Reseña: Yo, Simon, Homo sapiens

30 may 2017

Yo, Simon, Homo sapiens
Mi puntuación: ★ ★ ★ 
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¿Qué serías capaz de hacer para proteger tu secreto mejor guardado? ¿Ceder al chantaje o contárselo a todo el mundo?
Simon es gay y no tiene problema para admitirlo (al menos consigo mismo). Sin embargo, cuando Martin Addison descubra unos e-mails suyos y empiece a chantajearlo es cando realmente empieza a preocuparse. Primero, porque a cambio de guardar silencio le pide que le ayude a ligar con Abby, la chica nueva de la escuela. Y segundo, porque esos mensajes contienen  algo que no es sólo suyo, sino también de Blue, un chico misterioso y genial, del que no sabe más que ese seudónimo. Simon no está preparado para salir del armario y Blue jamás le perdonaría que diera a conocer esas conversaciones. Entonces, ¿qué decisión debe tomar si ambas traen efectos colaterales? 

¿Alguna vez que has sentido prisionero de ti mismo? No sé si me explico, quiero decir que, en ocasiones, tengo la sensación de que todo el mundo sabe quién soy menos yo. 

Sí, bajo esa sencilla precisa es que da comienzo Yo, Simon, Homo Sapiens, un libro curioso desde el título (luego descubrirán por qué, así que ¡paciencia!) y que desborda franqueza y sentido del humor. Todo comienza con la decisión que toma Simon, la que empieza a desencadenar una serie de acciones a corto y largo plazo que posiblemente le lleve a perder a dos de sus mejores amigos si todo saliera a la luz. Eso sin contar el hecho de que cada vez se siente más conectado con Blue, del que sólo sabe que estudia en la misma escuela que él y que tiene una redacción impecable y cargada de sentimiento. Y antes de que me olvide ¡los e-mails de estos dos son una de la cosas que más me gustaron de la novela! No sólo por el formato, que le aporta frescura y ritmo, sino que iban tan de acuerdo al momento / sentimiento de la historia que no podían caer más que en los momentos precisos. Eso y los guiños y referencias (música, libros, Harry Potter ¡y hasta Cincuenta Sombras!) le dan un mood especial a esta historia, una sensación de ser la novela actual que es, una historia que aborda la homosexualidad (y en general, la sexualidad) sin tapujos, sin recurrir a clichés, sin dramas innecesarios y sobre todo, sin personajes estereotipados. Qué genial encontrar en Simon a un protagonista carismático, sarcástico, y muy humano. Amigos, familia, actividades, escuela, fiestas... como un un chico adolescente promedio, alguien con el cual es fácil conectar y seguirle la pista. Como lector es fácil tomarle cariño, reírse con sus bromas, enojarse cuando alguien se burla de él y sonreír a la par que el propio protagonista cuando lee los mensajes de Blue (dicho sea de paso, ¿no tiene cierto encanto empezar a enamorarse de alguien de esa manera?). En resumen, que hace falta más personajes como él en la literatura juvenil.

¿Por qué la heterosexualidad se considera la norma? Todos deberíamos vernos obligados a declarar una cosa u otra, a experimentar ese incomodísimo momento, tanto si eres hetero, como gay, bi o lo que sea. 

Algo que me emocionó cuando el libro llegó a mis manos es que su autora, Becky Albertalli, fuese psicóloga. Algo me decía que quizás eso era un buen indicio, que tal vez estaba frente a una historia con una perspectiva diferente, que normalizara las cosas en lugar de resaltarlas por ser diferente. Y no me he equivocado, porque Yo, Simon, Homo Sapiens tiene algo especial que cautiva desde las primeras páginas. Puede ser el sentido del humor - ácido pero sincero e inteligente - la soltura de una prosa directa, o los propios personajes, desde el protagonista hasta los secundarios y el mensaje en conjunto que deja. Temas como la amistad, la privacidad, el "salir del armario", la heteronormatividad y la diversidad (sexual, racial, religiosa, entre otros) se abordan de una manera sencilla, pero conmovedora, sin caer en el melodrama ni victimizar a nadie. ¡Punto para Albertalli por dar espacio a todo sin resultar agobiante, por representarlos de una u otra manera en este libro!. 

Hablando de puntos negativos, que en realidad es uno y ni siquiera lo considero tal cual es que los últimos capítulos decae un poquito el ritmo. Es decir, pasamos casi la mitad de la historia conectando pistas y tratando de descubrir al escurridizo Blue y cuando llega el momento... en fin, eso tendrán que descubrirlo. Y sí, las últimas páginas son un poco demasiado empalagosas para el ritmo que llevaba la historia, pero tampoco es para quitar todo lo bueno que he encontrado en la novela. En definitiva, que ha sido mucho más de lo que esperaba y que me apunto a leer cualquier otra novela de la autora, porque presiento que nos va a sorprender. 






Muchas gracias a Urano Perú por el ejemplar para la reseña 
¡he disfrutado demasiado el libro!

Reseña: Nosotros después de las doce

24 may 2017

Nosotros después de las doce
Mi puntuación: ★ ★ ★
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Una chica con nombre de princesa. 
Un chico que escucha a Sinatra.
Un pueblo perdido en las montañas. Un carrusel.
Tres secretos. Dos reencuentros inesperados. 
Un amor. Una traición. 
Y una noche de verano, la más mágica del año…

Puede que Aurora se llame como una princesa, pero definitivamente no cree en los cuentos de hadas. Ni en los finales felices. La vida le ha enseñado que no todo es color de rosa, que a veces al llegar las doce no hay hechizo que se rompa y que cambie la vida de un día para otro. Pero eso no quiere decir que no crea en la magia, quizás pequeños resquicios de ella, que viven en Valira, ese pueblo suyo ubicado en plena montaña, un precioso lugar en el que ha crecido y que todos los veranos atrae a muchos turistas, sea por el pozo de los deseos, la historia de la Reina Enamorada, la pastelería, las caravanas o el carrusel mágico de los Dubois. En la víspera de la noche de San Juan, Aurora recibe una visita inesperada: Erin y Teo acaban de regresar al pueblo y eso empieza a trastocar los intentos de crear una nueva vida. Ella, su mejor amiga de toda la vida, una chica muy inteligente con planes de cruzar el charco y estudiar en una prestigiosa universidad. Él, artista nato, que la mira con una sonrisa pícara y quiere algo más que una amistad.

Mientras los días calurosos de la montaña se van sucediendo uno a otro, Aurora y sus amigos van disfrutando el último verano juntos que les queda, antes de tomar cada quién su camino e irse a estudiar aquello que les apasiona. El problema es que Aurora no está segura de sus decisiones, ni de su futuro, ni la distancia que ha ido marcando con sus amigos, ni siquiera lo que podría ocurrir con Teo. Siente que hay algo que esta olvidando, algo que de alguna manera marcó su vida y ahora se ha evaporado, dejando la sensación de vacío. Quizás sea la magia de Valira, quizás solo sean cuentos de folclor popular. O quizás. ese carrusel en medio del pueblo realmente tenga el poder de jugar con los recuerdos

Sucedió como suceden todas las cosas importantes: sin que se dieran cuenta. Empezó como terminan los cuentos de hadas: con un beso

Conocí a Laia Soler con Los días que nos separan y la volví a encontrar en Heima es hogar en islandés. Leer sus historias siempre es una bonita experiencia, porque mantiene un estilo muy suyo al momento de llevarnos, junto a los protagonistas, a recorrer escenarios muy bien escogidos y vivir lo que la vida les ha preparado en sus caminos. Con esa idea llegó a mis manos Nosotros después de las doce, su última novela publicada y cuya sinopsis ya despertaba curiosidad. ¿Princesas, Sinatra, secretos y verano? Definitivamente eran una combinación especial y estaba segura de que Laia nos sorprendería (una vez más). Y lo ha hecho hasta cierto punto, porque si hay algo que destaco de ella es esa forma tan sutil de incluir la magia en una historia de corte realista, como si fuera un personaje más al que debemos seguirle la pista. 

Aurora - ese nombre del que ella a veces reniega un poco - es la indiscutible protagonista. Una chica de 17 años que tiene que enfrentarse a una de las grandes decisiones de la vida: ¿qué hacer con su futuro? Es una de las primeras cosas que conocemos de ella y un primer punto para empezar a conectar con el personaje. Estoy segura que muchos de nosotros hemos pasado por esa crisis existencial al final de la escuela, en la que la presión es inevitable y uno ya no sabe que pensar. Pero Aurora, mientras busca la respuesta, trata también de poner el orden en otros aspectos de su vida. Tiene una relación adorable con su abuelo y dos padres que le dan la libertad suficiente para andar por el pueblo. Tiene una mejor amiga que ha regresado y con la que tiene que volver a fortalecer vínculos y tiene a un chico al que podría empezar a querer más de lo que imagina. Y está el verano, los turistas, la panadería familiar y las noches en las caravana. Sin duda es un personaje con varios matices, humana, y me alegra saber que la autora no se centra solo en un aspecto de su vida, sino que da espacio para conocer todas sus facetas (aunque no necesariamente estar de acuerdo en sus decisiones). Y eso, logra que lleguemos a conectar con ella y con quienes la rodea, que capítulo a capítulo van dando forma a esta novela. 

Nunca no era cuando se enfadaba con sus amigas y se juraban odio eterno. Un nunca de verdad no se podía deshacer

Teo, Erin, el abuelo Dubois y los amigos de caravana componen un elenco bastante variopinto de personajes secundarios. Son un retrato bastante realista de chicos adolescentes que quieren disfrutar ese último verano. Flirtean con turistas, beben alcohol, tienen relaciones y van de fiestas. Qué genial es saber que la LIJ poco a poco va dejando de tratar estos temas de manera superficial y empieza a darles naturalidad, porque es parte de la vida misma. No puedo decir que Teo me haya llegado a encandilar como personaje secundario, pero no ha estado mal. Tiene sus momentos pícaros, cínicos y otros tantos llenos de ternura. Es un buen personaje para una bonita relación romántica, una que llega a darle las pinceladas de ternura necesarias a una historia tan bien contada (porque romance sí que hay, aunque hasta qué punto les toca descubrir a ustedes). 

Creo yo - y lo que quizás le haya bajado un poco de puntos a la novela - es la estructura de la misma. Al comienzo puede resultar un poco confuso como se van sucediendo los hechos (hay párrafos escritos en cursiva, a modo de recuerdos) porque, al igual que Aurora, hay una sensación de vacío, de que el lector se está perdiendo algo. Paciencia, que a partir de la mitad del libro todo se va aclarando y hacia el final es que tenemos la gran revelación. Todo encaja como un puzzle y cobra sentido, incluyendo el título de la novela y el propio diseño de la portada. Ese momento siempre lo he encontrado en las novelas de Laia, donde lo que uno pensaba no resultó ser tan como creía y donde la magia hace una aparición estelar para dejar al lector completamente sorprendido. Es ahí donde muchos pueden decidir si adorar ese giro inesperado o simplemente sentir que no cuadra y ver la historia con otros ojos. Esta vez - aunque me ha gustado la idea - no puedo incluirme del todo en el primer grupo. Puede que haya sido cosa de la historia o quizás no era el mejor momento para mí como lectora, pero sí reconozco que Laia ha hecho un buen trabajo al llegar a ese punto.

Los sueños se rompen si caen desde lo bastante alto. Se hace añicos y no hay nada en el mundo capaz de pegar todas las piezas para recuperarlo

En resumen, Nosotros después de las doce sigue el estilo que Laia Soler maneja con sus novelas, aunque con una pizca más de nostalgia. Tiene pinceladas de romance y muchas dosis de amistad, además de darle espacio a la protagonista para que podamos conocerla y crecer con ella como personaje. ¿Se animarían a leerla? Por mi parte va recomendada. 




5 canciones para leer ¨Eleanor & Park¨

22 may 2017


No han sido pocas veces las que me ha preguntado por qué leo y recomiendo literatura juvenil y mi respuesta no ha variado: fue gracias a Eleanor y Park y la brillante pluma de Rainbow Rowell que me enamoré de sus historias, dulces e intensas, convirtiéndose en uno de mis primeros contactos con el mundo de la LIJ y en el que he podido descubrir muchas pequeñas joyas. Pero, ¿qué tiene de especial esta novela en particular? Intentaré explicarlo en las siguientes líneas (junto a un par de recomendaciones musicales de por medio), porque es un hecho que libros y música hacen una buena combinación, ¿no creen?.

Eleanor y Park llegó a mis manos en el verano del 2014, curiosa por salir de mi zona de confort. Venía de leer historias contemporáneas o clásicos y poco conocía de las sagas juveniles de moda. La primera vez que la leí (sí, me declaro culpable de haberlo hecho varias veces) tomé nota de que al final de cada capítulo Rowell anotaba una canción que calzaba a la perfección con la historia. Sintonizarlas y acompañarlas con la lectura fue un delicia, una sensación de estar en la historia junto a los personajes. 

Eleanor y Park empieza en agosto de 1986, cuando una niña muy peculiar sube al típico autobús escolar de secundaria americana. Eleanor es la antítesis de casi cualquier protagonista de novela juvenil: es alta, gorda, pelirrojo y tiene un gusto por la ropa extra grande y multicolor. Ningún niño quiere sentarse a su lado, salvo Park, que al final le cede el espacio por compasión. Este chico de rasgos asiáticos y fan de los cómics no es el más popular ni entra en la categoría de nerd de colegio, pero el hecho que le haya dejado un espacio a su lado podría llevar a que su imagen caiga por los suelos. O no. O quizás, es que no le importa. Cuando pienso en este momento - uno de los primeros dentro de esta historia - se me viene a la memoria LOVE WILL TEAR US APART, de Joy Division. 


Es así como empieza esta historia: una chica nada popular que viene de una familia disfuncional termina sentada al lado de otro chico peculiar con sus propios problemas. Lo que sólo fue un gesto de amabilidad se convirtió en una rutina: Park leía sus cómics y Eleanor, curiosa, buscaba seguir la historia con la mirada. Él se dió cuenta y retrasaba el pasar la página. Ella empezó a prestar atención a su música y a tomar nota de las canciones. Y mientras en bus enfilaba rumbo a la escuela, algo empezó a nacer en ese asiento estrecho y medio destartalado en medio de un estado norteamericano. ¿Sienten todo ese aire ochentero? Nada mejor que HOW SOON IS NOW?, de The Smiths para este momento.

Además de ese recorrido por los años 80, lo que más me impactó de esta historia es como Eleanor tenía que lidiar con una familia donde no se sentía querida y en la escuela donde era victima del bullying por su forma de vestir y de ser. Además - creo que es preciso mencionar - el acoso y el maltrato entre alumnos en esa época no era mal visto entre los profesores, sólo como una forma de reaccionar de los alumnos. Tal vez me identifico con ella ya que en mi época escolar también fui una niña regordeta, pero a diferencia de Eleanor no sufrí con tanto ardor el rechazo que ella si vive en el colegio. Por cierto, Eleanor amaba The Beatles, que es también una de mis bandas favoritas del mundo, así que les dejo por aquí TWO OF US

Hablemos un poco de Park, ese chico de clase media, asiduo consumidor de cómics y que escucha música en su walkman todo el tiempo. Es de esa clase de chico listo que sabe que no va a destacar en el colegio pero que se lleva bien con todos. Tiene una familia tìpica, un padre que adora a su madre, de quien heredó sus rasgos orientales, y un hermano menor que es copia fiel de su progenitor. Puede ser una familia norteamericana más de cara al exterior, pero dentro de todo, tienen consigo sus propias dudas, sus propios problemas y Park no es ajeno a ellos. Cada vez que recuerdo a este personaje, creo que LOVE ON A FARMBOY´S WAGES le va perfecta.

La amistad que empieza a unir a este par de chicos no se resume solo por la cercanía al compartir los asientos del bus, sino porque poco a poco se van dando cuenta de que tienen más en común de lo que pensaban. Con Park vamos descubriendo que no todas las personas tienen una vida como la que él tiene y que muchas veces los adolescentes tienen que vivir con el enemigo en casa. Y Eleanor nos muestra que existe gente que no se burla ni desprecia a quienes no son como ellos. Es por eso que Eleanor y Park es una novela llena de momentos hermosos (y también algunos dolorosos, como la vida misma), de frases que te llegan al alma y te lleva a vivir con ojos de adolescentes lo que es vivir el primer amor. Y nada mejor que MORE THAN A FEELING para acompañar esta lectura.


Hay historias que llegan a tu corazón para no salir jamás y Eleanor y Park es una de ellas. Hay mucho que tengo que agradecerle a ella, no solo el hecho de descubrir la literatura juvenil, sino también el mundo lo de booktubers y de alguna manera dar el primer paso a lo que es mi proyecto persona hoy en día. ¿Quieres una recomendación a ojos cerrados? Sin duda esta es una de ellas.


Victoria Delgado

Qué leer: 6 libros juveniles escritos en formatos diferentes

17 may 2017


Muchos de las novelas que leemos siguen un formato similar: en prosa, con capítulos definidos y capaz de llegar al corazón con cada historia (bueno, aquí depende de la maestría de cada autor). Pero lo cierto es que a lo largo de mis años como lectora - que puede que sean pocos, pero sé que serán muchos más - me he encontrado con algunos títulos un tanto peculiares. Algunos escritos en forma de cartas, otras a manera de correo electrónico y, últimamente también aquellos en formato estilo WhatsApp. La tecnología también está influyendo en el modo de contar historias y ello no hace sino que cada una sea especial. Al comienzo tenía ciertos reparos (¿realmente pueden llegar a profundizar en la complejidad de los personajes?) pero hasta ahora no he encontrado alguna que me haya decepcionado. Por ello, aquí les traigo una lista de seis títulos a los que vale la pena darle una oportunidad.

• PULSACIONES, de Francesc Miralles y Javier Ruescas: quizás este sea el más conocido de los títulos de esta lista (y uno de los más cortitos también). Es parte de una bilogía y se presenta en un formato similar a los mensajes de WhatsApp (aunque aquí la app se llama HeartBits), Elia acaba de despertar luego de tres días de coma y se da cuenta de que un tal Phoenix le ha mandado un mensaje. ¿Quién es y cómo lo conoció? A través de mensajes (muchos mensajes) vamos conociendo su historia, mientras la propia Elia intenta llenar esos días de vacío en su mente. ¿Qué puede haber ocurrido y que ella lo haya olvidado? Desde luego, enamorarse no está en el primer lugar de su lista. AQUÍ puedes ver la reseña completa.

• DONDE TERMINA EL ARCOIRIS, de Cecelia Ahern: o también conocido como Love, Rosie por la adaptación que se estrenó hace algunos años (aunque yo no sea muy fan de esta última). Rosie y Alex han crecido juntos desde pequeñitos. Son los mejores amigos desde aquella vez que él no le quiso invitar a su fiesta o cuando los descubrieron enviandose mensajes de chat en plena clase. A través de notitas, cartas, correos o postales, ambos van contándonos su vida, sus errores, sus aciertos y también aquellos sentimientos que viven en sus corazones. Creo que este es el libro que más he disfrutado de los que verán esta lista, ver cómo dos personajes tan humanos maduran con el pasar de las páginas. Y sí, he reído, me he enojado, se me han empañado los ojos y he terminado con una sonrisa tonta. Pero definitivamente no podía dejar de recomendarlo. AQUÍ la reseña. 

• CONTRA EL VIENTO DEL NORTE, de Daniel Glattauer: una letra mal escrita puede cambiarlo todo. Emmi envía un correo electrónico pero por error llega a Leo. Ella se confundió, él le respondió, y así es cómo inició una conversación que poco a poco va convirtiendose en más que un simple reclamo. Hablan de la vida, de los amigos, de los intereses personales de cada uno. Emmi es ingeniosa, sarcástica y Leo es un romántico empedernido. Poco a poco se van dando cuenta de que entre ellos puede haber algo más que una amistad pero, ¿es eso posible si no se conocen más a través de una pantalla? En la reseña les cuento un poco más de esta bonita historia.


• ENLAZADOS, de Rainbow Rowell: es posible que muchos conozca a Rowell por Eleanor & Park o Fangirl, pero desde ya les adelanto que mi libro favorito de esta autora no es otro que Enlazados. ¿Será la época, el formato o los personajes? Creo que es un dosis de cada uno de esos elementos y el hecho de que no puedes evitar identificarte con algo de esta historia. Beth y Jennifer son las mejores amigas y aunque esté prohibido, utilizan descaradamente el correo de la empresa donde trabajan para enviarse mails de todo tipo (desde anécdotas graciosas hasta cosas más personales). Con el mundo a punto de entrar a un nuevo milenio, Lincoln es contratado para revisar esos correos y hacer respetar las normas del lugar. Pero, ¿qué pasa si esos mensajes se convierten en su día a día, en aquello que le saca sonrisas y en lo que se ve incapaz de interrumpir? Mas aún, ¿qué pasa si - sin siquiera saberlo - se va enamorando de Beth aunque no la haya visto nunca en persona? Rowell plantea si existe el amor a primera vista (o quizás, ni siquiera eso). AQUÍ les dejo (una muy fangirl) reseña. 

• CARTAS DE AMOR A LOS MUERTOS, de Ava Dellaira: ¿Te imaginas escribirle una carta a Kurt Cobain, Janis Joplin o Amy Winehouse? Todo empieza como una tarea del colegio, pero con el pasar de los días Laurel se lo va tomando cada vez más personal. Escribe cartas y más cartas a famosos fallecidos, contándole su día a día, los intentos por vivir una nueva vida, por superar la muerte de su hermana y la culpa que le corroe. Escribe sobre cómo se siente, pero sobre todo, qué le llevó a estar en el punto en el que se encuentra. ¿cómo se supera un dolor tan profundo, tan intenso, tan real? Quizás esas cartas sean más que una vía de escape. AQUÍ la reseña completa. 

• ILLUMINAE de Amie Kaufman & Jay Kristoff: lo sé, con este libro estoy haciendo algo de trampa (no lo he leído aún, pero sé que pronto caerá), pero no quería dejar de mencionarlo por todas las buenas recomendaciones que tiene. A través de expedientes, notas, cartas y diversos papeles con información confidencial, Illuminae nos lleva al futuro, año 2575, donde un guerra está a punto de estallar y una chica, Kady, debe sobrevivir cruzando un campo de fuego. Una plaga mortal acaba de iniciar y la única forma de encontrar la solución es pirateando una web. ¿Y la única forma de lograrlo? Con la ayuda de Ezra, el chico por el que alguna vez sintió algo, pero con el que ha roto esa misma mañana. AQUÍ pueden ver más info y leer los primeros capítulos


Llegamos al final de la lista, pero no de las recomendaciones. Estoy segura de que hay muchos libros más con formatos particulares y, al menos yo, estoy deseando conocerlos para darles una oportunidad. ¿Me dejan uno (o varios) títulos en los comentarios? Estaré encantada de leerlos. 





La última tarde

8 may 2017


Queridos lectores:

Este post no lo escribe una erudita en cine ni mucho menos una crítica del mismo. Quién suscribe y firma estas líneas es solo una asidua asistente al séptimo arte y cuando una película ha logrado conmoverme la recomiendo con mucho ímpetu entre mi círculo de amigos. Y hoy, aprovechando el espacio que me da Palabras que vuelan, vengo a comentarles mis impresiones sobre la película La Última Tarde.

La última tarde no es sino la historia de dos personas: Ramón (Lucho Cáceres), que se encuentra en un juzgado esperando a que llegue su aún esposa Laura (Katerina D’onofrio) para firmar los papeles del divorcio. Este trámite es de mutuo acuerdo y por lo que vamos conociendo desde el inicio de la película, es que ambos protagonistas no se han visto desde hace diecinueve años. Lo que debió ser una diligencia que no debía tomar mucho tiempo, se prolongará por algunas horas más, ya que Laura requiere que el juez termine de cerrar el proceso de divorcio ese mismo día, pues Ramón no vive en Lima sino en Cuzco y mientras esperan (que será el transcurso de esa misma tarde), deciden caminar por las calles del distrito de Barranco y conversar sobre cómo les ha ido en la vida.

Es en esta conversación donde vamos conociendo a estas dos personas que hace mucho tiempo no sólo se amaron sino que además compartieron una ideología que los llevó a vivir situaciones extremas; es por ello que una de las partes de esa relación de pareja decide unilateralmente la separación definitiva y se mantienen sin ninguna comunicación hasta esa tarde que se encuentran en el juzgado, por lo que en la actualidad son un par de desconocidos cuyas vidas y profesiones ha cambiado radicalmente. 


Al ser este un encuentro pactado con anticipación y teniendo que pasar esa tarde en mutua compañía, la conversación empieza con los diálogos banales, las preguntas del cómo les va en la vida y qué hicieron desde el momento en que se separaron, algo que no debería tener mayor trascendencia dado que sus vidas están en caminos distintos. Aún así, el espectador empieza a sentir que hay una tensión palpitante entre ambos protagonistas, sin que ellos se lo propongan, ya que al evocar el pasado serán necesarias esas preguntas que no se hicieron en el momento (o que no hubo oportunidad de hacerlas) y cuyas respuestas ansían conocer, aunque no exista la seguridad de estar preparados para ser escuchadas y asimilarlas como un pasado del que no hay vuelta atrás y que hay que asumirlo como tal. 

No es la primera vez que veo a Lucho Cáceres en su faceta como actor de cine y debo resaltar que ha logrado darle a su papel una soltura y credibilidad increíble, se siente que vive cada instante de su personaje y lo hace suyo, logrando transmitir esas notas de nostalgia, pero también de la rabia controlada de cómo fue su historia luego de la separación. Katerina D’onofrio hace lo suyo relatando en esta conversación su “nueva vida” y la manera en que la fue alejando de lo que ella antes creía que era lo correcto. Cada momento vamos ingresando a un pasado que no nos es muy lejano, sobre el terror que fue la revolución senderista y su sangrienta lucha armada que azotó a nuestro país en las décadas del 80 y 90’s y como ésta deja una huella muy profunda en quienes la vivimos.

Sin duda la dirección de Joel Calero ha sido lo que más me ha sorprendido - debo hacer hincapié que es la primera vez que veo una película de este director - y dicho sea de paso, es el guionista y quien nos relata esta historia en noventa minutos sin dramatismo excesivo, sino con la concordancia y la veracidad de quien tiene la capacidad de crear una película que puede ser vista y disfrutada por el público en general, sin perder el objetivo de crear en el espectador la conciencia de preguntarse sobre ese pasado doloroso, sobre esa ideología que casi nos llevó al fracaso como país, que nos sumió en una lucha sangrienta, pero que a pesar de todo, debemos recordar y evitar que resurja por algún motivo. 


Ver La última tarde debería ser tu primera opción si vas al cine y no sólo por qué es una película peruana, sino que la calidad de este filme no tiene que ver con la nacionalidad sino que la forma y el fondo de esta historia, retratada de manera magistral. Asimismo, para quienes amamos la lectura y deseas seguir leyendo sobre esta temática te recomiendo La Hora Azul de Alonso Cueto (2005), que nos narra la historia de Adrián Ormache un hombre que tenía una vida “perfecta” pero que descubre que su padre, un alto militar en la época más álgida del terrorismo, cometió junto a otros militares actos deplorables que hace que él se cuestione no sólo su vida actual sino el pasado de nuestro país. Y si lo que te interesa es una novela negra que transcurra en la época te recomiendo a ojos cerrados Abril Rojo de Santiago Roncagliolo (2006), cuyo escenario es en la ciudad de Ayacucho y nuestro protagonista, Félix Chacaltana empieza a investigar una serie de sucesos que lo va a llevar a descubrir cómo había sido la situación que habían vivido los ayacuchanos en este enfrentamiento, donde los militares como los senderistas abusaron de su poder y del terror que se vivía en ese tiempo.

Denle una oportunidad a La Última Tarde ya que no sólo es una gran película sino por qué merece ser vista y comentada. Hagamos que estos grandes esfuerzos por hacer cine en nuestro país se vea reflejado en la asistencia de los espectadores a las salas de cine y a apreciar y valorar el trabajo titánico que es hacer cine en nuestro país, pero sobre todo por qué es una buena película que marcará un hito en el cine peruano.


Victoria Delgado

Review: Si no despierto

4 may 2017


Cuando una de tus lecturas favoritas del año anuncia que está por convertirse en adaptación, es difícil decidirse entre estar emocionada o aterrorizada por lo que podría pasar. Me ocurrió con Si no despierto de Lauren Oliver, que terminó convirtiéndose en una de las adaptaciones que más he esperado para este año. ¿Y saben qué? Me alegra decir que me ha agradado bastante y conserva muchos elementos que logran hacerla fiel a la novela. A pesar que mis expectativas no eran demasiado altas, me animo a decir que la película las ha superado y he encontrado bastantes aspectos positivos para comentar. Aquí te cuento un poco más de lo que me pareció la película como adaptación.

​Si no despierto nos cuenta la historia de Samantha Kingston, una adolescente que parece tener una vida perfecta: es una de las chicas populares del instituto,, sale con el chico más guapo de la escuela y tiene a las mejores amigas (Lindsay, Elodie y Ally). El 12 de febrero debería ser un día más en su mundo ideal. Esa noche, ella y sus amigas salen de fiesta, pero al regresar, Sam muere en un fatídico accidente automovilístico. Sin embargo, al día siguiente se despierta en su cama como si nada hubiese pasado. Descubre que está repitiendo el mismo día una y otra vez. La única manera de escapar de su destino es descubrir que ha hecho mal y reparar sus errores. Así, Sam se dará cuenta que, en realidad, su perfecta vida no es tan bonita como parece y ha tenido que sacrificar demasiado para estar donde está ahora. Descubrirá en qué se ha equivocado mientras conocemos más de su vida y la gente que la rodea.


En líneas generales, todo el cast me ha gustado bastante y siento que la carencia de algún aspecto de uno, la completa otro. Se apegan bastante a las verdaderas personalidades y características de los personajes del libro. Hablando de las actrices, he visto a Zoey Deutch en un par de películas, por lo cual cuando fue seleccionada, me emocionaba saber si podría desempeñarse a la altura de Samantha Kingston. Y puedo afirmar que lo ha hecho bastante bien. Comienza siendo la mean girl que me imaginé, pero también logra conmovernos en los momentos precisos. Por otro lado, Halston Sage, quien interpreta a Lindsay Edgecomb, la mayor mean girl de la escuela, fue la mejor elección para el papel. Lo desarrolla de forma tal que no solo engancha sino también le da un gran peso y forma a la película. El círculo lo cierran Cynthy Wu y Medalion Rahimi, quienes interpretan Ally y Elodie respectivamente, y ayudan a complementar algunos vacíos en la historia. No solo eso, sino que me ha encantado la interacción que tienen las cuatro actrices, pues parecen un grupo bastante integrado en la que cada una aporta un elemento a esa amistad. 

Por su parte, he sentido que los guionistas se han preocupado de hacer la trama apegada al libro y han cogido la mayor cantidad de elementos posibles, por lo que la película conserva bastante de la esencia de la novela. Sin embargo, soy consciente de que también han tenido que obviar escenas para darle más ritmo a la adaptación y no hacerla más difícil de entender de lo que ya es. Quizás por eso puede sentirse que le ha faltado esa profundidad que sí llegamos a tener en la novela. Allí, tenemos una mayor oportunidad para ahondar en los personajes y las historias que se terminan entrelazando la una a la otra. A pesar que podemos empezar a entender mejor a varios de los personajes, la adaptación nos deja sobre todo en una parte superficial que puede dificultar un poco el conmovernos con la historia personal y los problemas de cada uno. 


Debo de admitir que el inicio ha sido un poco lento y banal. Esto se debe a que se toman mucho tiempo en detalles y en escenas que solo forman parte de su vida cotidiana. Incluso, por un momento sentí que no estaba yendo a ningún lado. Pero sin darme cuenta, cuando nuestra protagonista se queda atrapada en la repetición de su día, no pude evitar estar súper enganchada a la historia y quería saber cuál sería su siguiente movimiento. La trama deja de ser tan superficial y evoluciona dejando paso a lo compleja que es en realidad, empezando este camino con Sam, en descubrir qué es lo que ha hecho mal, si ha sido tan solo ese día o es la suma de sus errores que han desencadenado en esta desafortunada serie de eventos.

Un gran punto a favor ha sido el soundtrack. Estaba en las situaciones adecuadas y varias canciones tenían un toque juvenil y divertido que amenizaba la película, pero también bastante de sus letras iban de acuerdo con la situación o el personaje. Recuerdo especialmente #NOTYOURS, canción que sonaba cada vez que el grupo de amigas estaba alistándose para salir a divertirse. Debo admitir, que he escrito esta reseña mientras escuchaba varias de estas canciones y he agregado algunas a mi playlist regular.


En conclusión, la adaptación tiene una gran suma de elementos como lo son el cast, el guion y el soundtrack, lo que permite que la película termine enganchando no solo a aquel que ha leído el libro, sino también a aquel que ha ido a ver la película por recomendación o porque el tráiler le llamó la atención. Además, se aprecia que han hecho un gran esfuerzo por mantener los sucesos más importantes, por lo cual, tiene mi aprobación como adaptación del libro. Mi recomendación sería que, si han leído el libro, no dejen de ver la película, les aseguro que les agradara bastante. Si en caso no has leído el libro, puedes ir a ver la película, te ganarás algunos spoilers, pero te dejará con ganas de saber más, por lo cual querrás leer el libro.

Reseña: Buscando a Audrey

2 may 2017

Buscando a Audrey
Mi puntuación: ★ ★ ★
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A sus catorce años, Audrey ha tomado la decisión de encerrarse en casa, cortar cualquier relación con personas que no sean de su familia y ver la vida a través de unas gafas de sol. A raíz de un episodio bastante traumático en la escuela, le han diagnosticada agorafobia y el solo pensar en socializar logra que le entre una ansiedad que pocas veces había sentido hasta entonces. Pero ya han pasado varios meses y es hora de que Audrey regrese al colegio, que logre continuar con una vida normal y a su terapeuta no se le ocurre mejor idea para ayudarle que decirle que se convierta en una especie de documentadora: si no puede ver a los ojos a las personas, al menos que lo haga a través de una cámara. Así, su tarea consiste en ir filmando el día a día de su (muy) disparatada familia: una madre excéntrica fiel a los tips del Daily Mail, un padre que cree ser más joven de lo que es, un hermano adicto a los videojuegos que sueña con llegar al campeonato mundial... y Linus, el mejor amigo de ese hermano, un chico que no parece rehuir a sus rarezas y que le pone pequeños desafíos para ayudarle a salir de su caparazón. ¿Quién iba a pensar que aún quedaban personas así en ese mundo? Poco a poco Audrey empieza a ir marcando pequeños progresos, hasta que sucede lo más difícil en todo proceso de recuperación: enfrentar de cara el problema. La gran pregunta es, ¿lo logrará?

Si queréis que os diga la verdad, creo que la mayoría de la gente infravalora los ojos. Para empezar, son muy potentes. Tienen alcance. Enfocas la mirada en una persona que está a treinta metros de distancia, entre un montón de gente, y esa persona se da cuenta de que la estas mirando. ¿Qué parte de la anatomía humana puede hacer eso? Es prácticamente un poder paranormal, eso es lo que es.Pero además es que son como torbellinos. Son infinitos. Miras a alguien directamente a los ojos y puede sorberte el alma en un nanosegundo. O por lo menos eso parece. Los ojos de los demás son insondables, y eso es lo que me asusta

Sophie Kinsella, ¡cómo te he extrañado! No es ningún secreto que adoro a esta autora, aunque anteriormente solo había leído (casi) todas sus novelas de chic lit. Tiene una forma muy característica de abordar problemas cotidianos (y no tanto), con un sentido del humor que pocas veces he visto en otros autores: no escribe frases o escenas cómicas gratuitas, sino que lo hace de manera inteligente, a veces incluso con una pizca de cinismo, pero que siempre esconden un poco de verdad detrás de ello. Verla desenvolverse en una novela más juvenil sin perder ese sello tan suyo ha sido una bonita forma de reencontrarse con ella. Esta vez nos lleva a conocer a Audrey y su pequeño gran problema, pero la novela lejos está de centrarse exclusivamente en el bullying o la agorafobia, sino que va sobre Audrey y su forma de enfrentarse a ella. Confieso que cuando un autor abordar un tema psicológico tan complejo suelo ser muy quisquillosa al momento de ver cómo retrata cada uno de los síntomas y Kinsella, nuevamente, se ha ganado mi corazón. Ha hecho un estupendo trabajado dibujando los cimientos de este trastorno, pero aún mejor dándole evolución y describiendo cada pequeño gesto y las sensaciones que todo ello genera en quién lo padece, sin descuidar la personalidad de nuestra protagonista ni su entorno.

Buscando a Audrey es una historia que se lee rápido, pero sin restarle profundidad al tema. Kinsella toma el tiempo necesario para escribir sobre la familia, los amigos, los miedos y temores de una chica de catorce años. Me gusta que no se centre solo en ella y mucho menos en el romance que pueda haber entre sus páginas. Me gusta que retrate las peculiaridades de su familia (las buenas y las malas) y que lo haga en un formato tan curioso como si fuera un guión de cine. La novela alterna entre ello y la prosa y ambos, en conjunto, tiene un resultado bastante interesante: le dan dinamismo a la historia, pero también la pizca de seriedad y drama necesario. Quizás he extrañado un poco más de profundidad en ciertos momentos o (y esta es mi mayor crítica hacia la historia), la explicación del gran misterio que esconde Audrey, el por qué de todo. ¿Se le habrá pasado a Kinsella? ¿O será que quiso centrarse en la importancia de la superación? Cómo sea, me ha dejado un pequeño vacío en el corazón y le ha restado algunos puntos a la historia. 

Tengo la sensación de estar saliendo lentamente de la niebla y fijándome en cosas en las que antes no me fijaba. Lo que me dijo la doctora Sarah es cierto: cuando estas enferma, te obsesionas contigo misma. No ves nada de lo que sucede a tu alrededor

Ahora que lo pienso, acabo de resolver una duda respecto a la novela. Durante un par de días estuve preguntándome por qué se llamaba Buscando a Audrey cuando en realidad... bueno, mejor no cuento mucho porque podría ser spoiler. Basta con decir que el un título no necesariamente debe hacer alusión a toda la historia o a unas pocas páginas. Pero si por ahí lo has leído y te surgió la misma duda, no dejes de mencionarlo en los comentarios. Entonces - y después de tanto palabreo - ¿recomiendo la novela? Claro que sí, porque es Sophie Kinsella (¿ya mencioné que la adoro?) pero sobre todo porque me parece una novela bastante bien logrado. Tiene algunos pequeños fallos, pero no opaca el buen trabajo de documentación, el sentido del humor y sobre todo el sello que tiene la autora al momento de contar historias. 




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