Reseña: La guía del caballero para el vicio y la virtud

22 ene 2018

LA GUÍA DEL CABALLERO PARA EL VICIO Y LA VIRTUD
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Mi mejor cualidad es meterme en líos de los cuales necesito que me rescaten. Y los hoyuelos
Ah, tan típico de Monty...
Henry Montague nació para ser el heredero de un conde, pero lo cierto es que está muy (pero demasiado) lejos de serlo. Juerguista, mujeriego, irreverente y cínico, Monty es todo lo que sus padres no quieren que sea y un candidato nada apto para convertirse en caballero. Sin embargo, su Grand Tour está por comenzar y esa puede ser la solución (o quizás no). Lo que sus padres ven como un viaje al continente bajo la tutela de un cicerone que moldee su carácter para obtener a un joven de alta sociedad inglesa, Monty lo ve como el mejor año de su vida: París, Roma y Venecia son ciudades hermosas de día, pero mucho más atractivas de noche. Él y Percy - su mejor amigo y compinche - ya tiene planes para pasarlo a lo grande en un frenesí hedonista y el primer paso será esquivar a su guía. Y a Felicity, por supuesto. Su sabidilla y quisquillosa hermana no entraba en sus planes, pero si viajar con ella es el precio que deben pagar, lo consideran soportable. Hasta que se embarcan... y todo se sale de control. Esquivar al guía fue solo el primer paso, y sin querer ni pretender, estos tres se ven envueltos en una aventura que implica un tesoro perdido, una persecución a contrarreloj, y sentimientos que empiezan a salir a flote y son cada vez más difícil de ocultar.

¿De qué sirven las tentaciones, si no sucumbimos a ellas?

¿Una novela histórica, juvenil, aventurera y crítica con la sociendad europea de 1700? Era lo mío, eso era un hecho. Las buenísimas críticas que Mackenzi Lee estaba cosechando con esta historia solo consiguió que el hype se fuera por las nubes y que empezara a contar los días para que La guía del caballero para el vicio y la virtud llegase a mis manos. De entrada puedo decir que es un libro de contrastes: desde el título (vicio y virtud), la portada (colores estridentes y fuente moderna superpuesta a un retratado de un joven aristócrata) y por último, el propio argumento de la historia, que tiene desde épicas travesías al estilo Piratas del caribe (pero en Europa, no se olviden) hasta romance del bueno, de esos que incluyen mucha tensión, directas e indirectas y frases cargadas de sentimiento. Henry Montague es un personaje que puede caerte mal desde el comienzo (no deja de ser un engreído niño rico), pero poco a poco empieza a ganarse el cariño del lector con su encanto,  con su forma de ver el lado cómico de los hechos, pero sobre todo, con su forma de querer a aquellas personas que realmente le importan. Y Percy es una de ellas, ese chico que hasta ahora ha sido solo su mejor amigo pero que ambos saben que podría ser algo más.

Nos estamos mirando, simplemente mirándonos, y juro que hay vidas enteras contenidas en aquellos diminutos segundos compartidos.

Mackenzi Lee ha puesto todas sus cartas sobre la mesa con La guía del caballero: si bien es cierto que la historia es un gran viaje que busca resolver un misterio central, la autora se da tiempo y espacio para abordar una serie de temas que pocas veces se tocan en novelas históricas orientadas hacia un público juvenil o young adult: quizás el más resaltante sea el de la sexualidad de sus personajes principales (Henry, sobre todo), pasando por los roles de género (qué bien me cae Felicity) e incluso retratando el racismo de la época (aquí entra Percy a tallar, hijo de un noble inglés y una mujer de piel oscura), sin dejar de lado el tema de los vicios, el abuso de poder y sobre todo las normas estrictas de la época. Lo mejor de todo es que en ningún momento resulta abrumador a cantidad de matices que pueda tener - la prosa fresca y directa de Lee se encarga de que la historia avance a ritmo vertiginoso - pero justamente ese ritmo apresurado puede llevar a tener cierta sensación de que pudo explayarse un poco más, profundizar ciertos aspectos de la novela. No lo sé... quizás sea solo sensación mía, ¿o no?

No todos podemos tener el lujo de que no nos importe lo que los demás piensan de nosotros

Adoro a los antihéroes y Monty es un buen ejemplo de ello, pero mucho me temo que mi favorita en esta novela ha sido Felicity. La chica es toda una badass: un personaje con una lengua afilada, sarcástica, franca hasta la médula, valiente y con ganas de alejarse lo más posible de un internado de señoritas y dedicarse a estudiar su gran pasión: la medicina. Felicity sorprende desde su aparición y desmiente lo que muchos creían antes de empezar la novela: que sólo estaría para hacer mal trío dejar que la historia de Monty + Percy avance como se debe. Nada más lejos de la realidad. Es más, me temo que incluso llega a robarle el show a su querido hermano (solo por momentos, eso sí). Ahora ya saben por qué ando emocionada con la segunda entrega: Felicity tiene potencial y, si este nuevo libro va por donde creo que puede ir, creo que incluso podría gustarme más que La guía.

En resumen, La guía del caballero para el vicio y la virtud ha sabido estar a la altura de las expectativas. No llegó a superarlas, pero me ha sorprendido en el buen sentido y me ha dejado con ganas de leer más historias de Mackenzi Lee. Si lo tuyo es la novela histórica, te aseguro que no tiene pierde. Por el contrario, si temes perderte entre tantas fechas, costumbres y lenguaje complicado (que conste que Lee ha creado su novela con una prosa sencilla y nada rebuscada), creo que es una buena historia para salir de tu zona de confort. Al menos garantizo que habrá un par de risas incluidas a lo largo de la lectura. Y por supuesto, descubrir si Monty llegó a terminar su Grand Tour... o quizás, se perdió (o no) en el intento. 

1 comentario

  1. Hola! Qué genial leer tu reseña, porque junto con otras que he leído, terminó de convencerme de que lea este libro.
    Un besote!

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