Libro vs película: El principito

12 oct 2015


¿Cuantos de nosotros hemos crecido con El Principito, una historia tan llena de metáforas y buenos recuerdos? Como muchos, la obra de Saint- Exupéry fue una de las primeras que empecé por iniciativa propia cuando aprendí a leer. Para mí, este es uno de esos libros que pueden disfrutarse tengas la edad que tengas, tanto si es el primero con el que te vas a aventurar como si necesitas algo entre lecturas. Lo especial, lo mágico, de esta libro es que puedes sacar un mensaje distinto con cada lectura porque la historia misma se presta para muchas interpretaciones. Pero vamos a lo que nos importa en esta entrada: la adaptación de este 2015. Al ser un clásico muy conocido, El Principito ha tenido varias adaptaciones (incluso en anime) y ha servido como fuente de inspiración de distintas obras, desde piezas de teatro, ópera y canciones hasta constituir parte de la trama de algún libro. Este año, como ya se venía anunciando, le tocaba el turno a la pantalla grande y la película llegaba a manos de Mark Osborne, quién ponía en pantalla los ingredientes necesarios para que esta nueva adaptación resultara un éxito. O eso esperamos, las cifras de fin de mes darán pronto su veredicto.

Gracias a Editorial Océano y Delta Films pude ir a la función especial de la película, apenas dos días después de su estreno en Perú. ¿Mis expectativas? Conteniéndose por no llegar a las nubes. He evitado a toda costa el trailer y los posibles stills que puedan haber salido, todo con la finalidad de estar frente a la película y disfrutarla sin interrupciones. Y me ha gustado, claro que sí, aunque no es exactamente lo que esperaba. De hecho, creo que en la sorpresa radica el encanto, así que mi recomendación es esta: no esperes encontrar una adaptación fiel de El Principito, sino atrévete a probar una historia con un giro un tanto diferente pero sin dejar de lado el encanto de la novela.


Esta versión de El Principito nos lleva a una ciudad meticulosamente organizada, con unos habitantes de horarios rígidos y cuya principal preocupación es estar pendientes del tiempo para cumplir a la perfección las actividades asignadas. Ahí nos topamos con nuestra protagonista, una niña a punto de ingresar a un renombrado colegio cuya madre ha planificado al dedillo su vida, desde lo que hará al día siguiente, como lo que hará en unos cinco o diez años. Sin embargo, el día que se mudan a una nueva casa, las cosas empiezan a dar un giro extraño, especialmente para la niña. Resulta que su vecino es un viejo lleno de excentricidades - cada cual a más disparatada - pero que tiene una maravillosa historia que contar si se le da la oportunidad: un día, cuando era mucho más joven, tuvo un accidente en el desierto y el avión que pilotaba quedó a la deriva entre las dunas de arena. Sin embargo, ese día conoció a alguien que siempre quedaría en su corazón: un pequeño niño procedente del asteroide B612 que buscaba a alguien que le dibujara una oveja.

¿Les suena la historia? ¡Por supuesto, es aquí donde hace su entrada triunfa nuestro clásico de siempre! Sin embargo, no es él quien acapara todo la película, sino la historia de nuestra protagonista y su lucha entre creer en los valores que le inculca su sociedad o poder cerrar los ojos e imaginar un mundo distinto con la historia de El Principito. No sé mucho de animación ni montaje, pero reconozco que adoro el stop motion y al escenificar las escenas del libro con esta técnica la adaptación se ha ganado mi corazón. No obstante, eso no desmerece la animación lograda por ordenador, que también le suma varios puntos a la adaptación. En un comienzo, lo primero que pensé es que se trataba de una historia dentro de otra pero con el transcurrir de los minutos de mi cuenta de que no hay que verlas por separado: ambas técnicas son parte de un todo, un argumento con pinceladas de aventura, filosofía, y momentos que sin duda llegarán al alma y quizás - solo quizás - les arrancarán algún par de lágrimas  (y el soundtrack ayuda muchísimo). 


Hacia mitad (o más, en realidad), la película iba todo lo maravilloso que puede ir una adaptación que pretende llegar a un público amplio sin perder el interés en el camino. Sin embargo, lo que a mí me descuadró un poco fue uno de los giros finales de la trama, uno que no pienso revelar porque es spoiler pero que sin duda salta a la vista cuando se está frente a la película. De todas las ideas que pudieron pasar por mi cabeza esa fue la que menos esperaba (en realidad, ni siquiera la esperaba) y si bien al comienzo no dejó de parecerme extraño, si se ve desde una perspectiva general tomando todos los elementos en cuenta... bueno, en ese sentido cambia la percepción de la trama. Pero repito, con todos lo cambios y los elementos añadidos, la película me ha encantado.

En conclusión, creo que este año la adaptación de El principito constituye una propuesta bien lograda. Quizás le haya faltado ciertos componentes - como profundizar más en la historia de papel - pero tiene ese toque de reflexión, de inocencia e incluso de cuestionamiento. ¿Cuántas veces pasamos por alto pequeños pero importantes detalles en nuestra vida? ¿Cuantas veces nos hemos parado a reflexionar lo que queremos para nuestro futuro? Esta película toca la fibra sensible del espectador en ese sentido, llevándolo, a la par de la historia, a tomarse unos minutos para nosotros mismos y recordar que Crecer no es el problema, olvidar lo es

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