Reseña: No soy un serial killer

14 mar 2016

No soy un serial killer
Serie John Cleaver (1 de 3)
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John Cleaver no es lo que se definiría en el prototipo de un adolescente norteamericano normal. Más allá de llevar el nombre de un famoso asesino serial, su vida ha estado rodeada (casualmente, eso sí) de muerte. Trabaja embalsamando cuerpos junto a su madre en una funeraria que se encuentra en el sótano de su casa y asiste a un terapeuta porque está convencido de que es un sociópata en ciernes. Porque si no es eso... ¿de qué otra manera puede explicar esa obsesión que tiene por los cadáveres que llegan un día si y otro también a la puerta de su casa? 

Mientras John lleva años luchando con su monstruo interno (la manera que tiene de llamar a ese subconsciente asesino que lucha por salir al exterior), cosas raras empiezan a suceder en su normalmente apacible pueblo: aparecen cuerpos desgarrados tirados en la autopista con marcas que apuntan a una bestia a medio camino entre lo humano y lo animal. ¿Y qué pasa con ello? Lo que el propio John siempre temía: se despierta su lado de detective, pero mientras se va metiendo en la investigación - al más puro estilo de un Sherlock Holmes adolescente - se da cuenta de que las ganas de matar a esa malvada criatura le están llevando a perder el control, a convertirse en eso que se ha esforzado por reprimir. Tal vez, después de todo, John Cleaver sí sea un asesino.

- Creo que el destino quiere que me convierta en un asesino en serie.
- Bueno, es obvio que sientes fascinación por ellos: seguramente has leído más sobre el tema que cualquier otra persona de la ciudad, incluyéndome a mí. ¿Tú quieres convertirte en un asesino en serie?
- Por supuesto que no. Lo que quiero es, específicamente, evitar serlo. Lo que pasa es que no sé qué posibilidades tengo.
- Entonces, lo que quieres evitar es...¿qué? ¿Matar a gente?

¿Qué mejor manera de leer un libro que combina la novela policíaca con pinceladas de terror que a medianoche y con casi todas las luces apagadas? No hay duda de que el ambiente me ha ayudado bastante a meterme en la historia y - aún sabiendo lo asustadiza que soy - lo he disfrutado muchísimo. El thriller psicológico es uno de mis géneros favoritos y ¡he aquí una novela juvenil ideal para todos aquellos que quieran empezar a probarlo! Precisamente por ser juvenil muchos puedan subestimarlo, pero les aseguro una cosa: Dan Wells se ha encargado muy bien de recrear su novela, a tal punto que es inevitable sentir algún escalofrío es ciertas escenas que son algo espeluznantes, pero no por ello dejan de calzar bien en una historia que oscila en la delgada línea de la fantasía y la realidad. 

¿Qué es lo que más me ha gustado de esta historia? La respuesta tiene nombre y apellido: John Cleaver. Un protagonista redondo donde los haya, con una riquísima complejidad psicológica que he disfrutado desgranando de a poquitos. El chico está convencido de que es un sociópata y aunque intenta no actuar como tal, lo cierto es que el destino está empeñado en darle la contraria. Así que me puse a explorar un poco y aquí mis conclusiones:
¿Es impulsivo y actúa sin planificar mucho el futuro? Sí. 
¿Miente con facilidad? Sí, aunque a veces ni se da cuenta. 
¿Es propenso a la agresividad? Claaaaro que sí, mucho más que cualquier adolescente. 
¿Tiene poca empatía por los demás? Una y más veces sí (y me recuerda demasiado a Cumberbatch en su papel de Sherlock). 
¿Todo eso es resultado de factores ambientales? ¡Por supuesto! O.. ¿quizás no tanto? 

No les voy a mentir: la mente de este muchacho es simplemente genial. Perturbadoramente genial. Por momentos me recordaba a mi querida (y a la vez odiada) Amy Dunne, esa clase de personajes con una lucha interna en cuya piel no quisieras estar, con ideas macabras, pero tan bien fundamentadas que terminan despertando la curiosidad de lector. Y señores, una vez que empiecen a conocer las razones de John Cleaver se darán cuenta de que la novela es adictiva, singular, para nada aburrida y de que no hay forma de detenerse hasta llegar al fondo del asunto.

Embalsamar es como... no sé como describirlo. Era como jugar con una muñeca gigante, vestirla, bañarla y abrirla para ver qué tenía dentro. 

No soy un serial killer parte de una muy buena premisa, hasta cierto punto original dentro del universo de la literatura juvenil. Tiene personajes a los que es fácil querer seguirles la pista y el autor se encarga de recrear el escenario propicio para los crímenes con una pluma que va dejando pistas sutiles que un lector minucioso será capaz de encontrar. Pero también es cierto que se revela el misterio del asesino demasiado pronto a costa de profundizar en la psicología del personaje... y vaya que lo logra, pero te deja con la sensación de necesitar más, de tener ese gran final que todo thriller psicológico se merece (al menos para mí). Sin embargo, nos quedan todavía dos libros más, así que tenemos a John Cleaver para rato, porque yo quiero seguirle la pista tras nuevos asesinatos digo, casos por resolver.

Gracias a Distribuidora Inca por el ejemplar ¡lo he disfrutado demasiado! 

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