En casa de Gwendolyn Sheperd nada ni nadie es del todo “normal”, empezando por su excéntrica (¡y cotilla!) tía abuela Maddy, que tiene extrañas visiones, pasando por Lucy, que se escapó de casa hace 17 años sin dejar rastro alguno... Y para acabar, también está Charlotte, su encantadora y (rabiosamente) perfecta prima, quien, según parece, ha heredado un extraño gen familiar que le permitirá viajar en el tiempo. Pero un increíble secreto está a punto de salir a la luz: la portadora del misterioso gen para viajar a través del tiempo no es Charlotte, ¡sino la propia Gwen! Ella es, en realidad, la duodécima (¡y la última!) viajera en el tiempo y se dice que cuando su sangre se una a la de los otros once viajeros, se cerrará el misterioso “Círculo de los doce”. Para obtener más información, Gwen deberá viajar al pasado y por suerte o por desgracia, no lo hará sola: la acompañará el undécimo viajero en el tiempo, el arrogante, atractivo y sarcástico Gideon, con quien va a vivir algo más que una peligrosa carrera a través del tiempo…
He decido hacer una reseña conjunta de los libros que componen esta trilogía por una razón: tanto Zafiro como Esmeralda continúan justo en el punto en el que se quedó su antecesor y al leerlo todo de un tirón, lo sentí más como un único libro partido en tres que como una trilogía propiamente dicha. Eso no quita lo mucho que me ha gustado ni lo estupendo que han sido los tres, solo que no quisiera ser repetitiva dedicándoles una entrada para cada tomo. Tampoco voy a profundizar mucho en el argumento, me parece que la sinopsis que les he colocado arriba ya cuenta lo suficiente y decir algo más sería spoilear una historia que deben leer a como dé lugar si gustan de la literatura juvenil.
Poco había leído sobre saltos en el tiempo aunque sí que he escuchado mucho de ellos. Lo que me llamó poderosamente la atención de esta saga era ver cómo la autora se las arreglaba para hacer creíble una historia que infringe las leyes de la cronología y cómo lograba (o no) traer a sus protagonistas de vuelta a su época ¡y vaya que sí lo ha logrado! Kierstin Gier ha cumplido todas mis expectativas y aun más, ha conseguido divertirme durante aquellas aburridas e interminables horas de viaje en bus.
El argumento de la historia está muy bien elaborado. En un comienzo me confundieron un poco las fechas, pero luego uno se acostumbra y es fácil seguir el hilo de la historia, sobretodo porque la autora pone todo su empeño en explicar de la manera menos complicada posible. Moría de curiosidad por ver cómo iba a encajar todas las piezas del puzzle un tanto enrevesado que había formado, pero al final lo logró, sin dejar ni un cabo suelto. Gracias a su prosa sencilla, sin mucha floritura ni palabras rebuscadas logra enganchar desde las primeras páginas sin mucho esfuerzo y antes de que uno caiga en cuenta, ya está deseando conseguir la siguiente entrega.
Por otra parte, me ha gustado lo bien que ha retratado las sociedad victoriana y la época de los años veinte, con sus costumbres extrañas y sus vestimentas aun más extravagantes. Y también la manera en que ha perfilado a sus personajes dentro de ese escenario tan bien construido: por un lado tenemos a Gwen, que se comporta tal y cómo debe hacerlo una chica de dieciséis años. A veces le daba por ser testaruda, otra veces sí que pensaba bien las cosas. Pero lo mejor de ella es que tenía una chispa que no se perdía en ningún momento y enganchaba al lector con su manera de narrar la historia. Es cierto que a veces me hubiera gustado que tuviese un poquito más de carácter (más que nada, en lo que respecta a Gideon) pero creo que para ser una joven de su edad - y que de un momento a otro empieza a saltar en el tiempo sin tener ni una pizca de preparación - está bastante bien. Y Gideon, bueno, es un De Villiers (un poquitín bipolar a ratos, a mi parecer). Al principio le tuve un poco de tirria al personaje porque pensaba que sería uno de esos guaperas que enamoran a la protagonista a primera vista ¡pero me equivoqué! El amor entre Gwen y Gideon se va desarrollando a través de la historia, poquito a poco, entre peleas y bromas, y aunque al final no quedé del toda contenta con nuestro protagonista masculino, el resultado de la trilogía en cuanto a romance se refiere es muy bueno: nada empalagoso y con un tira y afloja tanto sentimental como intelectual que hará las delicias de más de uno.
El argumento de la historia está muy bien elaborado. En un comienzo me confundieron un poco las fechas, pero luego uno se acostumbra y es fácil seguir el hilo de la historia, sobretodo porque la autora pone todo su empeño en explicar de la manera menos complicada posible. Moría de curiosidad por ver cómo iba a encajar todas las piezas del puzzle un tanto enrevesado que había formado, pero al final lo logró, sin dejar ni un cabo suelto. Gracias a su prosa sencilla, sin mucha floritura ni palabras rebuscadas logra enganchar desde las primeras páginas sin mucho esfuerzo y antes de que uno caiga en cuenta, ya está deseando conseguir la siguiente entrega.
Por otra parte, me ha gustado lo bien que ha retratado las sociedad victoriana y la época de los años veinte, con sus costumbres extrañas y sus vestimentas aun más extravagantes. Y también la manera en que ha perfilado a sus personajes dentro de ese escenario tan bien construido: por un lado tenemos a Gwen, que se comporta tal y cómo debe hacerlo una chica de dieciséis años. A veces le daba por ser testaruda, otra veces sí que pensaba bien las cosas. Pero lo mejor de ella es que tenía una chispa que no se perdía en ningún momento y enganchaba al lector con su manera de narrar la historia. Es cierto que a veces me hubiera gustado que tuviese un poquito más de carácter (más que nada, en lo que respecta a Gideon) pero creo que para ser una joven de su edad - y que de un momento a otro empieza a saltar en el tiempo sin tener ni una pizca de preparación - está bastante bien. Y Gideon, bueno, es un De Villiers (un poquitín bipolar a ratos, a mi parecer). Al principio le tuve un poco de tirria al personaje porque pensaba que sería uno de esos guaperas que enamoran a la protagonista a primera vista ¡pero me equivoqué! El amor entre Gwen y Gideon se va desarrollando a través de la historia, poquito a poco, entre peleas y bromas, y aunque al final no quedé del toda contenta con nuestro protagonista masculino, el resultado de la trilogía en cuanto a romance se refiere es muy bueno: nada empalagoso y con un tira y afloja tanto sentimental como intelectual que hará las delicias de más de uno.
Finalmente, solo me quede decir que Kierstin Gier ha creado una historia estupenda, con protagonistas memorables. Un trilogía que sin duda te dará buenos momentos, arrancará un par de risas y terminarás por cogerle cariño.
6 comentarios
Esta fue una trilogía que me encantó y que me dio muchísima pena acabar. Era muy reticiente a empezarla porque el argumento no me atraía mucho pero la verdad es que cuando empecé a leer los libros no pude parar.
ResponderEliminarGwen a mi me encantó como personaje, y la verdad tiene que ser muy raro para ella empezar a saltar de época en época y más acompañada de Gideon, que al principio me pareció algo engreído y muy bipolar.
La amiga de Gwen fue otro personaje que me gustó muchísimo pero el trofeo se lo lleva Xemerius!! La pequeña gárgola me encantó y le dio a los libros unos puntos de humor enormes. ¿Qué haría Gwen sin él?
El final es perfecto aunque para mi muy muy imprevisible, o por lo menos yo no me lo esperaba.
Ahora mismo estoy deseando que salga la película porque tiene muy buena pinta :)
Muchos besitos guapa!
Hola!!
ResponderEliminarAdoro estos libros, los disfrute muchisimo.
Merecen la pena leerlos.
Un beso!
Espero poder leer esta trilogía este verano *O*
ResponderEliminarUn beso
Donde compraste Rubí ? :( Soy de Lima
ResponderEliminarHola!
EliminarMe temo que el libro todavía no ha llegado a Perú :(
No estaba segura de si leer esta saga o no. Ahora definitivamente lo hare!!
ResponderEliminarGracias por la reseña :)