Reseña: En la oscuridad resplandecen las estrellas

En la oscuridad resplandecen las estrellas
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Los seres humanos siempre han sido criaturas ambiciosas, algo que les ha permitido evolucionar a lo largo del tiempo, pero que ahora será la causa de su caída. Los nuevos avances científicos permitieron al hombre mejorar ciertas habilidades, hasta que un grupo - cada vez más numeroso - decidió hacer uso de la tecnología para alterar su composición genética. Cada vez más rápidos, más ágiles y con los sentidos mejor desarrollados, esta manipulación se convirtió en un arma de doble filo, que en lugar de producir especímenes prodigiosos, daba como resultado a los "reducidos", seres humanos casi discapacitados que eran poco capaces de velar por si mismo y desarrollarse con normalidad. Pero no toda la humanidad cayó en desgracia. Los luditas, aquellos que rechazaron el uso de tecnología, quedaron intactos y se convirtieron en la élite, a cuyo cargo quedaron los reducidos. Cada señor ludita contaba con vastos terrenos en los que los reducidos trabajaban como esclavos, pagando de alguna manera la protección y el sustento que brindaba su señor. Con el transcurrir de los años y las generaciones, los reducidos empezaron a recuperarse, y a engendrar hijos sin sus carencias mentales. Así, los llamados "post" o "Hijos de la Reducción" han empezado a poblar nuevamente las islas y poco a poco, empiezan a hacer oír su voz, que reclama los derechos perdidos de sus antepasados. 

Aquí es donde comienza nuestra historia, que se vende como una novela inspirada en Persuasión, de la maravillosa Jane Austen. No he tenido la oportunidad de leer esa historia, pero si el parecido es aunque sea mínimo con En la Oscuridad resplandecen las estrellas, estoy segura de que me gustará bastante. 

Elliott (curioso nombre que le ponen a una chica, porque suena un poco masculino) es una ludita, una chica de élite que ha crecido toda su vida en la hacienda del barón North, su padre. Sin embargo, dista de ser la típica niña rica consentida porque en su vida no hay tiempo para eso. Luego de la muerte de su madre, al barón poco le importa la producción que pueda haber en sus tierras y su hermana mayor, Tatiana, está casi en las mismas condiciones. Desconocen de donde sale el dinero que paga los lujos que hay en su vida ni los malabares que Elliott tiene que hacer para vivir cómodamente y brindarles una buena calidad de vida a sus sirvientes post y reducidos. Tampoco saben mucho de Kai, su mejor amigo, el chico con el que ha crecido desde pequeña y aquel que comparte sus ideas pese a que ella es ludita y él, un Hijo de la Reducción. Para qué negarlo, entre ellos hay algo especial, algo que se ha ido formando con el paso de los años. Pero es difícil admitirlo, sobre todo cuando él huye de la hacienda para buscarse un futuro mejor y ella es incapaz de ir con él. No porque lo suyo sería algo prohibido. Sino por una razón mucho más fuerte por la que es capaz de sacrificar su corazón.

Entre cartas del pasado y escenas del presente, Diana Peterfreundt nos va sumergiendo en su mundo, una mezcla de distopía y ciencia ficción que al comienzo no terminaba de convencerme, pero que a mitad de la novela ya no podía dejar. Tanto la historia en sí como la relación de los protagonistas se va cociendo a fuego lento, con paciencia, sin dejar cabos sueltos. Kai regresa luego de cuatro años convertido en alguien completamente distinto y Elliott deberá enfrentarse - una vez más - a ese dilema interno que contrapone sus valores luditas (de nacimiento) y sus ideales postreduccionistas (de corazón), mientras soporta el odio y resentimiento de quién fue su amigo. A la novela se le agregan los secundarios, amigos y enemigos, que enriquecen la trama y ponen a la protagonista ante varias decisiones que tomar. Mentiría si dijera que la novela no tiene su eje en lo romántico, porque sí que lo hace. Sin embargo, no es pasteloso ni acaparador, mucho menos el trillado instalove (y confieso que me ha dejado con ganas de más, porque es casi casto), sino que da espacio para plantearse algunos dilemas éticos, morales e incluso religiosos que hacen ver las decisiones de la protagonista y de los secundarios desde distintos puntos de vista... y es difícil decidir entre alguno de ellos.

Aún cuando En la oscuridad resplandecen las estrellas me ha gustado mucho, siento que le ha faltado un poco más de desarrollo en algunos aspectos. Los protagonistas están bien, pero necesito más emoción por parte de ambos (especialmente ella). El misterio principal está bien, pero es algo que se pudo descubrir sin mucha dificultad. El final está bien - aunque un poco demasiado apresurado para mi gusto - pero necesito más detalles. Como ven, son aspectos que están bien, son correctos, pero le falta algo para ser satisfactorio. 

En conclusión, En la oscuridad resplandecen las estrellas es una novela entretenida, con un escenario original, una pluma sencilla y directa, unos personajes que no están mal (aunque pudieron dar más de sí) y lo mejor de todo, una historia que es autoconclusiva. La autora ha publicado Across a Star-Swept Sea, una novela ambientada en el mismo mundo, pero con nuevos personajes. No sé si volveremos a saber de Elliott, Kai y el elenco de secundarios, pero si sé que me ha gustado conocerles a ellos y a su historia. 

Muchas gracias a Editorial Océano por el ejemplar