Reseña: Sin Historial

17 dic 2012

Sin Historial
Autora: Lissa D´angelo
Editorial: Autopublicado
Páginas: 325
ISBN: 
97-814-802-55-135

Tengo veinticuatro horas para encontrarlo.
Mil cuatrocientos cuarenta minutos para presentarme.
Ochenta y seis mil cuatrocientos segundos para enamorarlo y sólo un beso para que me vuelva a olvidar.
En una sociedad perfecta, donde no hay espacio para el rencor ni el odio; un mundo donde no tienes tiempo para recordar, los engaños y las mentiras no tienen efectos secundarios, ya que sólo basta un día para que los dejes atrás.
Porque cuando el reloj da las doce todas las mentes se formatean, bueno…
Todas a excepción de la mía

¿Alguna ves se han encontrado con un libro que, sin ser perfecto o sin contar una historia excepcional  logran encandilarnos? A mí me ha pasado con Sin Historial y me temo que hoy no seré todo lo objetiva que quisiera con esta reseña porque se trata de un libro que me han encantado, que ha resucitado mi vena romántica, esa que creía que se estaba extinguiendo en mí.
En el mundo distópico que Lissa D´angelo ha construido, las mujeres viven encerradas en La Grata, una ciudad amurallada a la que nadie tiene acceso y donde sus habitantes viven en la ignorancia respecto a muchas cosas, pero sobre todo, creen que los hombres - aquellas bestias seductoras que solo traen sufrimiento - han sido exterminados. Ahí empieza nuestra historia, con la quinceañera Anaya narrando lo que se siente ser presa de lo que ella cree que es una enfermedad: mientras la memoria de todo el mundo se formatea al llegar las 24h, la suya permanece intacta, recordando cada cosa buena y mala que le ocurre en su día a día. Anaya no conoce más allá de los límites impuestos de su ciudad, pero cuando Emil - su compañera de habitación - es llevada a la Gran Torre para que cumpla con el ciclo vital de toda mujer y tenga un hijo, nuestra protagonista no duda en ir en su búsqueda e intentar liberarla, pues sabe que Emil no desea un retoño en su vida. 

Anaya escapa de La Grata no sin ciertos inconvenientes. Mientras intenta encontrar un camino en el bosque se encuentra con una insólita criatura de la que nunca ha visto alguna imagen. Y en su inocencia, se deja ayudar por aquel ser que tiene unos misteriosos ojos de color ámbar. 
¿Logrará encontrar a Emil? ¿Qué o quién es realmente aquella criatura que le hace sentir.... extraña? 

¿Que puedo decir? La historia me ha gustado muchísimo. No voy a mentirles diciendo que no hubo puntos un tanto flojillos, pero les he hecho caso omiso y me concentré en disfrutar de la novela. Tampoco puedo negar que en un comienzo me costó un poco engancharme al libro, pero las páginas pasan tan rápido y sin darse cuenta, uno ya está sumergido de lleno en el mundo que la autora ha sabido crear por medio de una narración sencilla, una protagonista cándida y un coprotagonista que no se queda atrás. 

Anaya es valiente y pone a la amistad por encima de todo. A veces llegó a desesperarme por la inocencia que destilaba en sus palabras y pensamientos. No obstante, cuando uno comprende el entorno en el que ella ha crecido e intenta ponerse en la piel de la protagonista entiende su reacción ante el mundo y las cosas que le son desconocidas. Por otro lado, Irah es el perfecto protagonista masculino que Lissa pudo escoger: dulce, cautivador, obstinado y que esconde secretos que Anaya no debería saber. Ambos se complementan pero, ¿como podrían llegar a estar juntos cuando el destino ya ha marcado su futuro?

—No puedo recordarte —dice de repente en un hilo de voz. Su voz es tan débil que por un instante tengo la impresión de que estoy imaginándolo—, pero que no recuerde, no significa que no pueda sentir.

Hay dos cosas que me gustaría destacar por encima de la trama o los personajes: el lenguaje y las frases. Lo primero fue algo que sencillamente me ayudó con la lectura puesto que últimamente solo he leído libros escritos con el español que se usa en la península Ibérica (España) y, aunque no es algo que me fastidie especialmente, cuesta un poquito adaptarse a las expresiones y al uso de los pronombres. Lo segundo es uno de los puntos que más me gustaron de la historia. Hay muchas frases bonitas y cargadas de significado que todo lector que ha disfrutado de la historia sabrá atesorar.

En síntesis, la novela es una bonita combinación que tiene como base lo que está tan de moda en el ámbito literario: la distopía. La inocencia de Anaya contrasta con la crueldad en la que se halla inmersa su mundo y en conjunto, la historia llega a ser realista y verosímil. Sin Historial logra ser una novela adictiva: está cargada de matices originales, ritmo constante, giros precisos, la dosis justa de romanticismo, situaciones que te hacen sentir parte de la historia y unos protagonistas que maduran al ritmo de la novela. ¡He quedado con las ganas de más, sin lugar a dudas!
Si no lo han hecho aún, ¿a qué esperan para disfrutar de Sin Historial?



PD: Lissa me ha confirmado que hay una continuación, aunque no será taaan pronto como quisiera para terminar de resolver algunas dudas que me han quedado. Les mantendré informados. 

1 comentario

  1. Lo estoy leyendo ahorita mismo y también me esta gustando mucho, aunque al comienzo me costo situarme en la historia.

    Besitos :D

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