Mi puntuación: ★ ★ ★ ★
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Charlotte ha llegado a Londres con una promesa a cuesta. Su hermana gemela falleció víctima de una enfermedad y se llevó con ella una gran parte de su vida. Charlotte, que ama y respira música, ha cruzado el charco para encerrarse en una universidad donde las clases teóricas le alejan de cualquier instrumento, borrando todo rastro de su anterior vida. Va y viene por las calles de Londres en una bicicleta amarilla con el único propósito de cumplir esa promesa, sin ganas de establecer ningún vínculo con la ciudad inglesa ni con las personas que la rodean. Pero el día que entra a The Scale, una peculiar librería, pone en marcha uno de los astutos giros del destino al encontrar una preciosa partitura inacabada, cuya composición podría atribuirse al mismísimo Frédéric Chopin.
Para Adam Lewis, perder la vista ha sido un gran quiebre en su vida, ha sido aquello que le ha llevado a decidir que nunca más volverá a componer. No se arrepiente de las circunstancias que le llevaron a ello, pero sabe que su vida no volverá a ser la misma sin la música. Dejar de lado la investigación sobre una misteriosa partitura de Chopin es una de las drásticas decisiones que ha tomado, al menos hasta que la escucha en el piano de The Scale, de las manos de una desconocida que viene huyendo de su pasado. Adam, resignado a no volver a ver los colores de la vida, cae en cuenta que no sentir es mucho peor que no volver a ver. ¿Qué planea el destino a juntar a estos dos personajes, cada uno con un gran peso en el alma? ¿Puede ser que la música tenga la magia suficiente para sanar esos dos corazones?
Una partitura no es un trozo de papel, es el sentimiento que contiene. No somos las notas que nos manchan, sino las emociones que impregnan el aire cuando alguien nos lee, toca, canta o simplemente tararea. Una partitura es pasión, amor y música
Había oído bastante de Anna Casanovas y las recomendaciones se acumulaban en mi mesa de noche. Llevaba mucho tiempo sin leer romántica adulta contemporánea, sin una pizca de fantasía, solo sentimientos y giros del destino en historias que revelaran la humanidad de cada personaje. LA PARTITURA llegó a mis manos y más que la posible historia de amor que hubiera entre sus páginas, reconozco que lo que capturó mi atención fue esa pincelada histórica que añade la autora. Esta novela tiene tres grandes protagonistas, cuyos puntos de vista vamos conociendo a lo largo de las páginas: Charlotte, Adam y Folie (la partitura). Desde París hasta Polonia, la partitura nos cuenta su trágica historia: ha sido testigo del amor más dulce y de la pérdida más desgarradora, ha acompañado a su creador en los momentos de regocijo y en aquellos en que la muerte se asomaba para arrebatar vidas. Es por eso que es tan reservada, tan misteriosa, tan preciosa. Apareció hace uno meses en una casa de Mallorca y viajó a Inglaterra en busca de que alguien lograra descifrar su autoría y la historia que contaban sus compases. ¿Serán Charlotte y Adam quienes lo logren? ¿O la perderán (y se perderán) en el intento?
No tiene demasiado sentido, pero la música es así. Te sorprende, te atrapa. Te emociona. Como ciertas personas. Como tú.
Personajes muy bien construidos, una prosa preciosa y un argumento que va entre pasado y presente, reconstruyendo la historia de dos personajes que logran robarse el corazón. ¿Qué más se puede pedir? He quedado encantada con Anna Casanovas y con LA PARTITURA, porque sabe dar al lector las dosis necesarias de drama, romance y misterio. Muchas veces yo huía de las novelas románticas porque algunas pecaban de exceso de drama (del que parece casi telenovela), pero en este caso mis temores resultaron infundados: Casanovas nos presenta a dos personajes quebrados, pero con todo un trasfondo detrás, que van superando sus miedos al lado del otro, pero muy especialmente, por sí mismos. Le he cogido cariño especialmente a Adam, porque una frase suya me marcó especialmente: uno debe recuperar las ganas de vivir para volver a amar, pero debe querer vivir por uno mismo, no por el amor alguien más. Adam y Charlotte hace una dupla interesante, compleja, que se complementan el uno al otro. Pero creo yo quién se roba el show es Folie. Tendrá que leer la novela para entender de qué les hablo.
En conclusión, siempre digo que en novela romántica no es tanto el final lo que puede emocionar, sino cómo se cuenta una historia. En el caso de LA PARTITURA la he disfrutado enormemente. Quizás haya alguno que otro pequeño punto en contra (por ahí un personaje que pudo dar más de sí, quizás alguna escena que no terminó de cuadrarme o alguna decisión que no trajo alguna consecuencia esperada), pero en general concluyo recomendando a este par (más Folie, claro) para una lectura más que placentera. Yo iré a seguirle la pista a Anna Casanovas, porque Herbarium - otra de sus novelas - está esperando en mi estantería para ser leída.
En conclusión, siempre digo que en novela romántica no es tanto el final lo que puede emocionar, sino cómo se cuenta una historia. En el caso de LA PARTITURA la he disfrutado enormemente. Quizás haya alguno que otro pequeño punto en contra (por ahí un personaje que pudo dar más de sí, quizás alguna escena que no terminó de cuadrarme o alguna decisión que no trajo alguna consecuencia esperada), pero en general concluyo recomendando a este par (más Folie, claro) para una lectura más que placentera. Yo iré a seguirle la pista a Anna Casanovas, porque Herbarium - otra de sus novelas - está esperando en mi estantería para ser leída.
Muchas gracias a EDICIONES URANO PERÚ por el ejemplar.
¡Ha sido un placer conocer (por fin) a Anna Casanovas.
1 comentario
Hola, bella! Me quedo con muchas ganas de leer esta novela siempre que la veo reseñada. Es una de las dos que me dan ganas de conocer de una vez la escritura de esta autora.
ResponderEliminarUn besote!