Reseña: El lado Oscuro

El lado Oscuro
Trilogía Una vida oculta (1 de 3)
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Los Brujos Blancos encarna el bien.

Los Brujos Negros asesinan para conseguir sus dones. 

Hijo del más temido de los Brujos Negros y de una respetable Bruja Blanca, Nathan Byrne creció en un hogar sin padre, con tres hermanos que no saben si demostrarle o no su cariño y una sociedad que lo repudia por sus orígenes. Encerrado en una jaula que ejerce en él un brutal control físico, Nathan empieza a relatar su historia: su pasado, su presente y lo que posiblemente será su futuro. 

Leer el El lado Oscuro ha sido una experiencia extraña. Tras haber revisado varias opiniones en la red he llegado a la conclusión de que este puede ser uno de esos libros que te gustan o te aburren, casi sin término medio. Lamentablemente mi caso se inclina más hacia la segunda opción porque no he terminado de congeniar ni con el protagonista ni con la pluma de la autora, que parece querer tener un sello único y distintivo pero que lo único que logra es confundir al lector en el proceso. La historia comienza siendo narrada en segunda persona: un par de capítulos cortos iniciales, introductorios, algo confusos pero que nos llevan al presente actual de protagonista y le dan vía libre para relatar sus historia. Luego vienen los capítulos en primera persona, con un poco más de descripciones que diálogos, cargados de pensamientos y salpicado de recuerdos.

La ambientación en general está bastante desdibujada e incluso puede resultar confusa si no se presta atención a los detalles que la autora va soltando durante su narración. Tampoco es que haya tantos, los necesarios para trazar un boceto en la mente pero no los suficientes para terminar de situar a los personajes. Y hablando de estos, nunca he echado tanto en falta a los secundarios: creo que una novela se enriquece con la presencia de estos y El lado Oscuro se centra tanto en Nathan que sus pensamientos obsesivos han terminado de sobrepasar el límite de mi paciencia. Poco o casi nada conocemos a los que le rodean y ello me lleva a no terminar de comprender las situaciones - y los sentimientos - en los que se ve envuelto. Otro punto en la que coincido con varios blogueros que han leído el libro (y sé que aunque las comparaciones son odiosas no puedo dejar de mencionarlo) son las varias similitudes que he encontrado entre este libro y Harry Potter, muy aparte del mundo mágico en el que ambos están situados. No sé cómo les habrá ido a los demás, pero yo no podía dejar de pensar en muggles, el Wizengamot, Voldemort e incluso Umbridge cada vez que leía sobre un personaje (o un término) sorprendentemente parecido. 

Situaciones extrañas las hay casi por montones, al igual que hechos convenientemente situados para resolver varios problemas. Esto es algo que suele fastidiarme en las historias: se ve tan poco real que parece que a la autora se le hubiesen acabado las ideas o simplemente tenía prisa por pasar a la siguiente escena. Romance también hay, aunque se ve muy poco. Debo reconocer que fue esto lo que empezó a suscitar mi curiosidad por seguir con la novela, pero a los pocos capítulos dejó de ser interesante y pasó a ser un tema más de los que toca esta historia. Ah, y el cliffhanger final: completamente innecesario, creo yo, ya que no me ha despertado más curiosidad ni ansias por continuar con la trilogía.

Entonces, ¿hay algo que me gustó del libro? Sí, dos cosas, y creo que nada más: la complejidad psicológica del protagonista y la delgadísima línea que separa el bien y el mal. El lado Oscuro hace honor a su nombre: saca a la luz todos aquellos pensamientos obsesivos y destructivos que puede tener un niño/joven que ha crecido repudiado por la sociedad, controlado por el Consejo de Brujos Blancos y sin la certeza de que su padre sea capaz de reconocerlo. Así como hay escenas humillantes y violentas, hay también aquellas en las que hay una gran carga emocional. Lo segundo es que en esta historia, por mucho que las premisas parten de El bien y El mal, la autora ha querido dar a entender que no existen tales polos, sino que las personas se mueve entre tonos de gris, tirando hacia uno u otro extremo según su conveniencia. Los Brujos Blancos pueden tener dones que permiten ayudar a los demás, pero no dudará en ejercer la violencia más brutal si con eso pueden tener controlados a sus enemigos. 

En conclusión, podría decir que El lado Oscuro tiene sus más y sus menos pero en lo personal no me ha convencido casi nada de la historia y creo que lo negativo llega a pesar un poco más que lo positivo que haya podido encontrar en la novela. Sé que para gustos hay colores, sé que a otros puede haberles gustado más pero yo no creo seguir con esta trilogía por lo poco que he disfrutado con ella. De todos modos termino esta reseña diciendo lo que siempre pienso antes de comenzar una novela: antes de decidir si gusta o no, mejor probar por cuenta propia.

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