Reseña: 13 locuras que regalarte

26 dic 2018

13 LOCURAS QUE REGALARTE
Serie Volver a ti (#3)
Mi puntuación: ★ ★ ★
+ Datos sobre el libro | Lee los primeros capítulos

La gente hace locuras por amor todo el tiempo, locuras de esas del día a día que al final marcan una relación y se quedan en el recuerdo...

Autumm es risueña, impulsiva, abanderada de las causas perdidas y soñadora como pocas. De pequeña ha vivido en varias casas de acogida y todos los acontecimientos de su vida la han llevado a ser una persona capaz de aferrarse y luchar por lo que más quiere, como es la casa azul, esa construcción que ha crecido junto a ella y que le atrae con un magnetismo único. Hasta que Jason Brown y su inmobiliaria se cruzan en su camino, dispuestos a demolerla para construir una serie de edificios fríos que se alejan del encanto hogareño. Autumm está dispuesta a enfrentarse a todo por esa casa y Jason a tomar las medidas que sean necesarias para continuar con su empresa. Si ninguno está de acuerdo con el otro, ¿cómo se puede hacer frente a esa atracción tan fuerte, a esas chispas que saltan cuando están cerca?

.. los recuerdos no son instantes que decidimos capturar y guardar, los recuerdos son el resultado de vivir. No se pueden cambiar. No se pueden elegir. Llegan solos, sin avisar, y se quedan contigo para siempre.

Si me leen desde hace un tiempo, sabrán que mi relación con el new adult ha pasado por etapas bastante extrañas: hubo un tiempo que me desencanté de este tipo de historias, porque me parecían clichés y a veces cargadas de estereotipos. Pero ha sido Alice Kellen con su serie Volver a ti la que me ha hecho cambiar de opinión: no sé si es su prosa -  tan cuidada y cargada de sentimientos - o sus personajes - cada cual a más entrañable - que finalmente me han reconciliado con el género. Admito que esperaba bastante de 13 LOCURAS QUE REGALARTE, porque Jason siempre fue mi favorito y porque tengo cierta debilidad por ese tipo de chicos ¡y vaya que ha cumplido con las expectativas!

Creo que gran parte del encanto de esta novela es, más allá del argumento, sus personajes. Si como lector llegas a conectar con ellos, definitivamente terminarás adorando la historia. Autumm lleva casi todo el peso de la novela y lo hace de maravilla. Es ingenua e impulsiva, muy auténtica y diferente. Se sale de los estereotipos de chica tímida que no sabe que es hermosa, con un pasado oscuro que espera a una pareja que le salve de los problemas. Autumm es distinta, adorable, muy real. Capaz de tomar las riendas de su vida por sí misma, pero también de abrir su corazón si es el momento. Jason, por otra parte, tiene varias capas que la autora empieza a quitar a través de capítulos cargados de sentimiento. Podría ser el chico típicamente perfecto (ya saben, perfectamente hermoso, con un trabajo perfecto y una familia perfecta), pero no lo es. Siente un vacío en el alma, arrastra algunos errores y teme a ciertas cosas de su futuro. Con dos personajes tan humanos, tan llenos de virtudes y defectos, ¿cómo no disfrutar de 13 locuras que regalarte?

Admito que somos muy diferentes, pero tú... tú haces que me divierta y quiera arriesgar, y plantearme muchas cosas. Y sí que me gusta lo que veo. No lo dudes ni por un segundo, Autumn. Estamos juntos en esto y lo vamos a hacer bien.

Alice Kellen, sin duda te has superado con esta novela. Sí, es cierto que Jason siempre fue mi preferido, pero los miedos que tenía por el hype han sido infundados y 13 locuras que regalarte terminó siendo un bonito broche de oro para cerrar Volver a ti. Conocer a Rachel, Mike, Luke, Harriet, Jason y Autumm ha sido una pequeña odisea de sentimientos, lleno de momentos para recordar, frases para anotar y sobre todo, tener en cuenta a la autora para próximas recomendaciones.


Gracias a EDICIONES URANO por el ejemplar ¡conocer a este grupo de amigo ha sido una experiencia increíble!

Reseña: La verdad sobre el caso Harry Quebert

20 dic 2018

LA VERDAD SOBRE EL CASO HARRY QUEBERT
Mi puntuación: ★ ★ ★ ★
+ Datos sobre el libro | Lee los primeros capítulos

¿Quién mató a Nola Kellergan esa calurosa tarde de Agosto del 75? Esa es la gran incógnita que lleva rondando durante décadas en el pueblo de Aurora, una tranquila comunidad donde todos se conocen, pero nadie dice nada que no debería. Y es también la incógnita que ronda a Harry Quebert, un reconocido escritor confinado en una preciosa casa entre la playa y el campo, en los límites de Aurora, y a la que Marcus Goldman llega desesperado, buscando una salvación casi milagrosa. Marcus ha publicado una única novela con la que ha conocido el éxito de ser una estrella neoyorkina. Sin embargo, siendo joven y ambicioso, firmó un contrato que está a punto de costarle casi todo si no consigue terminar una segunda novela capaz de estar a la altura de su predecesora. Pero la página en blanco y la falta de un buen argumento son sus peores enemigos y, cuando la tempestad está a punto de llegar, Goldman se escabulle a la casa de su antiguo mentor, Harry Quebert, con la secreta esperanza de hallar en ella la solución a sus problemas. 

No obstante, lo que encuentra es algo mucho más grande (y peor) de lo que imaginaba: en el jardín de aquella idílica casa han desenterrado el cadáver de una joven - la quinceañera Nola Kellergan - reabriendo un caso que llevaba empolvándose desde 1975. Cuando sale a la luz que Harry Quebert (por entonces un treintañero exitoso) tenía una relación amorosa con la desaparecida, Aurora y sus habitantes empiezan a dejar atrás esa fachada remilgada, compitiendo por contar su propia versión de los hechos. ¿Será esta la oportunidad de Marcus Goldman de encontrar una historia que lo lleve nuevamente al estrellato? ¿O es que esa necesidad de desentrañar los retorcidos hilos de una dramática historia de amor obedecen al hecho de querer limpiar el nombre de su antiguo mentor? 

En el fondo, yo siempre había sido un tipo bastante solitario, y de pronto todo cambiaba. Con Nola sentía que pertenecía a un todo, de una entidad que formábamos juntos.

La verdad sobre el caso Harry Quebert venía recomendadísimo por la crítica, por bloggeros a los que sigo y además, con la promesa de una próxima adaptación televisiva. Nunca me han asustado los libros largos, pero algo me decía que esta novela de Jöel Dicker merecía leerse con calma, saboreando cada giro, mientras se descubrían los entresijos de una historia bien hilada. Personalmente, creo que no me equivoqué al poner mis expectativas en ella: la novela se toma su tiempo para sentar las bases, para ir colocando los cimientos de lo que será la búsqueda policial por desenmascarar al culpable. Casi setecientas páginas dan para bastante, pero el secreto es mostrar lo justo y necesario de cada personaje para que la mente del lector empiece a elaborar conjeturas. 

Dicker narra la historia de Harry Quebert a tres tiempos: 1975,1998 y 2008, treinta y tres años en los que la desaparición del amor de su vida - Nola - ha ido haciendo mella en su alma. ¿Realmente tuvieron una oportunidad de ser felices en algún momento de su relación? ¿Quién quería ver a Nola muerta y, sobre todo, cómo llegó el cadáver hasta el jardín de su casa? Esta y otras preguntas se van respondiendo a lo largo de las páginas, a la par que conocemos más de Aurora y de sus habitantes: desde la dueña de la cantina hasta el forastero de pasado oscuro, pasando por la chica popular de la escuela, el jefe de policía y el eterno admirador. Y por supuesto, Nola Kellergan, la gran protagonista de esta historia, cuya imagen idealizada poco a poco se va desconstruyendo conforme Goldman empieza a encontrar nuevas pistas de su muerte. 

— Harry ¿cómo se transmiten emociones que no se han vivido?
— Ése es precisamente su trabajo como escritor. Escribir significa que es usted capaz de sentir mejor que los demás y transmitirlo después.

No hay duda de que Dicker ha sabido sorprenderme con La verdad sobre el caso Harry Quebert de buena manera: se toma su tiempo para ir trazando cada pincelada de la historia y acelera el ritmo hacia el final, donde giro tras giro del argumento llevan al lector a preguntarse si finalmente la verdad saldrá a la luz. Me ha parecido un buen manejo de suspenso y considero que los saltos temporales ayudan a ello. Sí, puede que al comienzo cueste un poco acostumbrarse, pero una vez que se está inmerso en la historia mucho me temo que la única solución es llegar al final del caso. Los personajes, cada uno a su manera, también resultan entrañables y aportan la cuota de sarcasmo, misterio y cierta pizca de locura a la novela (y Aurora es un personaje más, que no se les olvide). 

Algo que quiero destacar (y la razón por la que terminé llenando mi ejemplar de post-its) es que es una novela que va sobre una novela, sobre un alumno escritor y su maestro también escritor. La relación entre Harry y Marcus nos regalan consejos de escritura, frases para enmarcar y sobre todo, momentos que, si eres una persona que escribe además de leer, definitivamente lo vas a disfrutar. Y no es un recursos que se utilice gratuitamente para llegar al corazón del lector, sino que también tiene un propósito dentro de la historia y adelanta pinceladas de lo que será el capítulo en ciernes. 

Quizás el punto del que cojea La verdad sobre el caso Harry Quebert sea - mucho me temo - la relación romántica entre el propio Harry y Nola. Sí, puede que la gran diferencia de edad funcione como gancho de la novela, pero a llegar al final, cuando las piezas encajan y en panorama completo se desvela... la historia de amor se ve un poco desdibujada al lado del componente policíaco. Tal vez el problema sea yo, pero me quedé con la sensación de que un desencadenante como esa relación merecía una mayor intensidad de drama en la historia. Más allá de eso, La verdad sobre el caso Harry Quebert me ha gustado mucho - bastante más incluso de lo que esperaba - y ha sido un thriller interesante para conocer a Joël Dicker. Ahora solo queda esperar la adaptación (con Patrick Dempsey) encabezando el reparto, para ver si puede igualar (o al menos intentar) a su versión de papel.

Christmas is coming: regalos para tu amigo secreto lector

17 dic 2018


Diciembre puede ser un mes lleno de alegría, espíritu navideño y muchas ganas de tomar chocolate caliente (sí, incluso en esta parte del hemisferio en la que nos acercamos cada vez más al verano), pero también puede ser un poquito estresante, sobre todo si contamos la cantidad de círculos sociales en las que nos movemos y que varios de ellos tienen la costumbre de jugar al Amigo Secreto.

Escoger el regalo adecuando puede tomar varias horas de quebraderos de cabeza y recorridos por las tiendas pero... ¿si tu Amigo Secreto es lector? Regalar un libro sería la opción más obvia, aunque siempre surgen las dudas: ¿y si ya tiene ese ejemplar? ¿o si alguien más se lo regalan? ¿y si finalmente no le gusta y va a acumular polvo a su estantería? Como lectora les digo que no hay nada mejor que regalar un libro (y no importa cual sea, el hecho de que lo hayas considerado por encima de otras cosas se valora bastante porque conoces nuestros gustos) pero si quieres sorprender a esa personita, aquí te dejo un par de ideas que podrían interesarte:

• UN FUNKO: todos los lectores somos fans de algún universo especial y no exagero cuando digo que hay Funkos para toooodos los gustos. Esos pequeños muñecos cabezones se han vuelto compañeros inseparables de estantería y nunca NUNCA vendrían mal como obsequio. 

• UNA AGENDA LITERARIA: en estos últimos meses me he dado cuenta que, si bien a los lectores nos gusta la tecnología, también es cierto que no hay nada como escribir de puño y letra. Entonces, ¿qué mejor que planear un increíble 2019 junto a frases literarias, datos curiosos, efemérides y - especialmente - un espacio para ir anotando todo lo relacionado a los libros? Hay agendas como las de El Principito que vienen con frases del libros y otras como la de Alba que se inclina hacia lo elegante. La Agenda VRYA tiene un espacio especial para anotar la Wishlist y los libros que se van leyendo a lo largo del año y la Bitácora de Monoblock es otra preciosidad a la que vale la pena darle una oportunidad ¡para gustos y estilos siempre habrá opciones!

• UNA EDICIÓN ESPECIAL DE SU LIBRO FAVORITO: creo que soy sincera al decir que todos los lectores somos (en parte) también coleccionadores. Sí, ya tenemos la edición usual de ese libro que tanto nos gusta PERO la edición de colección siempre será bien recibida. Puede que sea un tiraje especial por aniversario, una versión ilustrada, un libro para colorear o un pop-up. ¡creo que ninguno de ellos tiene pierde!

• MERCHANDISING LITERARIO: desde tazas bonitas, papelería o bisutería, hasta prendas de vestir y todo tipo de decoración. Si tu Amigo Secreto es fan de sagas como Harry Potter, Game of Thrones, Shadowhunters o incluso de cómics como DC o Marvel, te aseguro que una visita a un centro comercial como Arenales Plaza te dará un abanico de opciones para escoger aquello que más te gusta. Otras opciones que recomiendo especialmente son los magnetic bookmarks de El Garaje de la ciudad o las fundas para libros de Cuando leo me enamoro.

• UN GIFT CARD: Sí has llegado hasta aquí y ninguna de las opciones te convence, ¿qué te parece probar con un Gift Card? Muchas librerías ofrecen ese servicio y tu Amigo Secreto podrá escoger el regalo que prefiera de acuerdo a sus gustos. Puedes entregarla con una nota en un sobre bonito o añadirle algunos otros detalles (¡dulces!) para hacerlo más especial. 

Hasta aquí llegamos con esta lista pensada para nuestro Amigo Secreto Lector. ¿Tienen alguna otra idea para regalarle a esa personita especial? ¡Los leo en los comentarios!


Querido lector,

16 dic 2018



Querido lector,
Ha pasado mucho tiempo desde aquellos días en que me sentaba frente al ordenador, abría una hoja en blanco y dejaba que las letras fluyeran con soltura, contando (casi reviviendo) las sensaciones que una historia me había hecho vivir a lo largo de sus páginas. Sí, han sido varios meses que he estado lejos de PALABRAS QUE VUELAN, meses en los que he tenido que priorizar otros aspectos de mi vida y con tristeza (y algo de temor), he dejado aparcado a este rincón literario. Adaptarse a una nueva etapa cuesta mucho más de lo que imaginaba y a mí me tomó por sorpresa: sin duda 2018 ha sido un año de (muchos) cambios, pero también de aprendizajes. 

A mediados de año intenté retomar el ritmo de siempre y aunque ganas no me faltaban, sentía que había algo con lo que no estaba del todo cómoda. ¿Qué hacer en esos casos? Mi mejor baza siempre fue tomarse un tiempo, darle vueltas a las ideas y atreverse a hacer cambios para seguir creciendo. He aprendido que escribir siempre será parte de mí, que no puedo dejar mis ganas de compartir las cosas que me gustan y que los libros siempre serán parte de mi vida. Era necesario un cambio de vestido para esta web literaria, un diseño más fresco, limpio, lleno de energía. Creo que los diseños con los que visto a PALABRAS QUE VUELAN siempre han reflejado un poco de mí y mis gustos. Siempre he sido más inclinada hacia lo sencillo, minimalista, pero no necesariamente monocromático. Creo que el color es importante, es aquello que te mueve a seguir creando y eso es lo que he intentado imprimir en cada detalle de este nuevo traje. Con ello viene también algunas nuevas secciones y reforzaremos las ya conocidas. No quiero ponerme límites, tampoco presionarme en exceso. Quiero que este espacio siempre conserve la esencia de quién teclea estas letras, y sea un lugar donde recomendar, debatir, pero sobre todo, que cada entrada que se publique deje una (aunque sea pequeñísima) huella en quién la lea.

Gracias, querido lector, por estar detrás de la pantalla siguiendo estas letras. Siempre digo que nunca me han preocupado el número de likes o la cantidad de seguidores: soy feliz de sólo saber que puede haber alguien - aunque sea una sola persona - a la que pueda interesarle lo que tengo que decir. PALABRAS QUE VUELAN ha crecido junto a mí y quiero que lo siga haciendo por mucho tiempo más. Por ello, oficialmente reabro este espacio, con ganas de seguir descubriendo nuevas historias y compartiendo el amor por la literatura. 


PD: Tantos meses de ausencia me han dado el tiempo necesario para que mi cabecita cree mucho contenido. Les adelanto que a partir de mañana llegan reseñas, listas, artículos y demás desvaríos literarios. Por mientras, les quiero dejar un pequeño freebie, el cual nace de la propia experiencia de prestar libros y muchas veces perderles la pista. No soy diseñadora ni pretendo serlo, pero hay tardes que trasteando con los fuentes y colores pueden salir cosas interesantes. Hoy les dejo la Lista de libros prestados, por si quieren tener anotados todos aquellos libros que salen de tu estantería para contar su historia y que no deben olvidar de retornar a su hogar. Puedes descargarlo AQUÍ (y si te animas a compartirlo en redes, ¡agradecería mucho que me etiquetaras o usaras el #palabrasquevuelan para poder verlo!




Reseña: Cornelia

6 may 2018

CORNELIA
Mi puntuación: ★ ★ ★
+ Datos sobre el libro | Lee los primeros capítulos

Hace diez años, cinco chicas de un colegio de élite porteña tomaron un avión con rumbo a la Patagonia argentina, pero solo retornaron cuatro de ellas. Cornelia Villalba se esfumó como una hoja en el viento, sin dejar más rastro que unos recuerdos difusos que perduran en la memoria de sus compañeras y de la maestra que las acompañó, mujeres que tuvieron que ver los años pasar bajo la sombra de la desaparecida y cargar con cierta dosis de culpa al ver a los padres de la chica Villalba no cesar en su búsqueda. 

Unos recortes de avisos fúnebres, una misa en honor a la joven y una policía con un asunto pendiente son quienes intentan volver a reabrir el caso para, después de tanto tiempo, conseguir las respuestas que pondrán fin a tantos días de desvelos. Lo que empezó siendo la búsqueda de una joven rica y engreída se convierte, poco a poco, en una madeja entretejida con múltiples hilos de pequeñas historias que van desde la más frívola hasta aquellas que abordan temas tan complejos como la prostitución, la trata de personas y el abuso físico. Cornelia es solo una pista, un nombre, un recuerdo que ha cambiado con el tiempo. La verdadera pregunta no es si ella está viva o no, sino qué hay detrás de su desaparición (y créanme, hay muchísimo más de lo que parece).

¿Es posible esconder debajo de capas de piel lo que asusta, lo que paraliza, lo que da culpa?

¿Saben qué es lo más difícil de reseñar un thriller? Que hay qué saber hasta que punto contar y en qué momento contenerse, calcular la dosis precisa de datos para no fastidiar la lectura de un posible interesado. Confieso que a Cornelia no le tenía mucha fe (quién sabe por qué, quizás por algún prejuicio mío), pero todo ello cambió desde los primeros capítulos. Es el primer libro de Florencia Etcheves que leo y, después de este, tengo por seguro que le seguiré la pista a esta autora argentina. Su capacidad de crear una historia que abarca mucho más de lo que parece me ha sorprendido gratamente: utiliza las primeras páginas para poner en contexto al lector que, una vez acostumbrado a su pluma directa, se ve envuelto en una vertiginosa sucesión de hechos que van reconstruyendo - saltando entre pasado y presente - todo aquello que aconteció esa fría noche en El Paraje, donde una joven de cabello castaño y mirada altiva dejó de pertenecer al mundo al que estaba acostumbrada. 

Manejar un thriller con diferentes tiempos y con puntos de vista distintos personajes - sin revelar antes de tiempo ninguna información que quite el suspenso - no resulta una tarea sencilla. Muchas veces me he desencantado con alguna lectura al adivinar el misterio principal capítulos antes de lo que al autor le hubiera gustado, razón por la que valoro que una historia sepa sorprenderme con cada giro, guardando LA revelación para el final. Por suerte, Cornelia se mantiene muy a la altura, sabiendo cumplir las expectativas e incluso ahondando más de lo que se pudiera esperar. Etcheves no titubea al momento de narrar episodios de violencia física o psicológica, ni en retratar a sus personajes en los estados más lamentables de humanidad. Pero lo hace de una manera sutil, dejando al lector la tarea de recrear en su imaginación momentos llenos de desesperación, tristeza, agonía, pero también aquellos donde la chispa de esperanza es lo último que se pierde.

¿Cuánta verdad se puede decir al describir a una persona mediante sus hechos más honestos y admirables? ¿Se puede saber con solo cuatro o cinco actitudes loables cuánta maldad o bondad habita en un ser humano?

¿Detalles que no me gustaron de Cornelia? Pocos, la verdad. Quizás algunos puntos del argumento no terminaron de resultar del todo verosímiles (o al menos congruentes), especialmente en relación a la desaparición como tal y las primeras búsquedas de la joven Villalba. Moviendo algunos hilos y realizando un par de conexiones estoy segura que se podría haber encontrado a Cornelia a tiempo, pero por supuesto, no tendríamos toda la historia que surge a partir de ello. El otro tema es la jerga argentina, a la que siempre me ha costado seguirle la pista y a veces me quedo un poco en el aire con algunas frase (y esto es algo completamente personal, no necesariamente afecta a la calidad del libro).

Lo que más quisiera destacar de Cornelia es el mensaje que la autora quiere transmitir con su novela. Puede que como thriller la historia aún tenga algunos puntos por mejorar (por ejemplo, el manejo del suspenso), pero el tema que explora es crudo, doloroso y real: la trata de mujeres, la violencia y el abuso sexual se vive en Argentina, en América y en todas partes del mundo. Etcheves es activista y más allá de la experiencia con el tema, ha realizado todo un trabajo de investigación y eso se nota en escenas, momentos y formas de reaccionar de sus personajes. Les adelanto algo: habrá momentos en que solo querrás cerrar los ojos muy fuerte y pensar que todo ello no es más que ficción, pero lo cierto es que la misma situación que se retrata en Cornelia lo viven cientos de mujeres día a día y aún queda un largo camino para acabar con ello.  Esta novela es el granito de arena que la autora pone en su lucha contra la violencia y una forma de darles voz a todas aquellas mujeres que en algún momento han visto reprimida su libertad.



Reseña: Toda la verdad

1 may 2018

TODA LA VERDAD
Mi puntuación: ★ ★  
+ Datos sobre el libro | Lee los primeros capítulos

Marido perfecto. Padre perfecto. ¿Perfecto mentiroso? 

Vivian Miller lleva diez años trabajando como agente de contrainteligencia en la CIA, diez años en los que ha ido creciendo como profesional y como persona: tiene una maravillosa familia de cuatro hijos, una costosa casa en los suburbios de Washington DC y un esposo que la adora por sobre todas las cosas. Aunque ser agente es demandante, pocas veces había estado tan cerca de destapar la identidad de tantos espías rusos infiltrados dentro de los Estados Unidos. Gracias a un algortimo creado desde cero, ha conseguido cinco fotos, cinco nombres de agentes rusos a los cuales deberá seguir la pista y cazar. El único problema es que una de ellas es la foto de Matt, su marido, ese perfecto esposo que, al parecer, nunca fue quién dijo ser.

Desde las primeras páginas, Toda la verdad pone sus cartas sobre la mesa: ¿qué mejor escenario para un thriller que el mismo centro de contrainteligencia de la CIA? Poco a poco el argumento va disgregándose en pequeñas subtramas y a la par que avanza la historia en el presente, tenemos flashbacks de un pasado que nos llevan a reconstruir la historia aparentemente feliz de Vivian. ¿Acaso ella y Matt se conocieron por casualidades de la vida o todo fue un montaje y ella un objetivo? Y si fuera cierto que su esposo es espía ruso... ¿de dónde sacará el valor para denunciarlo y enviarlo a prisión? ¿Cómo saldrá adelante su familia (y su propio corazón herido) con ese peso sobre su conciencia?

Creo que mi problema con Toda la verdad es un poco personal. Esperaba más un thriller que un drama familiar. Me gustan ambos géneros, dicho sea de paso, pero no me gusta cuando las expectativas no llegan a cumplirse del todo. En mi opinión, como novela de suspenso Toda la verdad resulta lo justo y necesario para entretener al lector, pero no llega a sorprenderle del todo (más aún si se trata un lector asiduo a historias de corte policíaco). Sin embargo, como drama familiar gana muchos puntos más. Cleveland ha hecho un estupendo trabajo retratando las vicisitudes de una familia promedio, la relación entre los padres y los niños, los problemas económicos, las dudas, la crianza de los hijos, etc. Aborda diferentes aspectos y lo hace con soltura y absoluta sinceridad, dibujando los momentos bonitos, pero también aquellos que muchas veces solo quedan entre las cuatro paredes de una casa. 

Vamos a ser sinceros: me encantan los dramas familiares. Me gustan mucho más si viene aderezado con una cuota de suspenso, esa pincelada que lleva al lector a recordar que no existe la familia perfecta. Reconozco también que esperaba más de la novela (no todos los días podemos encontrarnos con una autora que ha trabajado en la mismísima CIA y conoce los tejemanejes de ese mundillo). pero mal no ha estado. La premisa tenía mucho potencial, pero quizás le hizo falta más intriga, más pistas en falso, más momentos de intensa incertidumbre. La historia mejora bastante en las últimas páginas, pero hubiera sido ideal que ese ritmo se mantuviese a lo largo de toda ella. 

En síntesis, Toda la verdad tiene los ingredientes necesarios para entretener al lector durante un par de horas, llevándole, junto a su protagonista, a sortear cada uno de los obstáculos y enfrentarse a cada una de sus dudas. Pudo ser un poco mejor, claro que sí, pero para ser la novela debut de Cleveland no ha estado mal. Será cuestión de seguirle la pista a la autora. 

Hola (de nuevo), querido lector

15 abr 2018


Sentarme a escribir estas letras ha sido volver a ese lugar que siempre consideré mi refugio, a ese espacio creado con tanto mimo donde puedo ser yo misma, Cristina, con sus ideas, sueños, opiniones y deseos. Sé que han sido varias semanas - meses incluso - en que he dejado todo lo relacionado a Palabras que vuelan en stand by, sin más que alguna aparición esporádica en alguna red social. Quizás algunos se pregunten qué pudo haber ocurrido para que el blog quedase detenido en el tiempo, para que yo misma me desapareciera y dejase los libros de lado. En realidad, todo se remonta a Noviembre del año pasado, a raíz de un hecho que sabía que sucedería, pero que nunca pensé que me costara tanto: conseguí trabajo. 

A finales del año pasado terminé las prácticas, cerré el último ciclo de universidad, puse en trámite mi certificado de bachiller y, casi sin darme cuenta, había conseguido un trabajo. Un puesto dentro de un área que me interesaba, en un rubro que era nuevo para mí, pero que me permitiría hacer algo que me encantaba. Los primeros días fueron difíciles, de acostumbrarse al nuevo lugar, a las personas y a las tareas del día a día. Mi jefa inmediata era paciente y yo admiraba lo bien que había sabido llevar el área sin más ayuda que sus propios recursos. Empecé a amoldarme al ritmo y ahí vino el primer bache: fin de año, fin de contratos. La que había sido mi jefa se iba a retirar por nuevas oportunidades en apenas dos semanas y quién iba a quedar a cargo del área era yo. Yo, Cristina, que apenas llevaba algunos días conociendo el sistema y a la que le quedaba una quincena para aprender a manejar todo por mis propios medios. Lo tomé como un reto (de los grandes) y los primeros días de Enero - con mudanza de oficina incluida - empecé una nueva etapa laboral.

Recuerdo que fueron días durísimos, días en los que la ansiedad me embargaba y empezaba a dudar de las decisiones que iba tomando en el camino. Ser psicóloga es trabajar con personas que son un mundo cada una. Equivocarse no era cuestión de borrar un archivo o volver a elaborar un presupuesto. Me enfoqué muchísimo en el trabajo, en hacer todo lo que estuviera en mi mano por cumplir con las tareas, por minimizar los errores, por finalizar en los plazos para que todo funcionara como debía. Trabajaba horas extra y llegaba a casa muerta de cansancio. No tanto físico, sino emocional. Era los primeros días de Febrero y apenas había tocado un libro. Las páginas avanzaban lentísimas, la historia no me cautivaba lo suficiente. Traté de refugiarme en las series o la música, porque incluso salir con amigos demandaba un tiempo que no tenía. Y lo poco que me quedaba libre, lo dediqué al Club de lectura, ese proyecto bonito que necesitaba salir adelante después de los cambios por los cuales había pasado. Decidí que Palabras que vuelan podría esperar, que tal vez también le hacía falta un respiro, recargar energías para poder retomar el ritmo.

Marzo llegó y en temas laborales el asunto se estabilizó. Al menos unas semanas, porque hubieron algunos cambios a nivel de estructura que nos tocó enfrentar a todos. Me sentía más segura de mis decisiones, de los procesos que llevaba y, definitivamente, la mejor motivación era ver una sonrisa en la cara o unas palabras de agradecimiento al ver que las personas con las que me tocaba trabajar lograban obtener aquella certificación de la que yo era encargada. Las horas libres empezaron a ser más frecuentes, las ganas de abrir y sumergirme en un libro retornaron, los días de querer ir al cine, de sentarme a escribir. Pero, ¿y si el tiempo que había dejado solo a Palabras que vuelan había sido demasiado? ¿Y si escribir un post o reseña ya no tenía el mismo efecto que antes, ese poder de desconectarme del mundo? ¿Y si mejor dejaba esto de escribir en un blog porque ya habían pasado de moda y muy pocos los leían? Realmente no sé si fue fruto del cansancio, de la desmotivación o de un posible bloqueo lector a gran escala, pero las dudas empezaron a surgir cada día. Confieso en que llegué a un punto en que empecé a considerar seriamente la idea de cerrar el blog, de decirle adiós a este rincón que me había alojado durante seis años. Aproveché un viaje corto de Semana Santa para pensar las cosas con detenimiento, para meditar cada detalle de una decisión que, sin pretender, podría haber sido una de la que me hubiera arrepentido toda la vida.

Quizás fue el aire fresco de la sierra peruana, el desconectar de la carga laboral o la tranquilidad emocional que empezaba a sentir cuando obtuve la respuesta. Hace seis años, cuando decidí abrir Palabras que vuelan, ¿cuál fue el motivo que me impulsó a escribir ese primer post y lanzarlo al ciberespacio? Era sencillo: compartir mi amor por los libros; poder debatir, comentar, conocer nuevas personas que amaran la literatura tanto como yo. Nadie me exigía que este blog tuviera un determinado movimiento semanal, nadie me presionaba para publicar un determinado contenido. Era yo, con los libros que leía, con las ideas que se me ocurrían, que había construido la esencia de la web. La decisión era mía, solo mía. Y yo necesitaba de este espacio, porque a lo largo de este tiempo se ha convertido en algo más que un proyecto personal. Es parte de mí porque en cada entrada le pongo esfuerzo, pero sobre todo, dejo una pedacito de mi corazón. Es lo que se hace cuando algo te apasiona tanto: no importa el tiempo o las fuerzas, porque invertir las horas en algo que te gusta siempre, SIEMPRE te va a hacer feliz... y Palabras que vuelan era eso. Tenía que volver, realmente lo necesitaba. 

La última etapa de este proceso fue volver a colocar todo en su lugar. Darle algunos ajustes al diseño, ponerme al día con el correo, terminar esos libros pendientes, abrir la hoja en blanco... y dejar que las letras fluyeran. Aquí estoy, después de un par de meses de ausencia, pero con las mismas ganas que ese primer día en que le di a "Publicar" a la primera entrada. Mi objetivo con este espacio siempre será el mismo: compartir literatura. Por eso, querido lector, también quiero darte las gracias. Por leer esta entrada y tomarte unos momentos para conocer el porqué de mi ausencia. Pero sobre todo, por estar siempre aquí. Tanto si eres de los que se pasan de vez en cuando, de los que comentan o los que leen en silencio, gracias. Palabras que vuelan es una parte mía, pero también una parte de aquellos que están del otro lado de la pantalla. 

El objetivo de este post no es tanto contar mi vida como poner un nuevo punto de inicio para este espacio. He regresado (espero que esta vez por mucho, muchísimo tiempo más) con las ganas de seguir viendo crecer a este rincón literario. Bienvenido (de nuevo), querido lector. Te adelanto que varios meses de ausencia dan para concretar muchas ideas y se vienen algunos post interesantes.

Isaac Asimov: el culpable de que ame la ciencia ficción

30 ene 2018


El 02 de enero de 1920 nace uno de los mejores escritores de la ciencia ficción: Isaac Asimov. Y para celebrar el que hubiera sido su nonagésimo octavo cumpleaños quisiera contarles un poco sobre mi experiencia con este autor, porque yo no siempre fui una fan enamorada de Asimov y mucho menos de la ciencia ficción, más bien cada vez que lo escuchaba nombrar me sonaba a algo aburrido y complicado de leer, esos prejuicios literarios que a veces hacen que se nos escapen verdaderas joyas literarias.

Mi historia con Asimov empezó aproximadamente hace cuatro años. Yo nunca había leído ciencia ficción pues consideraba que todo se trataba de navecitas y mounstritos que peleaban en un planetita – sí, todo en diminutivo para que noten el desdén con el que trataba al género – y simplemente no tenía intención alguna de leer ni a Asimov ni a nadie que escribiera ciencia ficción. 

Mi esposo, sin saberlo, agravó la situación insistiendo en que leyera aunque sea un libro corto de Asimov. Y ustedes saben, a veces… cuando nos insisten mucho nos entercamos. Todo hubiera seguido igual – yo huyendo del género de las navecitas – si no fuera por un asunto médico que me condenó a más de veinte días en cama con poca movilidad. Dado que el televisor no hacía más que aburrirme, decidí que volvería a la lectura, pero, al no saber que elegir, le pedí a mi esposo que me recomendara algo entretenido y rápido de leer. Ya se imaginarán con que libro se apareció en mi habitación… era una historia de unas 300 páginas en edición antigua y en la portada se veía el título: Los propios dioses


No les voy a mentir, abrí el libro con toda la flojera del mundo y empecé a leer… tres horas después ya lo había terminado y todo mi ser pedía más. Recuerdo haberme bajado de mi cama con mucha dificultad por la herida de la operación, asomarme hacia donde estaba mi esposo y gritarle: ¡Lo amé! ¿Cómo es que no había leído este libro antes? Desde aquel día vi la ciencia ficción con otros ojos y caí perdida e irremediablemente enamorada de Isaac Asimov (a quien llamo con mucho cariño el viejo patillón...) 

Siempre tiendo a variar los temas de mis lecturas para no mezclar tramas y descansar de los géneros. Sin embargo, al terminar esta historia quise leer más de este excelente narrador, poco importaba si era el mismo género, solo quería más de Asimov. Así fue como elegí la saga de la fundación para seguir disfrutando del autor. No fue una decisión fácil puesto que esta saga está compuesta de dieciséis libros (algunos dicen que quince, pero yo siempre recomendaré comenzar por “El fin de la eternidad”.). 

¿Algunos datos interesantes sobre esta saga? Originalmente estaba compuesta solo por tres libros: La fundación, Fundación e imperio y Segunda fundación, trilogía que ganó el premio Hugo a la mejor saga de ciencia ficción de todos los tiempos. A raíz del éxito de esta, Asimov hizo crecer la serie escribiendo nuevas historias y uniendo otros de sus libros al universo de la fundación. Es por esto que el orden de lectura no calza con la fecha de publicación de los libros. 

¿Cuál es la trama? Pues yo describiría al libro como un recorrido lento pero seguro a lo largo de la evolución humana y la colonización del espacio para sobrevivir. Aquí encontraremos de todo un poco: misterio, acción, comedia, intriga y muchaaaaaa ciencia. La saga consta de temáticas bien marcadas, los primeros seis libros que componen la serie de los robots nos hablan sobre ese miedo casi innato que tenemos los humanos a ser reemplazados por máquinas con características superiores a las humanas. La trilogía del imperio, en cambio, nos muestra la expansión de la humanidad por la galaxia y las consecuencias que esto trae para nuestro planeta de origen y los que habitan allí aún. Y por último tenemos El ciclo de Trantor, conformado por la trilogía original, más dos precuelas y dos secuelas. Aquí veremos la consolidación de la humanidad en el universo, y tal vez nos sintamos algo nostálgicos al enterarnos de que el planeta Tierra ya no es más que un mero mito, la cuna de la humanidad es desconocida para la mayoría de los personajes después de miles de años de colonización. 


Me tomó tres meses en devorar los dieciséis libros, era casi imposible parar, me recuerdo a mí misma leyendo entre clases, o en la misma clase cuando terminaba rápido algún ejercicio que el profesor había dejado. En más de una oportunidad se me acercaban para ver que estaba leyendo, y se extrañaban pues cada semana llevaba un libro distinto. 

Aparte de la trama, creo que otro punto fuerte de este autor son sus personajes. Mis favoritos de esta saga fueron: Elijah Baley y R. Daneel Olivaw (R. se utiliza para los robots con apariencia humanoide en los libros), tal vez esta sea mi pareja policial preferida seguida de Sherlock y mi querido Watson. También, quisiera mencionar a uno de los pocos personajes femeninos de la saga, Dors Venabilli, a quien le tomé mucho cariño. Como los libros están separados por una considerable cantidad de años, es muy complicado no añorar a aquellos personajes que más calaron en nuestro corazón lector… 

Terminada esta saga, supuse que ya nada de lo que leería a continuación podría impresionarme, pero nuevamente me equivoqué. Ya sea en fantasía (Azazel), o en misterio (Los cuentos de los viudos negros), siempre quedo emocionada, y a la vez, triste por que terminé el libro. Para mi buena suerte, Asimov escribió la increíble cantidad de 500 libros sobre diversos temas. Este año tengo como consigna probar con sus obras de historia universal, y estoy más que segura que no me van a defraudar. Qué mejor narrador para contar la historia del mundo que este hombre que ha sido capaz de que lea una saga sin saltearme una sola página. 

Si aún no han leído nada de este autor, los exhorto a hacerlo lo antes posible (a lo Vargas llosa :D), pues se están perdiendo verdaderas joyas de la literatura.


¡Un abrazo!

Reseña: La guía del caballero para el vicio y la virtud

22 ene 2018

LA GUÍA DEL CABALLERO PARA EL VICIO Y LA VIRTUD
+ Datos sobre el libro | Lee los primeros capítulos

Mi mejor cualidad es meterme en líos de los cuales necesito que me rescaten. Y los hoyuelos
Ah, tan típico de Monty...
Henry Montague nació para ser el heredero de un conde, pero lo cierto es que está muy (pero demasiado) lejos de serlo. Juerguista, mujeriego, irreverente y cínico, Monty es todo lo que sus padres no quieren que sea y un candidato nada apto para convertirse en caballero. Sin embargo, su Grand Tour está por comenzar y esa puede ser la solución (o quizás no). Lo que sus padres ven como un viaje al continente bajo la tutela de un cicerone que moldee su carácter para obtener a un joven de alta sociedad inglesa, Monty lo ve como el mejor año de su vida: París, Roma y Venecia son ciudades hermosas de día, pero mucho más atractivas de noche. Él y Percy - su mejor amigo y compinche - ya tiene planes para pasarlo a lo grande en un frenesí hedonista y el primer paso será esquivar a su guía. Y a Felicity, por supuesto. Su sabidilla y quisquillosa hermana no entraba en sus planes, pero si viajar con ella es el precio que deben pagar, lo consideran soportable. Hasta que se embarcan... y todo se sale de control. Esquivar al guía fue solo el primer paso, y sin querer ni pretender, estos tres se ven envueltos en una aventura que implica un tesoro perdido, una persecución a contrarreloj, y sentimientos que empiezan a salir a flote y son cada vez más difícil de ocultar.

¿De qué sirven las tentaciones, si no sucumbimos a ellas?

¿Una novela histórica, juvenil, aventurera y crítica con la sociendad europea de 1700? Era lo mío, eso era un hecho. Las buenísimas críticas que Mackenzi Lee estaba cosechando con esta historia solo consiguió que el hype se fuera por las nubes y que empezara a contar los días para que La guía del caballero para el vicio y la virtud llegase a mis manos. De entrada puedo decir que es un libro de contrastes: desde el título (vicio y virtud), la portada (colores estridentes y fuente moderna superpuesta a un retratado de un joven aristócrata) y por último, el propio argumento de la historia, que tiene desde épicas travesías al estilo Piratas del caribe (pero en Europa, no se olviden) hasta romance del bueno, de esos que incluyen mucha tensión, directas e indirectas y frases cargadas de sentimiento. Henry Montague es un personaje que puede caerte mal desde el comienzo (no deja de ser un engreído niño rico), pero poco a poco empieza a ganarse el cariño del lector con su encanto,  con su forma de ver el lado cómico de los hechos, pero sobre todo, con su forma de querer a aquellas personas que realmente le importan. Y Percy es una de ellas, ese chico que hasta ahora ha sido solo su mejor amigo pero que ambos saben que podría ser algo más.

Nos estamos mirando, simplemente mirándonos, y juro que hay vidas enteras contenidas en aquellos diminutos segundos compartidos.

Mackenzi Lee ha puesto todas sus cartas sobre la mesa con La guía del caballero: si bien es cierto que la historia es un gran viaje que busca resolver un misterio central, la autora se da tiempo y espacio para abordar una serie de temas que pocas veces se tocan en novelas históricas orientadas hacia un público juvenil o young adult: quizás el más resaltante sea el de la sexualidad de sus personajes principales (Henry, sobre todo), pasando por los roles de género (qué bien me cae Felicity) e incluso retratando el racismo de la época (aquí entra Percy a tallar, hijo de un noble inglés y una mujer de piel oscura), sin dejar de lado el tema de los vicios, el abuso de poder y sobre todo las normas estrictas de la época. Lo mejor de todo es que en ningún momento resulta abrumador a cantidad de matices que pueda tener - la prosa fresca y directa de Lee se encarga de que la historia avance a ritmo vertiginoso - pero justamente ese ritmo apresurado puede llevar a tener cierta sensación de que pudo explayarse un poco más, profundizar ciertos aspectos de la novela. No lo sé... quizás sea solo sensación mía, ¿o no?

No todos podemos tener el lujo de que no nos importe lo que los demás piensan de nosotros

Adoro a los antihéroes y Monty es un buen ejemplo de ello, pero mucho me temo que mi favorita en esta novela ha sido Felicity. La chica es toda una badass: un personaje con una lengua afilada, sarcástica, franca hasta la médula, valiente y con ganas de alejarse lo más posible de un internado de señoritas y dedicarse a estudiar su gran pasión: la medicina. Felicity sorprende desde su aparición y desmiente lo que muchos creían antes de empezar la novela: que sólo estaría para hacer mal trío dejar que la historia de Monty + Percy avance como se debe. Nada más lejos de la realidad. Es más, me temo que incluso llega a robarle el show a su querido hermano (solo por momentos, eso sí). Ahora ya saben por qué ando emocionada con la segunda entrega: Felicity tiene potencial y, si este nuevo libro va por donde creo que puede ir, creo que incluso podría gustarme más que La guía.

En resumen, La guía del caballero para el vicio y la virtud ha sabido estar a la altura de las expectativas. No llegó a superarlas, pero me ha sorprendido en el buen sentido y me ha dejado con ganas de leer más historias de Mackenzi Lee. Si lo tuyo es la novela histórica, te aseguro que no tiene pierde. Por el contrario, si temes perderte entre tantas fechas, costumbres y lenguaje complicado (que conste que Lee ha creado su novela con una prosa sencilla y nada rebuscada), creo que es una buena historia para salir de tu zona de confort. Al menos garantizo que habrá un par de risas incluidas a lo largo de la lectura. Y por supuesto, descubrir si Monty llegó a terminar su Grand Tour... o quizás, se perdió (o no) en el intento. 

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