Reseña: Perdida (Gone Girl)

Perdida (Gone Girl)
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¿Donde está Amy? Esa es la gran pregunta que se hacen los habitantes de North Carthage, un pueblito a orillas de Mississippi al que se han mudado Amy y Nick Dunne. Ella, una hermosa chica de Nueva York, hasta entonces rica y con unos padres famosos. Él, periodista que acaba de quedarse sin trabajo y que quiere empezar una nueva vida en el lugar en el que ha crecido. Todo comienza en la mañana de su quinto aniversario de bodas con la "caza del tesoro": un juego que organizan cada año por esas fechas y en las que Amy oculta pistas que Nick debe seguir para dar con su regalo de aniversario. Pero este día es distinto: ella ha desaparecido y él es el principal sospechoso. Después de todo, sabemos que en la mayoría de caso el culpable siempre es el marido... ¿o no?

Me encantaría contarles más cosas sobre la novela pero no lo haré porque considero que es un libro que tiene que desfrutarse sin saber más que la sinopsis. Créanme cuando les digo que este es uno de los mejores thrillers psicológicos que he leído hasta el momento. No es que haya leído muchos, pero este libro tiene todos los componentes necesarios que le han llevado directo a mi estantería de favoritos. Que la publicidad excesiva muchas veces es contraproducente, eso lo sé. No suelo fiarme mucho de los bestseller, pero en este caso mi intuición ha sido acertada: Perdida no es solo una novela negra que me ha tenido enganchada de principio a fin, sino un retrato vivo y desquiciante de dos personajes que han tenido la mala suerte de unirse en matrimonio. Él puede ser todo lo carismático que se busca en un hombre, pero cuando sus defectos salen a flote es imposible no notarlos. Y ella, tan dulce por afuera como inteligente por dentro, quiere que su vida - y quienes conforman su entorno - estén irremediablemente sujetos a sus planes.

Ninguna relación es perfecta, dicen. Ellas, que han aceptado el sexo por compromiso y los pedos nocturnos, que han cambiado la conversación por la tele, que creen que la capitulación conyugal -sí, cariños; está bien, cariño- es lo mismo que la concordia. Dame un hombre que tenga redaños, un hombre que plante cara a mis chorradas. (Pero que a la vez aprecie mis chorradas.) En cuialquier caso, no me hagas caer en una de esas relaciones que se pasan la vida chinchándose, disfrazando los insultos de bromas, poniendo los ojos en blanco y discutiendo “juguetonamente” delante de los amigos con la esperanza de ponerlos de su parte en una discusión que no podría importarles menos

Los personajes son los grandes protagonistas de esta novela: Nick y Amy son humanos, personas con diferentes matices, virtudes y defectos que la autora se encargará de ir exponiendo y sacando a la luz con el transcurrir de las páginas. Los secundarios no se quedan atrás, en absoluto, son también puntos claves en la novela que bajo ningún concepto se deben perder de vista. El escenario es ideal: entre rústico y moderno, una pequeña población donde aparentemente todo el mundo se conoce pero nadie es capaz de decir lo que piensa del otro. Los hilos argumentales se van entretejiendo de a pocos: primero conocemos a nuestra pareja protagonista, luego a la familia, luego a los vecinos. Todos tienen algo que decir y es preciso prestar atención a todo. Porque con Gillian Flynn nada es casual. Cuando menos te los esperas, una nueva pista sale a la luz y voltea cualquier teoría que el lector haya empezado a construir con esmero.

Muchos dicen que la historia es un poco lenta al principio. A mí me ha pasado todo lo contrario: ha sido inevitable no sumergirse desde la primera página en el escenario que recrea Gillian Flynn de Missouri, de sus habitantes, de sus secretos. Contada a dos voces con una facilidad envidiable, la autora ha creado una historia cautivadora a partir de una premisa sencilla y quizás ya conocida. Tanto Amy (por medio de su diario) como Nick (que nos narra el presente) son quienes nos conducen a través de una novela que disecciona los entresijos del matrimonio de la manera más perturbadora posible. El ritmo es preciso: frenético cuando lo necesita, pero la mayor parte del tiempo calmado, dando tiempo tanto a los personajes principales como los secundarios de exponer sus argumentos y esperar el veredicto del lector: ¿quién miente, quién dice la verdad? Llega un momento en que ya no sabes en quién creer, con quién simpatizar, de qué lado ponerte. Y es en ese punto cuando la autora saca un último as bajo la manga y nos deja con un final espeluznantemente perfecto. 

Llegados a este punto se darán cuenta que he dicho mas bien poco sobre el argumento de la novela y me he limitado a deshacerme en elogios de la misma. Pero... ¿cómo no hacerlo con lo mucho que me ha gustado? Quizás no seas de los que gustan del thriller, pero Perdida es capaz de cambiar esa perspectiva. Repito lo que dije anteriormente: no puedo contar más porque sería malograr una experiencia de lectura tremendamente placentera, cautivadora, una historia de una mente psicópata que te dejará pensando durante tiempo si unirte a la persona que crees amar es la mejor decisión que puedes tomar en la vida. 

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