Reseña: Un final para Rachel

Un final para Rachel
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Quizá sepáis que va de una chica con cáncer, así que también es posible que estéis pensando: «¡Genial! Seguro que está repleto de sabias reflexiones en torno al amor, la muerte y el paso de la infancia a la edad adulta. Seguramente me hará llorar como una magdalena de principio a fin. Qué ganas tengo de empezarlo». Si lo anterior describe con acierto lo que estáis pensando, lo mejor que podéis hacer es tirar este libro al cubo de la basura y salir corriendo.

Gracias, Greg, nadie podría haber resumido este libro mejor que tú. Efectivamente, en Un final para Rachel tenemos una peculiar mezcla compuesta por dos mejores amigos, una obsesión por rodar películas extrañas, chistes tan raros que dan risa y una chica con leucemia. Greg es el chico más corriente y normal del mundo (si es que algo como la normalidad existe) y en su vida lo único que quiere es pasar desapercibido. No le interesa la escuela - no mucho más que a cualquier adolescente - y poco caso le hace a la gente que merodea en ella. Le interesan las chicas (aunque a ellas él no les importa) y su única pasión en su vida podría ser el cine. Junto a Earl, su mejor amigo, se dedican a rodar películas caseras, una más estrepitosa que la otra y ninguna con perspectivas de ser vista más que por ellos mismos. Así que cuando su madre obliga a Greg a hacerle compañía a Rachel - la chica con leucemia, la que se está muriendo - a él solo le queda una gran interrogante en la cabeza: ¿y ahora qué? 

A regañadientes Greg se arrastra hacia la casa de Rachel, una chica que tampoco sale de lo normal y con la que solo comparte una característica: ambos son judíos. Pero eso tiene poca relevancia en esta historia, porque ni aunque Greg sepa qué hace exactamente ahí y aunque Rachel parece no gustar precisamente de su presencia, al final terminan descubriendo que en realidad, Greg Gaines es un chico muy gracioso. Raro, cínico, ácido, pero muy gracioso. Y son sus chistes los que acompañaran en su odisea con la leucemia, odisea que abandona al poco tiempo porque en realidad, ¿para qué luchar contra una muerte imminente? 

¿Hacia donde va la historia? Mucho me temo que si buscan un argumento rebuscado o una historia magistral, aquí no la van a encontrar. Un final para Rachel (sigo pensando que mejor quedaba una traducción original, algo como Yo, él y Raquel) es un libro sencillo, con una premisa sencilla contada de una manera sarcástica a más no poder. Greg no busca aceptación, solo vivir su vida como mejor le sea posible y dejar de una vez por todas los años de escuela secundaria. Vamos, es un antihéroe en toda regla y eso es lo que hace de él un personaje genial. Quizás no sea fácil empatizar con el personaje (tal vez ni siquiera sea posible), pero una vez que te acostumbras a su forma de narrar, a su manera de ver las cosas, creo que es una novela que se disfruta bastante. Permítanse dejar de lado al drama barato, a la justificación filosófica de las cosas y traten - aunque sea por unas horas - de entrar en la mente de Greg Gaines. Les aseguro que se sorprenderán con lo que encuentren.

Este libro no contiene una sola “lección vital importante”, ni una sola “verdad como un puño acerca del amor”, ni un solo ñoño y lacrimógeno “momento en que comprendimos que habíamos dejado la infancia atrás para siempre”, ni nada que se le parezca. Y, a diferencia de la mayoría de los libros en los que sale una chica con cáncer, podéis estar seguros de que no hay una sola frase almibarada y paradójica de esas que ocupan todo un párrafo y se supone que encierra una reflexión profunda porque están en cursiva 

No estoy segura de que este libro sea para todo el mundo. O al menos, si eres de esas personas que aman las novelas trágico-románticas con todo su corazón, que te encanta ver cómo dos personajes se enamoran a pesar de las adversidades y luchan hasta que no les queda más remedio que rendirse ante la muerte... creo que este podría no ser tu libro. Digo creo, porque nunca se sabe. Personalmente me encantan las historias románticas, pero también disfruto de aquellas que destilan un humor ácido, ironía y sarcasmo en cada página y Un final para Rachel es un buen exponente en cuanto de ello. Jesse Andrews toma la premisa cada vez más común en literatura juvenil (la de chico/a muriendose que vive una hermosa historia de amor) y la transforma en algo original sin mucho esfuerzo. Y sí, me atrevería a decir que es la antítesis de la conocidísima Bajo la misma estrella, pero no por ello deja de ser buena, todo lo contrario. Así que no se dejen engañar por la sinopsis, que de romance tenemos más bien poco (por no decir nada) y dudo mucho que llegues a derramar una sola lágrima. ¿Por qué no aceptar lo inevitable  e intentar no ponerse lacrimógenos por algo que a fin de cuentas, sabías que iba a ocurrir? Disfruta de Un final para Rachel, de las tonterías de Greg y Earl y de las estrafalarias situaciones en las que se ven envueltos. Eso sí, no me hago responsable de que llegues a reírte en los momentos más inoportunos (pero que conste que lo vale).

Muchísimas gracias Penguin Random House por el ejemplar