Reseña: No recuerdo si lo hice

16 feb 2015

No recuerdo si lo hice
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A sus casi cincuenta años, la doctora Jennifer White puede considerarse una mujer de éxito. Es cirujana ortopédica especializada en cirugía de manos, tiene una economía estable y aunque su esposo falleció hace varios años, aún le quedan sus dos maravillosos hijos: Mark y Fiona. Tenía una vida perfecta... hasta que el Alzheimer apareció en ella. La enfermedad le obligó a jubilarse antes de tiempo, a quedarse más tiempo en casa y a pasar de ser una persona independiente a una que está en constante observación y cuidado. Cuando su mejor amiga y vecina, Amanda, aparece asesinada, todas las sospechas apunta a ella. Al parecer, Amanda murió por un fuerte golpe en la cabeza. Pero los cuatro dedos de la mano, apuntados con bisturí, parecen ser una especie de sello del asesino. La investigación, sin embargo, es tediosa y complicada. ¿Qué se puede hacer cuando la principal sospechosa no recuerda qué pasó exactamente ese día? ¿Acaso la memoria trastornada de Jennifer le impide revelar la verdad o es que la ayuda a ocultarla?

No recuerdo si lo hice es de aquellas novelas que lees casi sin querer, desconociendo todo a excepción de la sinopsis y termina sorprendiendo gratamente. Me gusta el thriller, más aún si se trata de un thriller psicológico. Me gusta cuando el autor es capaz de darle vueltas a la historia, tener al lector en vilo y no dejar de sorprenderlo hasta el último capítulo. Eso es lo que he encontrado es esta brillante novela. Y digo brillante tal vez no por el argumento, ni por cómo termina la historia. Alice LaPlante ha sabido desenvolverse muy bien con esos aspectos, pero lo que quiero destacar por encima de todas las cosas es la forma en la que está escrita y la evolución que el lector vive a través de la historia dentro de la trastornada mente de Jennifer. 
La gente piensa que tener Alzheimer es sólo olvidar las llaves o las palabras. Pero también están los cambios de personalidad, los cambios de humor. La hostilidad e incluso la violencia. Incluso en la persona más gentil del mundo. Pierdes a la persona que amas y te quedas con la cáscara.

Si pueden darse unos minutos para leer los primeros capítulos, se darán cuenta de la peculiar forma en la que está escrita. Los pensamientos de Jennifer White, la indiscutible protagonista, se entremezclan con los diálogos que hay en la historia. El día a día que constituye su presente da constantes saltos al pasado: hay flashbacks de forma recurrente y las anécdotas también son constantes. Un día Jennifer cuenta algo con lujo de detalles y al siguiente ha olvidado todo. Un día es consciente de que su esposo ha fallecido y al siguiente cree que aún está vivo. Un día cuenta algo... y al día siguiente lo repite. Una y otra vez. Esta forma de narrar puede resultar pesada al comienzo, pero es magnífica para que el lector viva la novela como si fuera la protagonista, para que se frustre por los recuerdos perdidos, para que vea un atisbo de luz con cada memoria que regresa. No recuerdo si lo hice va más allá de conocer como puede sentirse alguien que padece Alzheimer, sino que también indaga en la forma en la que la sociedad reacciona a ello. El rechazo, la invalidez de sus facultades, el respeto que se puede ir perdiendo a la persona por el simple hecho de padecerlo. Todo ello es expuesto por la autora sin pelos en la lengua y creo que remueve en el lector ciertas sensaciones.

¿Es o no es Jennifer la asesina? Esta cuestión queda un poco de lado mientras que la propia historia de la protagonista se hace presente para llevar todo el peso de la novela. Entre la maraña de recuerdos confusos, Jennifer va reviviendo las fechas más importantes de su vida - las buenas y las malas - y mientras lo compara con la realidad se va dando cuenta de que su maravillosa vida no era tan magnífica como creía. Amanda era más una arpía que una mejor amiga y Jennifer tampoco era un ángel caído del cielo. Los trapos sucios empiezan a salir, los roces entre la propia familia se hacen cada vez más evidente y las piezas que reconstruyen el asesinato empiezan a ir encajando de a pocos. Pero falta la pieza principal, esa que el alzheimer se ha llevado y no se sabe si algún día regresará.

En conclusión, No recuerdo si lo hice es una novela lineal pero con constantes referencias al pasado, una novela con personajes complejos (todos, desde la protagonista, hasta alguien tan secundario como la cuidadora), con una forma de narrar original que demuestra el gran trabajo de documentación de la autora y que te lleva a vivir la historia casi en carne propia, estar dentro de la mente de un personaje con muchas facetas y vivir la forma en la que el Alzheimer puede ir devorando los recuerdo y con ello, la propia vida de la persona. 

Muchas gracias a Editorial Océano por el ejemplar

4 comentarios

  1. No me llama mucho la atencion, pero gracias por la reseña.
    ¡un beso!

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  2. Es la primera vez que veo una reseña de este libro y he de decir que tiene un punto que me resulta intrigante, sin embargo por el momento lo dejaré pasar.

    Saludos y gracias por la reseña.

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  3. Me lo apunto, no lo conocía y tiene muy buena pinta ;)

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  4. ¡Holaa!
    Nunca había oído hablar de este libro, pero luego de leer tu reseña y los primeros capítulos... me enamoré. Quiero leer más.
    ¡Un beso!

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