Gracias a sus padres, Kelsey Graham no podrá disfrutar de las vacaciones como Dios manda. A sus progenitores no se les ha ocurrido otra mejor idea que acoger en su casa a un estudiante inglés de intercambio durante un mes. ¡Treinta días! ¿Como podrá salir con sus amigos, disfrutar de esos días de vagancia si tiene que hacer de guía turística a un completo desconocido?
Pero ya no hay vuelta atrás. El asunto está zanjado y Kelsey tendrá que apañárselas como pueda. Adiós vida de libertad, a andar en pijama todo el día, a ver lo que quiera en la televisión y a acostarse a la hora que le venga en gana. Solo le queda una cosa: intentar llevarse bien con su nuevo inquilino.
Se equivocaba, vaya que lo hacía.
James no es quién ella esperaba. Desde que lo vio en el aeropuerto supo que las cosas no serían fáciles. De lejos podía parecer una persona normal - bastante guapo, por cierto - pero en cuanto abre la boca, esa primera impresión desaparece tan rápido como un aleteo. El chico ha nacido en cuna de oro y ha crecido como un miembro más de la alta aristocracia inglesa. Es caprichoso, engreído, irascible, sofisticado, perfeccionista, quisquilloso, vegetariano, con una personalidad de lo más excéntrica y unas manías que sacan de quicio a cualquiera. Ni siquiera el hecho de tener un bonito cabello dorado y unos hermosos ojos grises hacen que sea fácil pasar por alto semejante temperamento. Es la antítesis de Kelsey y ella será quién más sufra con su presencia, más aun cuando su madre insista en que ambos tienen que ir juntos a todos lados porque tienen casi la misma edad.
—James, ¿puedo hacerte una pregunta?
—Eh… NO.
—¿Alguna vez has tenido novia?
—¿Es que no me has oído? Te prohíbo que me preguntes cosas.
—Eso significa que siempre has estado soltero, ¿verdad?
James comenzó a ruborizarse lentamente, y sus mofletes se tornaron de un gracioso tono rojizo. Se incorporó en el sofá, sentándose y mirándola.
—Pues claro que no. Soy el sex symbol del instituto.
La convivencia será agitada, de eso no hay duda. James tendrá que adaptarse al estilo de vida norteamericano, a las costumbres poco normales de los Graham, al carácter de Kelsey y a los amigos (y amigas acosadoras) de ella. Su naturaleza perfeccionista rivaliza con todas y cada una de las ideas de la chica y le cuestiona cada decisión que ella toma haciéndole enojar con solo cruzar una palabra. ¡Qué tipo para más pesado!, pensarán ustedes, pero lo cierto es que James también tiene un lado sensible, oculto a todo el mundo y el cual iremos descubriendo a lo largo de la historia. Es ese lado que ha quedado escondido conforme crecía en una sociedad materialista, necesitado de cariño de sus padres.
Besos de murciélago es como una golosina: dulce, fresca y que se acaba rápido dejándote con ganas de más. Si bien la novela no tiene una trama intricada ni repleta de cuestionamientos, son los personajes lo que le dan un toque diferente, especial. Ya desde el comienzo sabemos más o menos como va a terminar la historia, pero son las situaciones lo que no podemos predecir.
Al ser la primera novela de Silvia Hervás, he de decir que ha logrado reflejar bien la esencia de cada personaje, sin modificarla, lo cual es algo que me ha gustado bastante. Aun cuando James y Kelsey se den cuenta que lo suyo es estar juntos, ninguno cambiará su personalidad por o para el otro: Kelsey seguirá siendo sincera, directa y terca y James seguirá con ese carácter refinado tan especial que lo caracteriza.
La gran gama de personajes secundarios también aporta lo suyo a la novela, en especial Marcus, el hippie hermano de Kelsey, que con cada ocurrencia hará que James lo odie, pero a la vez le coja cierto cariño. ¿Y sobre el título? Pues es lo que más me llamó la atención del libro (eso y la portada tan bonita que tiene), cuyo porqué no averiguas hasta bien entrado en la historia. Sin embargo -todo hay que decirlo - hay un punto flojo en la novela: el ritmo. Un poco más de cuidado en ese asunto no hubiera quedado mal, pues hay capítulos en que la historia transcurre más deprisa que en otros y no sé ustedes, pero a mí me pareció que las dos últimas semanas de James en América se esfumaron como si nada, dejando un pequeño vacío en la narración.
¿Buscas un libro para una tarde en la playa o acurrucada entre las sábanas? ¿Quieres reír a carcajadas con situaciones embarazosas y ocurrencias al estilo inglés? Pues este libro es para ti. Aun si solo quieres relajar la mente entre lecturas o entre exámenes (mi caso), creo que debes darle una oportunidad.
4 comentarios
Es mi actual lectura y por el momento me esta gustando mucho, lo que me estoy riendo ^^
ResponderEliminarUn beso
Mil gracias por tu reseña ;)
ResponderEliminar¡Me alegra que pasases un rato divertido y entretenido leyendo la novela! ¡Besos!
Gracias a ti por pasarte por este pequeño rincón de letras, por escribir una novela tan fresca, juvenil y por hacerme reír en las tardes frías de invierno en Lima :)
EliminarUn besote enorme :D
Muy buena tu reseña, Anneliesse. Llama mucho a buscar el libro. Nos leemos :)
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