuviera que describirlo en una sola palabra, diría que es perfecto. Hace cuatro años que César y Leslie, los profesores, dictan talleres de escritura, y la experiencia que ofrecen es única. Su metodología es didáctica y muy divertida. Escribir lo que sea, cuando sea… y practicar mucho. Se trata de aprender a concentrarse en uno mismo y en el mundo que nos rodea. Aprendemos a escribir con el corazón y a editar con la cabeza. El ambiente que se respira en Machucabotones es muy bueno, se crea una cercanía con ambos profesores tan rápidamente, que sientes que son viejos amigos. ¿Alguna regla en el taller? Hay que ser amables. La dinámica con la que trabajan incluye leer los textos que se han escrito y comentarlos entre los alumnos, siempre con cariño. Pienso que un taller de escritura es un lugar ideal porque se está rodeado de gente que comparte la misma pasión, y por qué no decir que la misma locura, porque para ser escritor hay que estar un poquito loco, en el buen sentido de la palabra, claro. 

Esto es lo que aprendí en los talleres de César y Leslie: que podemos exponernos sin miedo y sin vergüenza. Y que todos llegamos al taller siendo completos extraños, pero de repente, de alguna manera, estamos unidos. Eso es lo bonito de escribir, que nos conecta con las personas. Es mágico. Yo he tenido el placer de estar en varios de sus cursos y he leído y visto de todo. Me he reído y he hecho reír. Han habido aplausos y lágrimas. Y vale la pena cada segundo invertido en esa experiencia. En Machucabotones se aprende un poco de todo. He aprendido muchísimos sobre escribir, pero muchos de los consejos también me han servido en mi vida diaria. Es terapéutico y placentero. Si están bloqueados, inseguros, no saben por dónde empezar, o simplemente quieren darle una probadita al mundo de la escritura, Machucabotones es el lugar ideal. Excelentes profesores, amigos que comparten lo que más nos gustan y los dulcesitos que sirven durante el break de cada sesión ¿Qué más se puede pedir? ¿Se animan?

Si aún necesitan tiempo para meditar sobre los talleres, mientras se lo piensan, creo que lo mejor es ir alimentando a esas cabecitas de escritores que llevan dentro con un buen libro. Hay muchos libros que quieren ser manuales para los autores noveles, muchos de ellos, bastante malos, en realidad. Sin embargo, he encontrado algunos que son verdaderas joyas: 

• MIENTRAS ESCRIBO: Stephen King es de mis favoritos. Sus libros suelen gustarme muchísimo y su autobiografía no es la excepción. Mientras el autor nos va contando algunos hechos que lo marcaron en su vida, también busca instruirnos un poco en el camino de la escritura. Y él sabe muy bien de lo que está hablando. Es un libro que mezcla los mejores consejos con historias personales de distintos cortes, desde lo que toda persona debe evitar al escribir, hasta esa infección en el oído tan molesta que lo aquejó cuando era niño. 

• LA LOCA DE LA CASA: Este ensayo, al igual que mi primera recomendación, combina experiencias personales con consejos de escritura. Se trata de un libro escrito por la española Rosa Montero, y es una delicia de leer. Se termina en un dos por tres. La autora nos permite hacer un recorrido por su propia mente e imaginación, y para que nosotros mismos podamos encontrar nuestro proceso de escritura.

• BIRD BY BIRD: Yo lo leí en inglés pero me parece que recientemente lo tradujeron. Sin duda una de las mejores recomendaciones que me han hecho. Anne Lamott se centra en dar consejos prácticos y claros. No se va con rodeos en ningún momento y te dice lo necesario para que dejes de poner excusas y te pongas a escribir. A mí me ha sacado de mis peores bloqueos. Es un libro fresco y perfecto para reponer energías mientras nos enfrentemos a la hoja en blanco. 

• CARTAS A UN JOVEN NOVELISTA: Con el tiempo he aprendido a apreciar la prosa de Mario Vargas Llosa, y este es libro que me ayudó a verlo con buenos ojos. Quizás sea porque está escrito a modo de cartas, y te hace sentir que le importas lo suficiente para tomarte como su aprendiz a lo largo de unas 120 páginas. Da consejos útiles, sí, aunque quizás prefiero los libros que mencioné antes. Tal vez porque para cuando leí estas cartas, ya tenía algunos conocimientos técnicos como los que el da. Por eso, pienso que este libro es perfecto para lo que recién están husmeando en el mundo de la escritura.

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