Libro vs película: The Giver

The Giver es un libro que no tenía pensado leer pero que cuando se me presentó la oportunidad no pude rechazarla. Agradezco a Ibero Librerías que me haya permitido conocer esta historia ¡no saben cómo la he disfrutado! Es corta, es cierto. Es también medio distópica (y los que me conocen saben que la distopía no es precisamente lo mío), pero tiene algo que encandila y definitivamente te mantiene pegado a sus páginas. Apenas cerré el libro corrí a ver el trailer, sentía muchísima curiosidad por saber cómo llevarían una novela de tintes más reflexivos a la pantalla grande sin aburrir al espectador y transmitiendo la esencia de la historia de Lowry. 

He de confesar que el trailer me dejó pensando en dos cosas: la primera, que habían alterado un poco la edad de los protagonistas para tratar de dirigirse a un público más juvenil (en el libro, Jonás y sus amigos apenas tienen doce, pero en la película aparentan más de dieciséis. Como curiosidad, les comento que en realidad el actor tiene 25. ¿A que no parece?). Lo segundo es que el trailer es un poco spoileador: venía bien para quienes hubiera leído previamente la historia, pero contaba demasiado para aquellos que se aventuraban sin saber más que la sinopsis. Sin embargo, traté de dejar de lado esas dudas y me concentré en disfrutar la película, que al fin y al cabo en una adaptación siempre va a haber cambios. 

Pese a mis dudas iniciales, tengo que reconocer que he disfrutado mucho de la película. Entre los cambios más resaltantes están, por supuesto, la acción que han añadido al filme. Como mencioné antes, la novela es más reflexiva y aunque suele ser lineal, hay momentos en los que el personaje vuelve atrás en algún recuerdo. La película es distinta: sigue la secuencia argumental, juega más con los sentimientos, no se detiene más de lo necesario y en definitiva, logra mantener la atención del espectador y termina en una persecución que de alguna manera cierra la historia, pero que también deja espacio a una secuela (¡y yo quiero verla!). Hay que destacar aquí el componente amoroso que le han añadido: no me lo esperaba (en realidad sí, dado que el público objetivo es más juvenil) pero no lo he notado forzado y tampoco es que se robe el protagonismo de la historia en sí, sino que le añade un plus que hace que la adaptación sea más entretenida y que algunos hechos resulten también más creíbles. 

Hay algo que me ha gustado por encima de todas las cosas y en realidad, es lo que más curiosidad me daba: el tema del color y la transmisión de los recuerdos. Lo cierto es que el resultado no está nada, pero nada mal, porque la aparición del color se va dando de forma paralela a la transformación de Jonás: de a pocos, primero uno, luego otro y eso le da más continuidad a la historia. En cuanto a los recuerdos, me quito el sombrero: hay algunos que me han llegado al corazón. Tienen que verlo para entenderlo. El buen trabajo de fotografía ayuda bastante y si hablamos del soundtrack, también ha sido preciso para la película.

En conclusión, puedo decir que The Giver ha sido una buena adaptación: ha mantenido la esencia del libro y los cambios que han realizado han sido para bien, por lo que cumple su objetivo de entretener y además, dejar algunas reflexiones para después de salir de la sala del cine. 

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