Isaac Asimov: el culpable de que ame la ciencia ficción

30 ene 2018


El 02 de enero de 1920 nace uno de los mejores escritores de la ciencia ficción: Isaac Asimov. Y para celebrar el que hubiera sido su nonagésimo octavo cumpleaños quisiera contarles un poco sobre mi experiencia con este autor, porque yo no siempre fui una fan enamorada de Asimov y mucho menos de la ciencia ficción, más bien cada vez que lo escuchaba nombrar me sonaba a algo aburrido y complicado de leer, esos prejuicios literarios que a veces hacen que se nos escapen verdaderas joyas literarias.

Mi historia con Asimov empezó aproximadamente hace cuatro años. Yo nunca había leído ciencia ficción pues consideraba que todo se trataba de navecitas y mounstritos que peleaban en un planetita – sí, todo en diminutivo para que noten el desdén con el que trataba al género – y simplemente no tenía intención alguna de leer ni a Asimov ni a nadie que escribiera ciencia ficción. 

Mi esposo, sin saberlo, agravó la situación insistiendo en que leyera aunque sea un libro corto de Asimov. Y ustedes saben, a veces… cuando nos insisten mucho nos entercamos. Todo hubiera seguido igual – yo huyendo del género de las navecitas – si no fuera por un asunto médico que me condenó a más de veinte días en cama con poca movilidad. Dado que el televisor no hacía más que aburrirme, decidí que volvería a la lectura, pero, al no saber que elegir, le pedí a mi esposo que me recomendara algo entretenido y rápido de leer. Ya se imaginarán con que libro se apareció en mi habitación… era una historia de unas 300 páginas en edición antigua y en la portada se veía el título: Los propios dioses


No les voy a mentir, abrí el libro con toda la flojera del mundo y empecé a leer… tres horas después ya lo había terminado y todo mi ser pedía más. Recuerdo haberme bajado de mi cama con mucha dificultad por la herida de la operación, asomarme hacia donde estaba mi esposo y gritarle: ¡Lo amé! ¿Cómo es que no había leído este libro antes? Desde aquel día vi la ciencia ficción con otros ojos y caí perdida e irremediablemente enamorada de Isaac Asimov (a quien llamo con mucho cariño el viejo patillón...) 

Siempre tiendo a variar los temas de mis lecturas para no mezclar tramas y descansar de los géneros. Sin embargo, al terminar esta historia quise leer más de este excelente narrador, poco importaba si era el mismo género, solo quería más de Asimov. Así fue como elegí la saga de la fundación para seguir disfrutando del autor. No fue una decisión fácil puesto que esta saga está compuesta de dieciséis libros (algunos dicen que quince, pero yo siempre recomendaré comenzar por “El fin de la eternidad”.). 

¿Algunos datos interesantes sobre esta saga? Originalmente estaba compuesta solo por tres libros: La fundación, Fundación e imperio y Segunda fundación, trilogía que ganó el premio Hugo a la mejor saga de ciencia ficción de todos los tiempos. A raíz del éxito de esta, Asimov hizo crecer la serie escribiendo nuevas historias y uniendo otros de sus libros al universo de la fundación. Es por esto que el orden de lectura no calza con la fecha de publicación de los libros. 

¿Cuál es la trama? Pues yo describiría al libro como un recorrido lento pero seguro a lo largo de la evolución humana y la colonización del espacio para sobrevivir. Aquí encontraremos de todo un poco: misterio, acción, comedia, intriga y muchaaaaaa ciencia. La saga consta de temáticas bien marcadas, los primeros seis libros que componen la serie de los robots nos hablan sobre ese miedo casi innato que tenemos los humanos a ser reemplazados por máquinas con características superiores a las humanas. La trilogía del imperio, en cambio, nos muestra la expansión de la humanidad por la galaxia y las consecuencias que esto trae para nuestro planeta de origen y los que habitan allí aún. Y por último tenemos El ciclo de Trantor, conformado por la trilogía original, más dos precuelas y dos secuelas. Aquí veremos la consolidación de la humanidad en el universo, y tal vez nos sintamos algo nostálgicos al enterarnos de que el planeta Tierra ya no es más que un mero mito, la cuna de la humanidad es desconocida para la mayoría de los personajes después de miles de años de colonización. 


Me tomó tres meses en devorar los dieciséis libros, era casi imposible parar, me recuerdo a mí misma leyendo entre clases, o en la misma clase cuando terminaba rápido algún ejercicio que el profesor había dejado. En más de una oportunidad se me acercaban para ver que estaba leyendo, y se extrañaban pues cada semana llevaba un libro distinto. 

Aparte de la trama, creo que otro punto fuerte de este autor son sus personajes. Mis favoritos de esta saga fueron: Elijah Baley y R. Daneel Olivaw (R. se utiliza para los robots con apariencia humanoide en los libros), tal vez esta sea mi pareja policial preferida seguida de Sherlock y mi querido Watson. También, quisiera mencionar a uno de los pocos personajes femeninos de la saga, Dors Venabilli, a quien le tomé mucho cariño. Como los libros están separados por una considerable cantidad de años, es muy complicado no añorar a aquellos personajes que más calaron en nuestro corazón lector… 

Terminada esta saga, supuse que ya nada de lo que leería a continuación podría impresionarme, pero nuevamente me equivoqué. Ya sea en fantasía (Azazel), o en misterio (Los cuentos de los viudos negros), siempre quedo emocionada, y a la vez, triste por que terminé el libro. Para mi buena suerte, Asimov escribió la increíble cantidad de 500 libros sobre diversos temas. Este año tengo como consigna probar con sus obras de historia universal, y estoy más que segura que no me van a defraudar. Qué mejor narrador para contar la historia del mundo que este hombre que ha sido capaz de que lea una saga sin saltearme una sola página. 

Si aún no han leído nada de este autor, los exhorto a hacerlo lo antes posible (a lo Vargas llosa :D), pues se están perdiendo verdaderas joyas de la literatura.


¡Un abrazo!

Reseña: La guía del caballero para el vicio y la virtud

22 ene 2018

LA GUÍA DEL CABALLERO PARA EL VICIO Y LA VIRTUD
+ Datos sobre el libro | Lee los primeros capítulos

Mi mejor cualidad es meterme en líos de los cuales necesito que me rescaten. Y los hoyuelos
Ah, tan típico de Monty...
Henry Montague nació para ser el heredero de un conde, pero lo cierto es que está muy (pero demasiado) lejos de serlo. Juerguista, mujeriego, irreverente y cínico, Monty es todo lo que sus padres no quieren que sea y un candidato nada apto para convertirse en caballero. Sin embargo, su Grand Tour está por comenzar y esa puede ser la solución (o quizás no). Lo que sus padres ven como un viaje al continente bajo la tutela de un cicerone que moldee su carácter para obtener a un joven de alta sociedad inglesa, Monty lo ve como el mejor año de su vida: París, Roma y Venecia son ciudades hermosas de día, pero mucho más atractivas de noche. Él y Percy - su mejor amigo y compinche - ya tiene planes para pasarlo a lo grande en un frenesí hedonista y el primer paso será esquivar a su guía. Y a Felicity, por supuesto. Su sabidilla y quisquillosa hermana no entraba en sus planes, pero si viajar con ella es el precio que deben pagar, lo consideran soportable. Hasta que se embarcan... y todo se sale de control. Esquivar al guía fue solo el primer paso, y sin querer ni pretender, estos tres se ven envueltos en una aventura que implica un tesoro perdido, una persecución a contrarreloj, y sentimientos que empiezan a salir a flote y son cada vez más difícil de ocultar.

¿De qué sirven las tentaciones, si no sucumbimos a ellas?

¿Una novela histórica, juvenil, aventurera y crítica con la sociendad europea de 1700? Era lo mío, eso era un hecho. Las buenísimas críticas que Mackenzi Lee estaba cosechando con esta historia solo consiguió que el hype se fuera por las nubes y que empezara a contar los días para que La guía del caballero para el vicio y la virtud llegase a mis manos. De entrada puedo decir que es un libro de contrastes: desde el título (vicio y virtud), la portada (colores estridentes y fuente moderna superpuesta a un retratado de un joven aristócrata) y por último, el propio argumento de la historia, que tiene desde épicas travesías al estilo Piratas del caribe (pero en Europa, no se olviden) hasta romance del bueno, de esos que incluyen mucha tensión, directas e indirectas y frases cargadas de sentimiento. Henry Montague es un personaje que puede caerte mal desde el comienzo (no deja de ser un engreído niño rico), pero poco a poco empieza a ganarse el cariño del lector con su encanto,  con su forma de ver el lado cómico de los hechos, pero sobre todo, con su forma de querer a aquellas personas que realmente le importan. Y Percy es una de ellas, ese chico que hasta ahora ha sido solo su mejor amigo pero que ambos saben que podría ser algo más.

Nos estamos mirando, simplemente mirándonos, y juro que hay vidas enteras contenidas en aquellos diminutos segundos compartidos.

Mackenzi Lee ha puesto todas sus cartas sobre la mesa con La guía del caballero: si bien es cierto que la historia es un gran viaje que busca resolver un misterio central, la autora se da tiempo y espacio para abordar una serie de temas que pocas veces se tocan en novelas históricas orientadas hacia un público juvenil o young adult: quizás el más resaltante sea el de la sexualidad de sus personajes principales (Henry, sobre todo), pasando por los roles de género (qué bien me cae Felicity) e incluso retratando el racismo de la época (aquí entra Percy a tallar, hijo de un noble inglés y una mujer de piel oscura), sin dejar de lado el tema de los vicios, el abuso de poder y sobre todo las normas estrictas de la época. Lo mejor de todo es que en ningún momento resulta abrumador a cantidad de matices que pueda tener - la prosa fresca y directa de Lee se encarga de que la historia avance a ritmo vertiginoso - pero justamente ese ritmo apresurado puede llevar a tener cierta sensación de que pudo explayarse un poco más, profundizar ciertos aspectos de la novela. No lo sé... quizás sea solo sensación mía, ¿o no?

No todos podemos tener el lujo de que no nos importe lo que los demás piensan de nosotros

Adoro a los antihéroes y Monty es un buen ejemplo de ello, pero mucho me temo que mi favorita en esta novela ha sido Felicity. La chica es toda una badass: un personaje con una lengua afilada, sarcástica, franca hasta la médula, valiente y con ganas de alejarse lo más posible de un internado de señoritas y dedicarse a estudiar su gran pasión: la medicina. Felicity sorprende desde su aparición y desmiente lo que muchos creían antes de empezar la novela: que sólo estaría para hacer mal trío dejar que la historia de Monty + Percy avance como se debe. Nada más lejos de la realidad. Es más, me temo que incluso llega a robarle el show a su querido hermano (solo por momentos, eso sí). Ahora ya saben por qué ando emocionada con la segunda entrega: Felicity tiene potencial y, si este nuevo libro va por donde creo que puede ir, creo que incluso podría gustarme más que La guía.

En resumen, La guía del caballero para el vicio y la virtud ha sabido estar a la altura de las expectativas. No llegó a superarlas, pero me ha sorprendido en el buen sentido y me ha dejado con ganas de leer más historias de Mackenzi Lee. Si lo tuyo es la novela histórica, te aseguro que no tiene pierde. Por el contrario, si temes perderte entre tantas fechas, costumbres y lenguaje complicado (que conste que Lee ha creado su novela con una prosa sencilla y nada rebuscada), creo que es una buena historia para salir de tu zona de confort. Al menos garantizo que habrá un par de risas incluidas a lo largo de la lectura. Y por supuesto, descubrir si Monty llegó a terminar su Grand Tour... o quizás, se perdió (o no) en el intento. 

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