Reseña: La Mecánica del Corazón

La Mecánica del Corazón
Autor: Mathias Malzieu
Editorial Random House Mondadori
176 págins · ISBN: 978-84-397-219-56

Imagina la noche más fría de la historia. La nieve cae sobre la ciudad de Edimburgo. En lo alto de una colina nace el pequeño Jack, pero su corazón está dañado. Y por eso necesitará reemplazarlo por un reloj de madera, un corazón artificial del que dependerá su vida. Acompañemos a Jack en su aventura quijotesca desde las frías callejuelas escocesas hasta una radiante ciudad andaluza, en busca del amor. Pero, ¡ciudado!, Jack debe seguir unas reglas para sobrevivir.

Uno: No toques la agujas

Dos: Domina tu cólera

Tres: No te enamores nunca

La Mecánica del Corazón depende de ello

Dicen que lo bueno siempre viene en pequeñas cantidades...
Con esa idea, la bonita portada y una atractiva sinopsis, me dispuse a empezar una lectura bastante ligera (por la cantidad de páginas) y cargada de romanticismo del bueno. En poco menos de dos horas ya la había terminado y la historia que comenzó tan ideal, tan llena de magia, no terminó siendo lo maravillosa que yo me esperaba.

Jack nació el día más frío del mundo, quizás como preludio a una vida de melancolía y nostalgia. Su pequeño corazón no era como el de los demás: mientras el de todos bombea sangre vital, el suyo marca las horas de su vida al ritmo del incesante tic- tac, delimitando aquella delgada línea que lo separa de la muerte. La doctora Madeleine - quién lo recibió en su llegada al mundo y cuidó de él cuando su madre no lo quiso - ha tenido a Jack aislado por su propio bien: sabe que las emociones fuertes desestabilizan su frágil corazón y podrían alejarlo de sus brazos protectores.
Pero ni Madeleine, ni la amenaza de que las agujas dejen de funcionar pueden evitar que nuestro joven protagonista caiga presa de un hechizo que va más allá de las reglas de supervivencia: ha conocido a una pequeña andaluza y su corazón palpita fuerte como nunca, queriendo salir e ir a su encuentro.

El libro comenzó maravillosamente perfecto: la prosa del autor entretejía una historia hermosa, melancólica y llena de ternura, moldeando a base de metáforas y frases elaboradas una idea de los más original con personajes profundos. A través de las páginas, el lector acompaña a Jack en búsqueda de la joven andaluza de la que se ha enamorado, pero más que eso, en la búsqueda de su propia identidad y su lugar en el mundo. Recorriendo lugares desde las lejanas montañas de Inglaterra hasta la mediterránea Andalucía, tropezándose con personajes como el terrorífico Jack el Destripador o el ingenioso George Mélies, buscándose a sí mismo y a la muchacha que le robó el corazón, nuestro protagonista se da cuenta de que el mundo no es lo que él imaginaba. Y entonces surge una duda que lo embarga hasta lo más hondo: ¿sentirá aquella joven de labios carmesí lo mismo que siente él cuando la ve?

Como dije, el libro comienza de la mejor manera posible: es difícil no caer rendida bajo aquella forma de narrar tan bien trabajada. Las páginas empiezan a pasar una tras otra, la historia va avanzando pero también va perdiendo un poquito de eso que engancha desde un comienzo. No podría decir qué es exactamente eso, pero sí que ya no lo sentía cuando acabé la novela. Ese pequeño detalle es el único punto negativo que encontré en la historia, pero hace una gran diferencia entre un "me gustó mucho" y "me encantó". El final tampoco fue de mi completo agrado,  pero no por ello resta puntos a una historia con un buen argumento. Es solo que yo soy una romántica empedernida y esperaba que las cosas se dieran como yo quería. Ya se sabe, cuestiones de lectora caprichosa empecinada en que la historia termine como una quiere y no como realmente pasaron (y de forma bastante realista, debo admitir).

Conclusión: recomiendo completamente el libro. Fuera del eso (por el que me he exprimido el cerebro tratando de descifrar qué es lo que realmente es) vale la pena adentrarse en una historia única, cargada de sentimientos que no dejarán indiferente a ningún lector que quiera desconectarse unos instantes del mundo para seguirle la pista a un frenético tic-tac en su búsqueda del amor.